Basada sobre decenas de investigaciones, la resolución recomienda la leche de la madre como muy saludable y solicita a los países a limitar el mercado imperfecto o engañoso de los productos sustitutos. Durante una reunión en Ginebra, realizada la pasada primavera, Estados Unidos habría intentado primero modificar y luego bloquear la medida, incluso con la amenaza de represalias a otros países. La ciencia reconoce desde hace mucho tiempo que la leche materna en los primeros seis meses de vida del recién nacido promueve su desarrollo neurocomportamental y reduce los riesgos de varias enfermedades, incluso para la madre. Los sustitutos, en cambio, no tienen las mismas propiedades y en algunos países del tercer mundo se convierten en peligrosos por la necesidad de usar agua, a menudo contaminada. Estados Unidos, abrazando los intereses de los productores de leche artificial, primero intentó limar el lenguaje del texto, eliminando las partes en las que se invita a los gobiernos a “proteger, promover y apoyar la lactancia materna” y limitar la promoción de productos alimentarios que según muchos expertos tiene efectos nocivos en los niños. Luego, sin reconocerlo, pasaron a las amenazas, evocando el posible recorte de ayudas a los países pobres si habían apoyado la moción. La tendencia de la administración estadounidense sigue siendo el privilegiar el negocio ignorando la investigación científica independiente. Fuente: Cubadebate (Con información de ANSA)
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