La Fiscalía de San Isidro solicitó el 1°de noviembre la prisión preventiva de tres líderes de La Banda del Parque (como se conoce a la barra de Nacional), Alan Lorenzo, Nicolás Carpani y César Cazenave, por los delitos: robo agravado -en poblado y en banda- y daño agravado -por ser ejecutados en cosas de valor científico-.
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La decisión de aceptar el pedido está en manos del juez de Garantías Ricardo Costa. Mientras tanto, las indagatorias continuarán, puesto que, en los últimos días, los fiscales añadieron los delitos de falsificación de documento y uso de documento falso, en los que está involucrado, entre otros, el ciudadano italiano Giovanni Rossi, quien alquiló propiedades linderas al banco para que la banda pueda planificar el robo.
Un detective afirmó al medio La Nación que "hasta el contacto telefónico del supuesto garante no era el verdadero. Utilizaron el DNI y una dirección en Florida, Vicente López, del exfutbolista y actual director técnico Hernán Crespo”.
Por otra parte, siguen buscando a más uruguayos relacionados con el frustrado golpe y a un grupo de paraguayos que habrían sido los encargados de cavar el túnel de 155 metros, desde el taller alquilado, hasta las bóvedas del banco Macro de San Isidro.
Las pruebas contra los barras de Nacional
A pesar del pacto de silencio entre ellos, los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari reunieron pruebas suficientes para imputar a los tres uruguayos y la misma suerte correría Carlos Cazenave que se entregó el jueves 31, pero, al igual que Lorenzo y su hermano César, prefirió no declarar ante la Justicia argentina.
En la imputación de la causa a la que accedió Caras y Caretas, la Fiscalía determinó que “ al menos desde el 1° de noviembre de 2023 hasta el día 6 de agosto de 2024 (día en el que un repartidor informó a las autoridades que una varilla emergía de la calle) una organización criminal integrada por los imputados Alan Daniel Lorenzo Rodríguez, Alejandro Israel Rosendo López (lanchero) César Leonardo Cazenave Peña, Nicolás Ignacio Carpani Romero y cuanto menos otros ocho sujetos más —hasta ahora prófugos de la Justicia y otros a la fecha no individualizados fehacientemente— ejecutaron un plan criminal con la finalidad de violentar las medidas de seguridad de la sucursal del Banco Macro situada en calle Chacabuco nro. 444 de la localidad y partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires e ingresar mediante la fabricación de un túnel subterráneo al sector de cajas de seguridad del mismo y así apoderarse de bienes muebles ajenos allí contenidos en las mismas, tales como dinero en efectivo en moneda extranjera y nacional; joyas; alhajas; artículos de arte y objetos de valor”, por un monto de al menos 30 millones de dólares según consta de la investigación realizada por los fiscales argentinos.
En el caso de Lorenzo, sus huellas dactilares fueron detectadas en el galpón lindero al túnel, mientras que César Cazenave fue registrado por cámaras de seguridad de la zona.
En tanto, sobre Carpani la evidencia física que lo compromete son algunas herramientas y materiales de obra que hallaron en su camioneta cuando fue detenido en Malvín Norte y una débil coartada sobre sus estadías en Tigre, lugar donde desembarcaba la banda uruguaya.
No obstante, Carpani negó haber sido parte de la banda que planeó robar el banco en San Isidro. Justificó sus viajes legales registrados a Buenos Aires y afirmó ser dueño de una empresa que alquila grúas y elevadores a barcos pesqueros en el puerto de Montevideo.
Del expediente consta que Carpani vivía junto a su esposa y tres hijos en el exclusivo complejo Haras del Lago, en el km. 23.500 de la ruta Interbalnearia. Es el único de la banda que terminó el liceo y llegó a cursar un año en la Facultad de Ciencias Sociales.
Pero, según el lanchero argentino (hombre clave en la causa), Carpani era considerado el más peligroso del grupo.
Amigos de la barra, el fútbol y el crimen organizado
Reconoció ser amigo de Alan Lorenzo desde hace 10 años, al que conoció en la barra de Nacional y con el que cayó preso en 2019, luego de rapiñar (con un grupo comando vestidos de policías) un camión paraguayo que había ingresado al país por Fray Bentos con 45 kg de cocaína y huir con parte del botín al departamento de Flores, donde fueron detenidos y se les encontró la droga y armas de grueso calibre.
