El ciudadano australiano de 50 años se enfrenta a una posible cadena perpetua si es declarado culpable en un tribunal de Estados Unidos por cargos de espionaje.
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En enero, un tribunal inferior dictaminó que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no debería ser extraditado a Estados Unidos debido al fuerte riesgo de que pudiera suicidarse en la cárcel de ese país. Ahora, el Tribunal de Apelaciones anuló esa decisión.
«La corte permite la apelación», afirmó el juez Timothy Holroyde en su breve lectura de la sentencia que acordó con el jefe de la judicatura, lord juez Ian Duncan Burnett.
La decisión abre la puerta a la extradición de Assange, pero sus abogados defensores mantienen el derecho de apelar el veredicto. La prometida de Assange, Stella Moris, calificó el fallo como un «gran error» y prometió que «apelaremos esta decisión lo antes posible».
Los dos letrados aceptaron el recurso interpuesto por EEUU en dos de los cinco puntos planteados por sus representantes legales designados por la Fiscalía británica.
Por una parte, rechazaron los envites del abogado del periodista, James Lewis para desacreditar la integridad del principal testigo médico de la defensa y restar importancia a los diagnósticos sobre la frágil salud mental del nacional australiano, de 50 años.
Ambos letrados aceptaron, en cambio, la validez y peso de las garantías extrajudiciales que Washington ofreció a Londres en febrero de 2021.
Así, concluyeron que la magistrada de Westminster, Vanessa Baraitser, «debería haber notificado a EEUU de su opinión provisional», de que sería «opresivo» entregar a Assange debido a su estado mental y las «duras condiciones en que posiblemente sería detenido» en el sistema penal norteamericano.
Los jueces advierten que, en el contexto de procesos de extradición, las garantías diplomáticas son «compromisos solemnes» que un gobierno ofrece a otro.
Y se dan por satisfechos de que tales garantías «excluyen la posibilidad» de que el periodista australiano sea encarcelado en régimen de máxima seguridad, salvo que «cometa actos en el futuro» que se penalicen con «medidas administrativas excepcionales».
El Tribunal de Apelación reconoce válida también la declarada disposición de Washington a «consentir» que cumpla sentencia en su país natal, aunque este es un derecho garantizado a la mayoría de los convictos.
Y acepta la proposición de que «recibirá apropiado tratamiento clínico y psicológico», acorde con el diagnostico de un médico de prisiones.
«El Tribunal rechazó varios criticismos de estas garantías… y está satisfecho de que serán suficientes para mitigar las inquietudes que condujeron a la decisión de la magistrada de distrito [Baraitser]», leyó el juez lord Holroyde en su resumen de la sentencia de apelación.
Por tanto, los jueces instruyen a la magistrada Baraitser que remita el caso a la ministra de Interior, Priti Patel en la actualidad, quien tiene la última decisión en cuestiones de extradición.
Antes, sin embargo, han de agostarse todas las vías judiciales y el equipo legal del exeditor de WikiLeaks ha indicado a Sputnik su determinación para seguir batallando por su excarcelación y en protección de la libertad de prensa.
Assange podría solicitar permiso para elevar su causa ante el Supremo del Reino Unido y, en última instancia, recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.