En su discurso Bolsonaro dedicó un gran apartado a la Amazonia, que este año ha sido devastada por los incendios ante las nuevas políticas de privatización de uso del suelo y en contra de la preservación de las tierras, mientras hizo una mención menor a la crisis que atraviesa Brasil con la Covid-19, uno de los países más golpeado en el mundo por la pandemia.
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El mandatario subrayó que «somos uno de los países que más protege el medio ambiente» y atribuyó a que parte de los incendio son provocados por poblaciones indígenas locales como parte de su respectiva cultura y forma de supervivencia.
Desde la llegada de Bolsonaro al poder en enero de 2019, «la devastación pasó a otro nivel. Antes de Bolsonaro, las alertas mensuales de deforestación entre mayo y septiembre, la temporada seca, eran en promedio de unos 600 km2. Estos últimos años, se duplicaron», afirmó Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima.
Criticó a los medios de la prensa internacional por magnificar los incendios y consideró que la Amazonía no es patrimonio de la humanidad y es un error considerarla como un «pulmón» del mundo.
«Utilizando estas falacias, un país u otro, en lugar de ayudar, se embarcó en las mentiras de los medios y se comportó de manera irrespetuosa, con espíritu colonialista», sostuvo.
Rechazó ampliar el área de demarcación de la tierra indígena en la Amazonía, donde viven más de 225 pueblos, a un 20 por ciento como sugirieron expertos y organizaciones internacionales y nacionales. Ahora sólo está demarcado el 14 por ciento.
«Quiero reafirmar mi posición de que cualquier iniciativa para ayudar o apoyar la preservación de la Selva Amazónica u otros biomas, debe ser tratada con pleno respeto a la soberanía brasileña», indicó.
«También rechazamos los intentos de instrumentalizar el tema ambiental o la política indígena, a favor de intereses políticos y económicos externos, especialmente aquellos disfrazados de buenas intenciones», apuntó.
No obstante, hace unos meses el presidente de Brasil negó que las llamas se estén expandiendo en el Amazonas a pesar de la información del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), que indica todo lo contrario.
Aunque la tala de bosque disminuyó en julio, un asunto sobre el cual Bolsonaro hizo énfasis, en los últimos 12 meses la deforestación se incrementó un 34,5% con respecto al año anterior.
Desde el año pasado existe una presión contra Bolsonaro de grupos ambientalistas, defensores de las comunidades indígenas y otros miembros de la sociedad civil que piden un cambio en el discurso y la política frente a esta región.
Sin embargo, ahora Bolsonaro en una defensa nacionalista de la Amazonía se presentó con un defensor del territorio y atribuyó a intereses comerciales por la explotación de los recursos mineros las críticas en su contra.
«Brasil reafirma su compromiso inquebrantable con los más altos estándares de derechos humanos, con la defensa de la democracia y la libertad, expresión, religión y prensa. Es un compromiso que va de la mano de la lucha contra la corrupción y el crimen, demandas urgentes de la sociedad brasileña».
Como es regla cada año, Brasil abrió este martes los discursos de los mandatarios ante la Asamblea General de la ONU. Este año, debido a la pandemia del nuevo coronavirus, las intervenciones serán virtuales.
Bolsonaro arremete contra Cuba y Venezuela
En su discurso en ONU, Bolsonaro arremetió contra Cuba y Venezuela y acusó a ambos países de amenazar a la soberanía de Brasil, además de considerar que los anteriores Gobiernos de izquierda en la nación suramericana contribuyeron a estas acciones.
Indicó que las brigadas médicas de Cuba en Brasil, que en años anteriores ofrecieron su servicio en las comunidades más necesitadas en el país, se beneficiaron de su estancia en suelo brasileño sin otorgar ninguna prueba.
Fuente: Telesur