A principios de diciembre, la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución, que no hizo ninguna referencia al término de larga data de "promover activamente una sociedad libre del abuso de drogas", por primera vez en tres décadas.
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Por varios años, el debate político y social sobre políticas de droga se ha visto atravesado por la noción de lograr un mundo libre de ellas. Esta visión ha hecho que en las ultimas décadas muchos gobiernos pusieran especial énfasis en la erradicación del tráfico de drogas, lo que ha generado estragos a nivel social con consecuencias negativas, como el sobre poblamiento de los centros penitenciarios, los ajustes de cuenta, el lavado de activos y las violaciones a los derechos humanos ponen esto en evidencia.
Las resoluciones en políticas de drogas de la ONU siempre fueron adoptadas en base a un consenso. Sin embargo, esta resolución fue adoptada vía votación; con 124 votos a favor, 9 en contra y 45 abstenciones. Entre los votos negativos, se encuentran las naciones de Camerún, Irán, Nicaragua, Nigeria, Rusia, Pakistán y Turquía.
Por su parte, Uruguay continuo con la línea que ha ido adoptando con la marihuana legalizada, que recientemente subió su porcentaje del componente psicoactivo (THC), por lo que votó a favor de la resolución.
En la nueva medida adoptada, la ONU también alienta a que se consideren medidas alternativas que no sean privativas de libertad para delitos menores y no violentos que tengan que ver con el tráfico de drogas, a la vez de reconocer el derecho de los pueblos indígenas a usar sus propias medicinas tradicionales.
Siguiendo esta línea, se suma la condena al "racismo sistémico en los sistemas de aplicación de la ley y justicia penal".
Respecto a erradicaciones forzadas de cultivos, por primera vez la ONU insta a los Estados miembros a "asegurar medios de vida alternativos, preferiblemente antes de eliminar los medios de vida existentes obtenidos del cultivo de cultivos ilícitos".