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Del "Made in China" al "Made near": Temu y Shein frente al nuevo muro arancelario

Temu y Shein ajustan su estrategia global tras la suba de aranceles en EEUU. El impacto puede llegar a Uruguay donde crece el consumo online.

El comercio electrónico global acaba de cambiar sus reglas de juego. Con la eliminación de la exoneración arancelaria para pequeños envíos procedentes de China -la llamada regla “de minimis”-, plataformas como Temu y Shein enfrentan un nuevo escenario en su principal mercado que es Estados Unidos. Pero los ecos de este sacudón llegan hasta América Latina, y por supuesto a Uruguay.

Desde hace unos meses, Shein y Temu han sido sinónimo de compras online accesibles, rápidas y variadas. Sus precios bajos se explicaban, en parte, por una norma aduanera estadounidense que exoneraba de impuestos a productos importados con un valor menor a los 800 dólares. Ese beneficio fue fundamental para que ambas empresas inunden el mercado con productos directamente enviados desde China. Eso ya es historia.

Desde ahora, todos los paquetes provenientes de China serán objeto de aranceles en EEUU, que podrían alcanzar el 120% del valor del producto o pagar una tarifa fija de hasta 200 dólares a partir de junio de 2025. El golpe fue certero. Temu, por ejemplo, ya suspendió los envíos directos desde China hacia ese país, según reportó CNBC.

La movida fue aplaudida por cadenas minoristas, sindicatos y legisladores que reclamaban competencia desleal y cuestionaban la calidad de los productos. Sin embargo, las tecnológicas asiáticas no tardaron en reaccionar.

Del “Made in China” al “Made near”

Para anticiparse a esta tormenta arancelaria, Shein y Temu aceleraron un cambio estratégico y diversificaron sus operaciones. Ambas comenzaron a integrar vendedores y proveedores locales en EEUU y a explorar centros de producción más cercanos, como México, Brasil, Turquía y Vietnam. El objetivo es esquivar los nuevos costos, mantener precios competitivos y, al mismo tiempo, ganar tiempo de entrega.

Shein ya trabaja con cientos de proveedores fuera de China, mientras que Temu reorienta su modelo hacia convertirse en un “marketplace” global donde empresas locales también pueden ofrecer productos. Una estrategia que, paradójicamente, podría terminar beneficiando a emprendedores y fabricantes del hemisferio sur.

El impacto se siente con fuerza, en México por ejemplo, la industria textil perdió 3.200 millones de dólares en 2024 por el avance de estas plataformas. Aún así, algunos ven la crisis como oportunidad, la rapidez de entrega, la personalización del servicio y la calidad son los nuevos campos de batalla que los comercios locales están empezando a disputar.

Además, la posibilidad de vender a través de Temu o Shein —al igual que ocurre en Amazon— abre una puerta insospechada, ¿pueden las pymes latinoamericanas valerse de sus propios competidores para exportar?

Uruguay entre las compras sin impuestos y el comercio que se reinventa

En Uruguay, el fenómeno de las compras online no se detiene. Solo en diciembre del año pasado se realizaron más de 153.000 envíos bajo el régimen de franquicias, que permite tres compras anuales de hasta USD 200 sin pagar impuestos. Durante 2024, los uruguayos gastaron más de 106 millones de dólares en plataformas como Temu y Shein.

Pero hay más, el régimen simplificado del 60%, que permite importar sin límite de envíos anuales pagando un único tributo, pasó de ser una curiosidad a una alternativa masiva. De 6.500 compras mensuales en abril, se disparó a 160.000 en diciembre. El valor importado creció de 4 a 18 millones de dólares en solo un año.

Todo esto confirma que el consumo digital está cambiando nuestros hábitos. Ropa, juguetes, calzado, artículos para el hogar, las categorías más elegidas en Uruguay se corresponden con la oferta más agresiva de Temu y Shein. Pero el nuevo tablero global podría alterar esa dinámica.

Mientras Estados Unidos endurece sus políticas para proteger a su industria, América Latina -y Uruguay- quedan en una zona gris, ni protegidos por barreras arancelarias ni blindados frente a la avalancha de productos ultra baratos. Sin embargo, el nuevo esquema también podría empujar a repensar estrategias.

Si Shein y Temu necesitan aliados fuera de China para sobrevivir al cerco estadounidense, ¿por qué no podría Uruguay ser parte de esa ecuación? Con talento local, manufactura textil histórica y una creciente digitalización, el país podría no solo consumir, sino también ofrecer.

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