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Internacionales | Suecia |

Neutralidad

Suecos resisten ingreso a la OTAN

La decisión del gobierno de Suecia, de solicitar el ingreso a la OTAN, no recoge consenso en el país y es calificada como "apresurada" por muchos ciudadanos del país nórdico.

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Numerosos cables internacionales han evidenciado reacciones diversas ante el anunciado ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN.

Esta decisión que está siguiendo una tramitación acelerada ha desatado una serie de reacciones contrarias en Europa, incluyendo en otros países de la propia organización como Turquía, Hungría y Serbia que ven con preocupación la expansión de la misma y la pérdida de soberanía de los países miembros.

También en Suecia ha habido manifestaciones masivas contra el ingreso de Suecia en la OTAN y particularmente luego que su partido gobernante aprobara el mismo.

"Las cosas suceden rápido ahora”

La principal oradora en el acto celebrado en Malmo fue una joven Elena Pasnke, nieta de nuestro compatriota el médico uruguayo Henry Engler.

Muy aplaudida por los asistentes, Pasnke fustigó a quiénes se apuran a entrar en la organización militar abandonando la neutralidad sueca.

“Los políticos suecos están actualmente apurados para ingresar a la OTAN en medio de la espantosa guerra de invasión a Ucrania por parte de Putin”, dijo Pasnke.

“Antes de que sea demasiado tarde, quiero decir algo sobre el rearme militar.

En el debate público se ha trazado una línea por parte de quienes piden más armas y se ven a sí mismos como dueños de la verdad, diciendo que son objetivos. Todos los demás somos vistos como confusos idealistas que difunden mensajes de paz difíciles de tragar. La verdad es diferente.

El movimiento antimilitarista surgió precisamente porque hay gente que entiende la lógica de la guerra. Las potencias militares con las que ahora Suecia quiere unirse han cometido innumerables crímenes de guerra. Recuerden la invasión estadounidense a Irak. Recuerden el trato que Turquía dio a los kurdos. Escuchen a los que huyeron hacia Suecia desde un Afganistán deshecho por la guerra.

La premisa de la guerra, donde los jóvenes son enviados a matar y ser asesinados, jamás puede crear la paz. La premisa de la guerra, donde se sacrifica la igualdad, la libertad y la justicia por la fantasía de la seguridad, nunca puede crear la paz. La premisa de la guerra, en donde los intereses económicos de los estados imperialistas tienen prioridad sobre la vida humana, nunca puede crear la paz.

Las cosas suceden rápido ahora. Antes de que sea demasiado tarde, quiero decir algo sobre el desprecio al pueblo.

El apresurado proceso de intentar ingresar a la OTAN es una forma de declarar incapaz al pueblo.

Lo que sabemos es esto: La cuestión del rearme militar siempre será una cuestión acerca de qué tipo de sociedad queremos; ingresar a la OTAN significa renunciar a la neutralidad sueca; ser miembro de la OTAN significa, en cambio, ser ahora parte de una alianza con armas nucleares.

Pero el ingreso a la OTAN también significa que los recursos del bienestar de la gente se redistribuirán desde la escuela, desde la atención médica y el cuidado de los ancianos, hacia el ejército y las armas.

De acuerdo con la lógica de los políticos, no somos demasiado estúpidos como para subsidiar a los militares con nuestros recursos, los de la gente y nuestros cuerpos. Pero si somos demasiado estúpidos como para entender las cuestiones referentes a la política de seguridad nacional. Somos demasiado estúpidos como para poder votar acerca de nuestro ingreso a la OTAN. Somos demasiado estúpidos para pensar algo sobre la guerra que finalmente nos terminará afectando a nosotros, en lugar de a los políticos que hoy nos declaran estúpidos.

Las cosas suceden rápido ahora. Antes de que sea demasiado tarde, quiero decir algo sobre la resistencia.

La alianza militar antidemocrática de los políticos será imposible de concretar si somos suficientemente muchos para oponernos. Tenemos un mensaje claro: una guerra nunca termina sustituyéndola con otra.

¡No a la OTAN!

¡No a la guerra!”.

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