Es muy importante que las tradiciones sean tales. Costumbres a lo largo del tiempo y contenido conceptual. Por eso nos sigue dando penare gente de las nuevas generaciones que, sin saberlo, se ponen, por ejemplo, la mano en el corazón al cantar el himno. Ríos de tinta escribió Wilson sobre el tema. Uno de los más recordados, “La Mano en la Pajarilla”.
Toda tradición, repito, tiene origen en la costumbre y el significado. La tradición de tomarse el corazón es de EEUU, originada en que su himno, “The Star-Spangled Banner” (por su bandera), comenzó a partir de una canción de pub irlandés de sus inmigrantes. Se entonaba mientras corría la cerveza hasta muchos años después de la Independencia, en 1776. En 1814, Scott Key desafió su inexperiencia poética escribiendo un saludo a la victoria de aquel año contra los ingleses. En 1931 se adaptó a la canción de boliche y se creó el himno nacional, 155 años después de la Independencia. Se adoptó la costumbre de la mano en el corazón para distinguir el respeto por el himno con el choque de las jarras de cerveza.
¿Qué tendrá que ver esto con nosotros?
Esa cosa fundacional “patricia”, como se define, la familia Lacalle, hace que ambas costumbres, cuyos orígenes y significado desconocen, se hayan vuelto una tradición para sus seguidores, y hasta para algunos jóvenes que ignoran el porqué de de esas tradiciones, que no lo son.
Pero bueno, algunos de ”mano en la pajarilla”, otros como nos enseñaron en la escuela, escuchamos Himno e himnos de la gestión del presidente. Nada tuvo que ver con el año pasado o el que recién comienza. Hizo un discurso de autobombo y proselitismo político.
Cifras y narrativa sustituyeron la objetiva realidad que debía describir. Hasta habló de la LUC que, hasta donde recuerdo, ni fue aprobada el año pasado ni lo será este año. Fuera de tema. También habló de la libertad… La responsable, claro.
¿Qué será la libertad no responsable, que no la define pero la deja de lado?, ¿la de los malla de oro? La libertad de las miles de personas en situación de calle, a tener un techo y alimentación digna, esa, ¿no es libertad?
La inseguridad pública es uno de los temas que más preocupa a los “votantes”, preferiríamos que piense en términos de “ciudadanos”. Sostuvo que los delitos habían bajado. Aseguró que "en materia de seguridad los números fríos dan cuenta de una mejora sostenible". ¿La gente siente esto? En el Cerro, por ejemplo, o en La Cruz, la gente siente que ha mejorado la seguridad en la calle. Como dijo Heber cuando era ministro, “las Sras., ¿pueden sentirse que ahora sí pueden salir de cartera?".
Los hurtos habrían bajado un 20 %… No mencionó la caída en las denuncias que no implica baja de delitos. Y siempre comparando su gestión con la de Tabaré… Más que un presidente, hablaba el jefe de campaña de Álvaro Delgado, que anda necesitando una mano. Los homicidios, dijo, habían bajado un 3 %… ¿Bajaron?
Ni una palabra sobre el nuevo objetivo de las balas: los niños…
Habló de vivienda. Obvió el escándalo que hizo que pidiera la renuncia a la ministro Irene Moreira al frente de la cartera. El actual ministro Lozano, también de Cabildo Abierto, anunció que había concluido la investigación administrativa y, contrariamente con lo que se repite, concluyó que había sancionado a dos funcionarios. Preguntado por la responsabilidad de la ministra, dijo: “Se le pidió la renuncia, que es la máxima sanción que se le puede aplicar”.
Ni una palabra de la corrupción y las sucesivas crisis ministeriales.
Dos ministros renunciados por denuncias ante la Justicia (Heber y Bustillo), junto a su asesor de imagen; un subsecretario, Maciel; su jefe de seguridad y un exjefe del COMCAR presos, al igual que su primera espada en el Senado. Dos jefes de Convivencia Ciudadana… y siga el baile, siga el baile…
En definitiva le escurrió el bulto a los problemas y una vez más sustituyó los hechos por el relato…
