50 años que siguen siendo un desafío

El intendente de Canelones, Yamandú Orsi y los senadores Óscar Andrade y Mario Bergara hablaron con Caras y Caretas sobre las lecciones que dejaron estos 50 años en el FA y que siguen siendo claves para que la principal fuerza política del país pueda seguir en el tiempo: La unidad y la cercanía con las bases populares.

“Rescataría dos aprendizajes: uno de la unidad en la diversidad, es un concepto de una vigencia extraordinaria. Habla sobre cómo es posible que distintas corrientes del pensamiento puedan confluir en una misma herramienta. Un segundo elemento que me parece central a lo largo de las cinco décadas del FA es la apuesta tenaz al protagonismo popular y creo que esto lo aprendimos de varias formas”, dijo a esta revista Andrade.

“La grifa que se fundó en aquella sala del Parlamento, el 5 de febrero de 1971, vive, pero precisa reinventarse, requiere de puertas y ventanas abiertas, para seguir, para seguir siendo cada vez más frente pero también más amplio. Estamos pasando raya los quince años de gobierno nacional de Tabaré (Vázquez), de Pepe (Mujica), de Danilo (Astori) y de miles de decenas de miles de anónimos que gestaron y concretaron tantos anhelos”, afirmó Orsi.

“La más importante es la necesaria unidad programática y de acción permanente de todas las fuerzas y personas que constituyen el FA. Sin este principio unitario, no hay cambios de fondo. Los 15 años de gobiernos del FA muestran que se necesita más potencia aún”, reflexionó Bergara.

Andrade señaló que la cercanía con las bases fue la parte principal de las razones del ascenso y crecimiento del FA.

“También tiene una parte importante de la explicación de la derrota electoral sufrida en 2019. Tenemos que tener en cuenta que la política es bastante más que gestión, sino que depende de los grados de protagonismo de nuestro pueblo”, agregó.

El Frente Amplio fue fundado el 5 de febrero de 1971. En ese momento, estuvo integrado por los históricos partidos de izquierda: el Socialista, el Comunista y el Demócrata Cristiano, liderados respectivamente por José Pedro Cardoso, Rodney Arismendi y Juan Pablo Terra, más otros sectores de izquierda menores. Asimismo, se integraron a la coalición varios grupos disidentes blancos (Movimiento Popular Frenteamplista de Francisco Rodríguez Camusso, Patria Grande con Enrique Erro) y colorados (Movimiento Pregón con Alba Roballo, Por el Gobierno del Pueblo con Zelmar Michelini y Hugo Batalla). También contó con la presencia de otros ciudadanos de carácter independiente, como Líber Seregni y Víctor Licandro (ambos de extracción batllista) y Julio Castro (maestro y subdirector del periódico Marcha).

Seregni se convirtió en el primer presidente del partido, y en el primer candidato a la presidencia de la República.

Objetivos

Por otro lado, Bergara señaló que el principal objetivo del FA es el horizonte emancipador que levantó a la fuerza política en 1971.

“Como enseñó Galeano, cuando damos un paso, el horizonte se aleja un paso. Vivimos mucho mejor que en aquellos años de represión, autoritarismo, pérdida de libertades y caída vertical de las condiciones de vida del pueblo. ¡Pero cuánto falta para que la vida sea digna para todos!  Y la política del gobierno herrerista-sanguinettista-cabildante ya mostró su rumbo: LUC, presupuesto y más no dejan dudas: estamos retrocediendo en casi todas las áreas”, reflexionó.

Por su parte, Andrade dijo que el Frente Amplio es una fuerza que tiene como horizonte la justicia social en un mundo que sufre desigualdades “extremas”. “En el continente más desigual, esta lucha tiene tareas pendientes, procesos de construcción, de conquistas, de creación de significado. El FA busca luchar contra todas las desigualdades, contra las económicas, territoriales, de género y hacerlo de forma tal de que el protagonismo principal lo tengan los que sufren”, agregó.

En la misma sintonía, Bergara señaló que ser de izquierda significa ser sensible a las injusticias de todo tipo, ser solidario con los vulnerados y estar dispuesto a luchar por mejorar las cosas para las grandes mayorías.

“Implica, necesariamente, una ética de responsabilidad y coherencia con esos valores. Hoy día tenemos miradas superadoras del izquierdismo del siglo XIX y del XX por múltiples motivos. Primero porque el mundo avanzó notablemente y las condiciones de vida mejoraron, en gran parte, por la lucha de las izquierdas. Pero cambió, más radicalmente de lo que imaginábamos, hace unas pocas décadas. Renovar el pensamiento está en el ADN de la izquierda: la ciencia, el arte, la cultura, las experiencias acumuladas, son nutrientes vivas que cambian como única ley perpetua”, agregó.

