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YO TE DIJE

Aunque esperaba menos

Por Juan Raúl Ferreira.

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Generalmente se toman los primeros 100 días para evaluar un nuevo gobierno. Esta tradición se ha extendido al mundo entero. Nace en la crisis de 1933, una de las peores recesiones de la historia contemporánea; el candidato demócrata le gana al presidente republicano de EEUU Edgar Hoover. Prometió reactivar la economía en 100 días. Y lo logró. No con ajustes, sino con un aumento del gasto y los programas sociales (modelo keynesiano). Parece poco 100 días, ¿no? Pero se impuso.

En Uruguay hay jurisprudencia nueva. El rumbo del gobierno ya lo podemos evaluar desde el domingo cuando cumplió una semana. Es feo decir “yo te dije.”. Feo. Pero hay que hacerlo. Recordemos que los dirigentes y militantes de la multicolor se burlaron, cuando no se enojaron,  por que decíamos que iban a hacer exactamente lo que están haciendo. Hay casos en que nos quedamos cortos.

No existe restauración del neoliberalismo sin ajustazo. Acusaba al actual gobierno que si ganaba el Frente, ajustaba las tarifas; el Frente decía que no y ellos decían que solo ellos las bajarían. Bien, no solo ajustan, sino que en la transición de gobiernos reclamaban que lo hiciera el saliente. Es más, luego de asumir, no hablan de quiénes ocuparán la conducción de las empresas del Estado. Esperan y presionan para que sean las autoridades salientes las que suban las tarifas.

En seguridad, más allá de la cara de malo de Larrañaga, criticar fue mucho más fácil que solucionar. Pero hay que mostrar que hacen cosas. No resultados, mostrar cosas. Hemos visto las caravanas de seguridad que recorren hasta 18 de Julio. Una tenía 2 motos abriendo camino, tres camionetas con 4 filas de efectivos, 20 motos, 2 camionetas al final. Yo me pregunto: ¿Lo inventaron? ¿Se probó exitosamente en algún lado? Suena contraproducente. Si se ve de lejos ese desfile, se espera que pase para delinquir. En la primera semana, dos policías muertos; una era mujer.

Las declaraciones del jefe de Policía de San José alarman. Silencio del gobierno. No solo no desmintió la persecución a los que dicen que se persigue a los artistas callejeros, sino que lo justificó. “Incomoda(n), mucha gente se siente asustada, mayores de edad, se sienten intimidados. Ya se dio la orden de que […] se identifique a esas personas y se los invite a que se retiren del lugar” (¿?). Prohibido animar las plazas. Sigue en el cargo.

Se disparó el dólar cuando salió el número anterior de esta revista. Llegó a 45 pesos. El presidente del Banco Central (BCU) -ese sí ya es nuevo- declaró que seguiría rigiendo el mercado y el valor de la divisa lo fija la oferta y la demanda. Sin agregar que el BCU, cuando se dispara, como  lo hizo el viernes pasado en ese pico, interviene en el mercado. Así se detuvo el alza el viernes 6, con el Central vendiendo dólares. Es decir, perdiendo reservas.

Descubrieron, antes de asumir, que las políticas sociales eran buenas. Larrañaga supo, aunque no lo dijo, que manejó información equivocada, cuando dio que el Estado no tenía como evitar que quienes salían de la cárcel quedaran en situación de calle. El ministro Pablo Bártol solo ha elogiado las políticas del Mides. Lo único que ha propuesto es mudar el Mides al Casavalle. Más cerca de los pobres. No ha entendido en esta semana que lo que tiene que estar más cerca de los pobres son las políticas, no las oficinas.

Parece que hay que ahorrar en todo menos en mudanzas (a Suárez a Casavalle). Sr. ministro, con respeto, no todos los pobres viven ahí. Quizás fue el único barrio que visitó en la campaña, pero hay otros pobres en otros barrios, a los que su mudanza, los aleja de sus oficinas. Ni hablar de los que viven en el interior.

Soy católico. Orgulloso de la comunidad de base a la que pertenezco. Pero no puedo ocultar mi dolor de que la laicidad deje de ser un valor de todos los uruguayos. El martes 3 un diputado del Partido Nacional (ni se supo) habló en la hora previa e hizo votar que sus palabras pasaran al Arzobispado de Montevideo y a la Conferencia Episcopal del Uruguay. Instituciones que respeto mucho. Pero en el Parlamento se envían propuestas, críticas o denuncias a los órganos del Estado. No a las iglesias, ajenas a la investidura del legislador.

En la asunción no me gustó que se mezclaran los honores militares con los partidarios. ¿Por qué Lacalle Pou pasó revista a la caballada partidaria acompañado de un oficial del ejército? ¿Por qué lo acompañó un oficial de Blandengues? Advertimos que iba a ocurrir. Para un canal de TV privada los Blandengues parecían colados: “En el cortejo se estima que participarán más de 1.000 jinetes, que lo acompañarán hasta la Plaza Independencia. También participará la tradicional escolta de los Blandengues de Artigas”.

La designación del Comando del Ejército es prerrogativa del presidente de la República, actuando en acuerdo con el ministro de Defensa. Pero si se cambia el titular (que tiene grado de teniente general), se le pasa a retiro. No se le asigna un cargo de menor jerarquía. El teniente general Feola renunció. Manini, senador, anunció que nos olvidemos de los desaparecidos. ¡Qué rara mezcla de lo castrense y lo partidario!

En política exterior, anunció en su discurso “fortalecer el Mercosur flexibilizándolo”. Todo parece indicar que el mismo día el presidente y el canciller ofrecieron la Embajada en Argentina a dos personas distintas. No es el único nombre sobre el que dicen cosas distintas. Ya hay una lista de temas en que ambos han asumido posiciones encontradas. Por suerte, el canciller, luego de un largo y tenso esfuerzo, pudo estar en el estrado porque la seguridad prevista por Larrañaga no lo dejaba subir.

El retiro de Unasur y reincorporación al TIAR merecen una nota especial. Atentan con una larga tradición nacional y fundamentalmente antiblanca (incluyendo Herrera, Lacalle padre y Wilson).

 

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