Como ya consignara Sputnik la Cámara de Representantes de EEUU acusó al presidente Donald Trump por «incitación» a los mortales disturbios de la semana pasada en el Capitolio aprobando por mayoría un juicio político contra el mandatario.
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Votaron a favor del juicio político 232 legisladores, incluidos 10 republicanos, acusando a Trump de «delitos graves y faltas al incitar a la violencia contra el gobierno de Estados Unidos», mientras que 197 se manifestaron en contra.
El portal La Vanguardia informa mediante su corresponsal en Nueva York que : «El asalto al Capitolio instigado por el presidente Donald Trump tiene consecuencias para su marca empresarial y para las campañas electorales, la suya y las de sus acólitos republicanos.
Después de perder el prestigioso campeonato de golf de la PGA en su club de Bedminster, el foco ha girado ahora hacia las cuentas corrientes de Trump.
Deutsche Bank, su principal prestamista, ha decidido romper vínculos por la insurrección del 6 de enero. Esto supone una amenaza directa a su marca comercial una vez deje la Casa Blanca, en solo unos días.
Trump tiene una deuda superior a los 300 millones de dólares con la entidad alemana que vence en los próximos años. Pese a pasar página, el Deutsche Bank no tiene intención de condonarle la deuda, por lo que la ruptura será definitiva una vez que la salde.»
Al mismo tiempo la corresponsal en Washington del mismo medio informa que: «Las fuerzas armadas de Estados Unidos están con la democracia, no por la insurrección. La Junta de Jefes de Estado Mayor publicó anoche un inequívoco mensaje de condena al ataque al Congreso perpetrado la semana pasada durante la proclamación de la victoria electoral de Joe Biden por seguidores de Donald Trump que garantiza su alineamiento con la Constitución y el pacífico traspaso de poderes el próximo 20 de enero.
Los violentos disturbios del 6 de enero “fueron un ataque directo al Congreso de EE.UU., el edificio del Capitolio y nuestro proceso constitucional”, afirman en un inusual comunicado los jefes de estado mayor de las principales ramas de las fuerzas armadas estadounidenses. “Como hemos hecho durante toda nuestra historia, el ejército de EE.UU. obedecerá órdenes legales de los líderes civiles” y sigue “completamente comprometido con la protección y defensa de la Constitución “de todos los enemigos, extranjeros y nacionales”.