Antes de ese golpe, Lorenzo y Carpani jugaron juntos al fútbol en el Club Atlético Platense entre 2018 y 2019. Alan jugaba de lateral derecho y Nicolás lo hacía de enganche.
Los investigadores estiman que el plan fue craneado desde la cárcel y que mucho tuvo que ver César Cazenave, quien contaba con experiencia en boquetes y túneles. De hecho, en diciembre de 2004 fue descubierto dentro de un túnel que había construido en el Penal de Libertad, cuando estaba preso junto al especialista en la materia, Wilson Pedraja, alias “El Topo”, que fue protagonista de un millonario robo en enero de 1997 a la sucursal Recoleta del Banco de Crédito Argentino.
César Cazenave tiene antecedentes por rapiña, tráfico de estupefacientes, asociación para delinquir, lesiones y atentado.
En 2012 cayó preso por una rapiña a una red de cobranzas en Ciudad de la Costa, en la que los delincuentes entraron disfrazados de policías. Por su parte, Carlos (su hermano) estuvo procesado por el homicidio de dos integrantes de la barra de Nacional en el barrio Tres Ombúes, en un ajuste de cuentas en el que también estuvo indagado Alan.
Los investigadores manejaban la hipótesis de que detrás de ese sicariato estaba la figura de un narcotraficante uruguayo radicado en Paraguay (Sebastián Marset). A su vez, el doble homicidio tendría vínculo con el asesinato de Alfredo Rondán, meses antes en Las Toscas, un amigo de la infancia de Marset en Piedras Blancas que también estaba vinculado a la barra de Nacional y el narcotráfico. Por ese homicidio, Marset fue formalizado y luego absuelto por falta de pruebas. Familiares de Rondán denunciaron la desaparición de evidencia clave en Atlántida. Recientemente, una funcionaria de esa Fiscalía fue sumariada por este hecho.
Durante las indagatorias de Lorenzo y Cazenave por el doble homicidio en Tres Ombúes, estos reconocieron recibir un sueldo del Club Nacional de Football de 40 mil pesos por partido. Vínculo que no parece haber cesado luego de que ambos recuperaran la libertad en 2023.
En una extensa entrevista que le fue realizada a Lorenzo en mayo de este año por el programa “Una cuestión Nacional”, Alan dio detalles de quiénes lideraban La Banda del Parque tras la salida de Marcelo “Sapo” Sosa. Lorenzo explicó que en la tribuna el principal referente era Carlos “Damián” Abella y Carlos Cazenave era el nexo con los dirigentes del club, al tiempo que él oficiaba de intermediario con los jugadores. De hecho, de lo poco que dijo en la Fiscalía de San Isidro, Lorenzo aseguró trabajar para un contratista de jugadores de fútbol.
El homicidio de Nicolás “La Cocona” Cardozo en El Pinar
Los primeros uruguayos en caer por el frustrado “segundo robo del siglo” fueron Lorenzo (el 16 de agosto) y Carpani (19 de agosto). Llamativamente o no, un día después fue asesinado en su casa Diego Nicolás Cardozo Merladet, alias "La Cocona", que contaba con un extenso prontuario de robos, tanto en Uruguay como en Argentina. Cerca de las seis de la mañana del 20 de agosto, un grupo comando vestidos de policías irrumpió en su casa de El Pinar donde vivía junto a su esposa e hijos y lo ejecutaron en el living de la vivienda. Huyeron rápido sin robar nada ni dejar rastros.
El acribillado habría tenido un rol importante en la preparación del frustrado golpe. En 2023, según los registros migratorios, La Cocona llegó a Argentina con el resto de los delincuentes investigados. “Tenía lazos y conocimientos en el país”, acreditó a La Nación un detective que participa de la investigación.
Explicó que Cardozo Merladet “participó en la confección de los contratos para alquilar las dos propiedades elegidas en San Isidro por la banda para preparar y planificar el túnel”, que iba a permitir que la banda pudiera acceder a la sucursal del Banco Macro.
La primera hipótesis de los investigadores argentinos es que Cardozo Merladet fue asesinado por haber cometido el grave error de elevar la varilla que impactó en la camioneta del repartidor, que luego alertó a la Policía.
“Si La Cacona fue quien manipulaba la varilla de hierro debajo de los adoquines, como es una de las hipótesis, puede ser que lo hayan asesinado para cobrarse su error, que terminó siendo clave para que pocas horas después se descubriera el túnel”, sostuvo un investigador.
Otra hipótesis que suena fuerte entre los detectives judiciales y policiales argentinos es que el resto de la banda sospechara que Cardozo Merladet haya sido el delator que llevó a prisión a Alan Lorenzo y Nicolás Carpani, a quienes conocía de la barra de Nacional y también por formar parte de grupos comando que efectuaron varios atracos entre 2015 y 2019. Entre ellos, el asalto a una remesa en el Geánt de Parque Roosevelt, el peaje de Pando, a un camión de Prosegur en Sayago y una serie de asaltos a sanatorios ubicados en La Blanqueada.
Entre los socios criminales de Cardozo estaba Paulo Adrián Alves Díaz, alias “El Yorka”, quien también era compinche delictivo del barra de Peñarol Erwin “Coco” Parentini (de extenso prontuario) que, si bien eran de Marconi, formaban parte de un grupo criminal asentado en Cerro Norte, aliado con deliicuentes pesados de la zona como el “Negro Paolo” y “el Vitito”, que estaban enfrentados en el Cerro con “Los Alvariza”.
Por el intento de robo al Banco Macro también son buscados por las autoridades argentinas Víctor Francisco Suárez Pintos, con quien Cardozo cometió varios robos en la zona del Sauce (Canelones) y Rodolfo Javier Leites Fernández, un delincuente que participaba de los robos comandos de remesas antes descriptos. De hecho, a mediados del 2015, fue detenido junto a Carpani cuando estaban por ejecutar una rapiña.
Otro uruguayo que es buscado intensamente se llama Andrés Martin Longo Cazenave, oriundo de Mercedes y es quien contactó al argentino Alejandro Israel Rosendo “Johny” López para que oficie de lanchero de los miembros uruguayos de la organización delictiva, a los que trasladaba en lancha desde Paraná de las Palmas (Entre Ríos) a Tigre (Buenos Aires) dos veces a la semana, y por cada viaje que hacía cobraba 300 dólares. López, con antecedentes penales por homicidio y narcotráfico, negó formar parte de la banda que planeaba el robo millonario y explicó ante la Justicia que solo se encargaba de trasladarlos sin conocer la actividad y el plan que estaba ejecutando este grupo de personas.
La declaración clave del lanchero al que le envían comida sospechosa
En la audiencia en que fue dictada su prisión preventiva, López declaró que fue contactado por una persona apodada Tío (todos se hacían llamar tío o primo durante los viajes en lancha), pero un día uno de ellos lo llamó Andrés, a quien luego reconocería en fotos como Andrés Martin Longo Cazenave. Al tiempo que, también reconoció ante la Fiscalía a Lorenzo, a Carpani y a los hermanos Cazenave.
A su vez, constató que en algunos de los viajes también iba un “linyera”, que, según los investigadores, hacía las labores de campana en las calles de San Isidro y curiosamente no fue visto nunca más en la zona tras ser descubierto el túnel.
El lanchero recordó el último viaje de vuelta (6 de agosto), tras ser descubierto el túnel por el error de la varilla. En medio del trayecto muchos de ellos tiraron al agua sus zapatillas y los celulares y le pidieron a López que cambie su número de teléfono y descarte el anterior.
En esas tensas conversaciones, escuchó que César Cazenave habló por teléfono con Andrés y le dijo “quedate tranquilo que la van a quedar los paraguayos”.
“La quedan ellos porque yo compré unas latas de cerveza y se las di y después las llevé”, en relación al taller en el que trabajaban cavando el túnel. “Yo pienso que es para culpar a otras personas por las huellas”, sostuvo López en su declaración.
También escuchó que este hombre le dijo a Andrés: “Quedate tranquilo que están todos con nosotros”. Consultado para que aclare a qué se refería la frase, supuso que ninguno de ellos iba a hablar.
Mientras estuvo detenido en las dependencias judiciales de San Isidro, López, que tiene miedo de lo que le pueda pasar a su familia que quedó en Villa Paranacito (Entre Ríos), denunció que recibía a diario comida por medio de Pedidos Ya, que él nunca había pedido y que no come por miedo a que la misma esté envenenada.
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