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Sociedad incendios | Bomberos |

PURO FUEGO

Incendios: causas, condiciones laborales de bomberos, Hércules

¿Por qué suceden los incendios forestales? ¿Qué consecuencias tienen? ¿Cómo trabajan los cuerpos de bomberos? ¿Qué pasó con los Hércules y las cajas de agua?

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Caras y Caretas Diario

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Los incendios en Cerro del Toro (Maldonado), Las Vegas y La Floresta (Canelones) afectaron, en total, más de 600 hectáreas y despertaron debates sobre las condiciones de trabajo de los cuerpos de bomberos, la pertinencia de los aviones Hércules y la incidencia del cambio climático y la deforestación en el territorio.

El 1° de noviembre de 2022 comenzó a regir el decreto 436/2007 que establece “la prohibición de inicio de todo tipo de fuegos y quemas hasta el próximo 30 de abril de 2023”. Pablo Benítez, vocero de la DNB, dijo en conferencia de prensa que “la prohibición es para cualquier tipo de quemas como pastizales, podas, basuras y cocción de alimentos”. Las penas por este tipo de faltas o delitos, si corresponde, van desde una multa y obligaciones a penas que van desde los seis meses a los dos años de prisión (en caso de que se compruebe un incendio intencional o daño).

El 10 de enero la Dirección Nacional de Bomberos informó que llevaba 40 intervenciones por incendios forestales desde el inicio de 2023. Al 16 de enero el número había aumentado exponencialmente y un nuevo reporte indicó 59 intervenciones.

La falta de lluvia está acentuando la sequía en los campos, lo que genera más focos y, a la vez, complica el trabajo de extinción. Sin embargo, el factor humano sigue siendo el de mayor incidencia. El director de la Dirección Nacional de Bomberos, Ricardo Riaño, dijo a Caras y Caretas el 26 de enero sobre el incendio del Cerro del Toro: “Recibimos información objetiva de imagen satelital y también de las tomas fotográficas del comienzo del incendio, donde se aprecia que surgieron varios focos independientes uno de otro. Eso nos da la pauta de una conducta intencional. Ese comportamiento, de focos independientes, distanciados uno de otro en sectores con accesibilidad y otros no, nos da la pauta, indiscutiblemente, de que fue provocado para hacer daño”.

A pesar de que en verano en Uruguay usualmente se registra un aumento en la cantidad de incendios forestales, hay factores coyunturales en juego. De acuerdo con un informe internacional de la ONU, hay diversos estudios que indican que el cambio climático está aumentando los casos de incendios forestales a nivel mundial. “Para que ocurra un incendio se necesitan tres ingredientes: el clima y las condiciones climáticas adecuadas, mucho combustible y una chispa. El cambio climático ha afectado los dos primeros componentes (y en algunos casos, el tercero) de formas claras y mensurables, cada vez más evidentes en las últimas décadas”, informaron desde National Geographic.

El aumento de la temperatura global, los cambios en los ciclos de lluvia (y la sequía como consecuencia) y la deforestación son tres elementos clave que explican por qué sigue creciendo el número de incendios forestales y por qué se propagan con mayor celeridad.

Los incendios forestales tienen consecuencias: desaparición de bosques, pérdida de biodiversidad, empobrecimiento del ecosistema por la quema de plantas, musgos, helechos, arbustos, árboles, entre otras especies; deforestación del suelo porque se mueren microorganismos; pérdidas económicas porque se afectan actividades turísticas y recreativas; contaminación ambiental por el humo; emisión de grandes cantidades de CO2.

Situación de Bomberos

Luego del incendio de La Floresta la Alianza de Bomberos del Uruguay (ABU) denunció que Nicolás Martinelli, director general de secretaría del Ministerio del Interior, les ordenó limpiar el interior de una vivienda, “por una orden política que no tiene relación con el control del incendio”, informó la diaria. La ABU presentó, además, una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) contra el gobierno uruguayo por las constantes horas extras semanales y mensuales que entienden que violan los convenios internacionales sobre limitación de la jornada laboral, descanso semanal e higiene física y moral. En el documento expresan que la Dirección Nacional de Bomberos estableció un régimen de entre 54 y 66 horas semanales, lo que va contra la disposición del tope de 48 horas semanales “en todas las empresas industriales públicas o privadas”. También hacen alusión al estrés postraumático que puede suponer trabajar en situaciones de riesgo y emergencias de corta o larga duración, que además de requerir “gran esfuerzo físico” demandan “juicio, claridad de pensamiento, habilidad para elaborar cálculos de forma exacta y decidir muchas veces entre la vida y la muerte (triage), así como soportar la presión de medios masivos de comunicación, los curiosos y los familiares de las víctimas”. Es “responsabilidad del Estado” proteger a la población, y a los cuerpos de bomberos, como parte de la ciudadanía, “al servicio de la ciudadanía”. Riaño declaró en rueda de prensa que preveían un récord de incendios este año y aseguró que los recursos “se ven un poco complicados a la hora de la respuesta. Todo el Ministerio del Interior necesita recursos humanos, nosotros no estamos ajenos a esa situación, sobre todo para complementar los destacamentos del interior del país que son los que tienen el número de personal más acotado”. En una entrevista realizada en el programa Más Temprano que Tarde, Lina Álvarez y Rubén Arévalo, presidenta y secretario general de la Alianza de Bomberos del Uruguay, informaron que los bomberos trabajan 76 horas por semana, incluso más que las pautadas por la DNB, que ya denunciaron excesivas; y tienen un salario de 35.000 pesos. “Los compañeros están agotados. El personal está 24 horas de guardia por 48 horas francas, en el interior se da más que ante la escasez de personal los bomberos van a ayudar a sus compañeros en las horas francas. Venimos pidiendo a las autoridades el ingreso de personal teniendo en cuenta la cantidad de intervenciones en esta época”. Además, dijeron que “el 80 % de los camiones de la flota no cumple con la normativa para circular”.

Hércules

El Estado uruguayo compró el 30 de enero 30 cajas de agua para combatir siniestros desde los aviones Hércules. Sin embargo, no se utilizaron en los incendios forestales de mayores dimensiones (Cerro del Toro, La Floresta y Las Vegas). En una nota publicada por el diario El País, el Sinae explicó que corresponde a la Dirección Nacional de Bomberos resolver cuándo es oportuno utilizar los Hércules: “Los apoyos aéreos son solicitados por Bomberos”.

Días después Crónicas del Este publicó que los aviones se estaban alquilando para saltos tándem con instructor, “un vuelo panorámico de 20 minutos para llegar a 3.000 metros de altura. La caída libre es de 35 segundos a más de 220 kilómetros por hora. Luego de abierto el paracaídas el descenso dura aproximadamente 7 minutos. El costo del salto contado efectivo es de 6.200 y la filmación 1.100, se puede pagar con tarjeta hasta 6 pagos o 12 con Mi dinero con recargo”. Riaño dijo en Desayunos Informales que desde la DNB no solicitaron los Hércules porque no servirían para estos eventos en los que la caída de las cajas (que cargan hasta 1.200 litros de agua) supone un riesgo para “personas, maquinaria y viviendas” en la zona porque “si bien son cajas biodegradables, no nos olvidemos que están contenidas en un pallet, que el no accionamiento de esas cajas podría implicar que 1.000 kilos pudieran caer de forma compactada sobre una superficie”.

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