El entrenador de Peñarol quedó nuevamente en la picota tras perder el segundo clásico de verano, es que después de cada magra actuación, aunque haya ganado, Bengoechea es cuestionado a pesar de sus números positivos. Y está claro que sigue en Peñarol porque es Bengoechea y tiene una estatua en Los Aromos. Lo han salvado hasta ahora los números: de 31 juegos, ganó 18, empató 8 y perdió 5; con 58 goles a favor y 33 en contra, haciendo 62 puntos de 93 posibles. Los dos torneos que dirigió los ganó, a pesar de no haber ganado luego el campeonato. El debe son los clásicos, de siete que disputó tres fueron oficiales y los terminó empatando de atrás, uno de ellos lo perdió en el alargue de la final por el Uruguayo, en aquel partido que no terminó. Los otros cuatro que dirigió fueron por torneos de verano, empató uno que después los gana por penales y pirde los otros tres. Estos son los clásicos que condicionan al entrenador y obviamente la forma en que se perdió el último es el que levantó esta temporada. Fue cuestionado al final del torneo Apertura y el coordinador deportivo, Juan Ahuntchaín, lo respaldó diciendo que había ganado los dos torneos que dirigió. Anoche empezó a correr el run run de que lo echaban, no hubo la tan manida reunión de dirigentes de la que se habló, si charlaron Damiani y Ahuntchaín y hubo algunas consultas por parte del presidente, la decisión volvía a ser del coordinador que hasta anoche lo seguía apoyando en un 100%. Obviamente Ahuntchaín será culpable más adelante si se queda o si se va. Pero Bengoechea seguirá aguantando los embates de la tormenta, si sigue en Peñarol, anta cada baja actuación. Todos estamos expectantes a la opinión pública que puede haber en las próximas horas de Ahuntachaín y la decisión del presidente.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME