Organismos de derechos humanos, sindicatos, partidos políticos y movimientos sociales en se congregaron en un acto de repudio al homenaje organizado por Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza (LLA), en la Legislatura porteña. El evento, que buscaba reivindicar lo que ella llama " víctimas del terrorismo", fue calificado como una provocación que amenaza los acuerdos básicos de 40 años de democracia en Argentina.
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La zona alrededor de la Legislatura fue vallada en previsión de posibles disturbios, ya que desde el viernes se difundió un flyer promocionando el acto. Desde temprano, diversas organizaciones se congregaron para expresar su rechazo, incluyendo el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, Madres de Plaza de Mayo, y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), entre otros.
Adriana Taboada, referente de la Comisión Zona Norte, destacó la importancia de mantener la verdad histórica y no permitir que se ofenda la memoria colectiva. Señaló que Villarruel, quien suele negar el terrorismo de Estado y hablar de una guerra en los años '70, esconde su pasado y trabaja para la impunidad de los responsables del terrorismo de Estado.
El repudio se hizo evidente en las calles, donde cientos de personas manifestaron su desacuerdo con el acto de Villarruel. Se corearon consignas como "Nunca Más" y "Son 30.000", recordando las víctimas de la dictadura. También se denunció la falta de reconocimiento por parte del Estado a las víctimas del terrorismo de izquierda de los años setenta.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, Victoria Montenegro, advirtió sobre el peligro que representa que Victoria Villarruel, en un espacio de ultraderecha, pueda llegar a ser vicepresidenta de la nación. Montenegro, cuyos padres fueron secuestrados por la dictadura, enfatizó la importancia de la respuesta política organizativa para enfrentar el negacionismo representado por Villarruel.
El acto de Villarruel ha generado un fuerte contraste en la sociedad argentina, ya que cuestiona la política de derechos humanos construida en las últimas cuatro décadas. Argentina ha sido reconocida por impulsar políticas de memoria ejemplares en el mundo y ha condenado a más de mil personas por crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, la candidata de ultraderecha argumenta que lucha por los derechos humanos de quienes no los tienen.
El acto y su repudio también se producen en un momento en el que las Fuerzas Armadas, en gran medida marginadas de la política argentina, han ganado popularidad en la sociedad, mientras que la Justicia, el Congreso y los partidos políticos tienen niveles bajos de confianza pública. Villarruel ha prometido aumentar el presupuesto militar y ha obtenido un tercio de los votos en las elecciones primarias de agosto, lo que preocupa a los organismos de derechos humanos ante la posibilidad de que llegue al poder.