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"Hoy demarcamos seis territorios indígenas, un paso importante; no dejen de organizarse y exigir", dijo Lula en la clausura del campamento Tierra Libre, principal encuentro indígena que se celebra en Brasil, siempre en abril.
La demarcación de tierras indígenas es el mecanismo oficial a través del cual el Estado brasileño reconoce a un determinado pueblo o etnia indígena como legítima propietaria de un territorio.
El proceso puede llegar a tardar años y en muchas ocasiones está acompañado de fuertes presiones contrarias de empresarios ligados a la industria agropecuaria.
Las tierras reconocidas este viernes ya habían pasado por todo el proceso burocrático y darán seguridad jurídica a unos 4.000 indígenas.
Los territorios con Arara do Rio Amônia (Acre, norte), Kariri-Xocó (Alagoas, noreste), Rio dos Indios (Rio Grande do Sul, sur), Tremembé da Barra do Mundaú (Ceará, noreste), Uneiuxi (Amazonas, norte) y Avá-Canaoeiro (Goiás, centro-oeste).
La última vez que Brasil demarcó una tierra indígena fue en 2018, durante la gestión de Michel Temer (2016-2018).
El expresidente Jair Bolsonaro (2018-2022) prometió en su campaña electoral no dedicar "ni un centímetro" de tierra a los indígenas, y en sus cuatro años en el Gobierno cumplió su promesa.
Lula se comprometió a no dejar ningún territorio sin demarcar al finalizar su mandato, aunque añadió que es un proceso "que tarda".
"Vamos a trabajar mucho por las demarcaciones, no sólo porque es vuestro derecho, sino porque si queremos llegar a 2030 con deforestación cero en la Amazonía, os necesitaremos como guardianes de la selva", aseguró el presidente a los representantes originarios.
Los diversos líderes indígenas presentes en el campamento pidieron a Lula más recursos para poder ejecutar las políticas públicas necesarias; el cacique Raoni, por ejemplo, le pidió "fortalecer los recursos financieros" de los órganos indígenas.
Este año, la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai) tiene un presupuesto de 600 millones de reales (120 millones de dólares), una cifra que según su presidenta, Joenia Wapichana, no es suficiente para implementar acciones básicas, como combatir el garimpo ilegal.
(Vía Sputnik)