El fiscal Fernando Romano aceptó el pedido del imputado por disturbios en la marcha anti G20, que le solicitó una suspensión de la pena porque tenía coordinadas dos semanas de vacaciones en Valizas. La situación generó distintas reacciones en la opinión pública, las que van desde la indignación a la hilaridad. Al otro día, Romano admitió su error y fue peor la enmienda que el soneto: «Reconozco que para la opinión pública pueda verse mal, pero si yo no accedía a la suspensión, el joven igual podía ir y venir en el día desde Valizas a firmar, porque no iba a quedar encerrado en la seccional», afirmó.
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En rueda de prensa, el fiscal de Corte, Jorge Díaz, dijo que, desde el punto de vista jurídico, no podía decir nada, pero que desde el punto de vista de la política criminal, la de Romano había sido una muy mala solución: «A mí me puede parecer una muy mala solución, pero mientras esté dentro del marco legal… En este país los fiscales tienen independencia técnica hay que respetarla», indicó.
Si bien Díaz informó que en una conversación que tuvo con el fiscal, Romano «admite que hubo un error de apreciación», al fiscal de Corte dijo que «sobre todo me preocupa el mensaje».
Consultado sobre si afecta el trabajo de la Fiscalía en general, contestó: «Creo que la Fiscalía tiene una imagen de trabajo, de contracción al trabajo, de responsabilidad, de seriedad; lo que no tenemos es una imagen de infalibilidad. Nos hemos equivocado, nos equivocamos y nos vamos a equivocar», y calificó de «valiente» el error cometido por Romano.
Díaz dijo que es legalmente posible admitir la suspensión del cumplimiento de una medida por un determinado período de tiempo, o si se dan determinadas causas.