Asimismo, Orsi afirmó que ser frenteamplista demanda “oreja bien abierta” y escuchar a cada persona que plante y reclame respuestas. “Ser de izquierda es bregar por un modelo de desarrollo que no deje gente tirada, ser de izquierda es no repetir lugares comunes y convencerse de que la mejor idea es aquella que tras de sí puede aglutinar a miles de compatriotas en pos de la justicia social”, expresó.

Dificultades y mitos

Bergara señaló que la primera dificultad que se presentó en estos 50 años fue “aprender a querernos”. “Logramos juntarnos contra todo pronóstico gente tan diversa y con historias enfrentadas muchas veces”, agregó.

La segunda dificultad fue la permanencia del acuerdo, ya que no faltaron “retiradas y titubeos”, teorías “superadoras” y “traiciones”, afirmó.

“Pero salimos tercos los frenteamplistas de la mano de Seregni. Ni calumnias, ni terrorismo de estado, ni coaliciones derechistas han logrado eliminarnos.  Tenemos raíces muy profundas en el pueblo, somos el mayor partido del país hace más de 20 años, gobernamos con mayorías parlamentarias 3 veces, la capital 7 y Canelones 4, y un poco más. Y perdimos por 37 mil votos la presidencia, por mérito propio, principalmente. Hay que reconocerlo sin vergüenza. Ahora, ¿eso es descalificante? ¿Por qué sería para nosotros y no para los otros que han perdido en reiteración real luego de ser dueños y señores del poder político durante 170 años?”, se preguntó.

Aseguró que el análisis crítico que el FA viene realizando va mostrando muchos errores y carencias. “El principal, parecería, es habernos alejado de sectores sociales que confiaron en nosotros y no los escuchamos, no entendimos múltiples problemas viejos y nuevos, tuvimos soberbia y autocomplacencia”, expresó.

En cuanto a los hitos más importantes de estos 50 años, resaltó la fundación del FA, por “resistencia, por heroica y lúcida”.

“La disposición de todo el FA a seguir, corregir errores y volver a ganar la confianza mayoritaria de la sociedad, junto a todos los sectores que se opongan a esta orientación conservadora, elitista y antiestatista que nos hace perder calidad de vida y democrática día a día”, agregó.

Por su parte, Andrade recordó que el FA nace en un momento de grandes conmociones, en una América Latina “sacudida” por el papel del imperialismo, de la inherencia después del golpe de estado en Brasil y de circunstancias cada vez “más violentas” del autoritarismo de Pacheco.

“Tanto es así que entre los antecedentes del FA en la década del 60 uno encuentra el congreso del pueblo y también el asesinato de los estudiantes que generó una crisis de los partidos tradicionales. La prueba más dura de la militancia de izquierda fue esta. Haber enfrentado la cárcel, la clandestinidad, el exilio. Fue una prueba muy dura la experiencia de enfrentar el neoliberalismo de los 90, que generó condiciones muy complejas para la respuesta organizada, la crisis del 2002, cada una de esas experiencias dejó aprendizajes y fortaleció a la principal fuerza política del país”, expresó.

 “Cincuenta años de alegrías y lágrimas”

Por Yamandú Orsi

Civiles y militares constitucionalistas, obreros y pequeños productores, profesionales e intelectuales, gente de la ciudad y el campo. La fragua de luchas y elaboración, de sueños a concretar alguna vez, pero sobre todo la decisión de construir una herramienta para la acción política permanente para sembrar la semilla del cambio necesario y genuino en la sociedad uruguaya cumple medio siglo. Esa es parte de la síntesis de mi vida también, de la que aprendí y aprendo a cada momento.

Fui militante de comité de base en Canelones y por ese corazón y pulmón militante resulté electo para el Plenario Nacional. Son 50 años, son vidas, son lágrimas y alegrías, las de poder ver que algunos sueños se concretaron y mucha gente pudo mejorar su condición de vida. El “hijo” del general Liber Seregni celebra y tiene porque hacerlo. Hoy Frente Amplio existe también en Chile, en Costa Rica y seguramente se conformará en Brasil.

En Canelones, por cuarta vez consecutiva, la ciudadanía nos encargó el gobierno. No tenemos derecho a fallar. Ser de izquierda es llevar la bandera enhiesta de la igualdad y la libertad haciendo a un lado apelaciones mesiánicas.