Una pareja afgana ha denunciado que el abogado del cuerpo de Marines de Estados Unidos, Joshua Mast, secuestró a su bebé de dos años en su llegada a los Estados Unidos, en agosto del 2021. La familia llegó a Washington D.C. huyendo del caos generado por la retirada de tropas estadounidenses de Afghanistán y en busca de tratamiento médico para la menor.
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En agosto del 2021, Joshua Mast los ayudó a abandonar Kabul, pero cuando llegaron al aeropuerto norteamericano los sacó de la línea de llegadas internacionales y los llevó con un oficial de inspección, según una demanda que presentó la familia el mes pasado. Les presentó un pasaporte afgano para la niña en el que constaba el apellido "Mast".
Mast apeló a altos funcionarios de la administración Trump y se dirigió al tribunal de un pequeño pueblo para adoptar al bebé
Cartas, correos electrónicos y documentos presentados en archivos federales muestran que Joshua Mast utilizó su estatus en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, apeló a altos funcionarios de la administración Trump y se dirigió a un tribunal de un pueblo de Virginia para adoptar a la bebé, sin que la pareja afgana lo supiera.
La pareja, desesperada por recuperar a la niña -ahora de tres años de edad-, ha demandado a Joshua Mast y a su esposa, Stephanie Mast. Pero los Masts insisten en que son sus padres legales y "actuaron admirablemente" para protegerla, según Associated Press. Por ello, han pedido a un juez federal que desestime la demanda.
"Después de que se la llevaron, nuestras lágrimas nunca han parado", ha declarado la mujer de la pareja a Associated Press. "Ahora mismo, solo somos cadáveres. Nuestros corazones están rotos. No tenemos planes para un futuro sin ella. La comida no tiene sabor y el sueño no nos da descanso", añade.
La identidad de la pareja se mantiene en el anonimato para proteger a su familia en Afganistán, pero explica que cuando Mast se llevó a la bebé -documentos de custodia en mano- la mujer cayó al suelo y le rogó a los oficiales de la Marina que se lo devolvieran. Su marido afirma que Mast lo había llamado "hermano" durante meses, por lo que le rogó que actuara con compasión. Pero Mast empujó al hombre y le pisó el pie, según afirma la familia.
Las tropas de Estados Unidos sacaron a la bebé de dos meses de los escombros tras atacar su hogar
La bebé fue rescatada dos años antes de los escombros provocados por una redada de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos que mató a sus padres y cinco hermanos. Después de meses en un hospital militar estadounidense, su primo y su esposa la habían adoptado, pese a la voluntad de Mast de impedirlo.
Los documentos judiciales afirman que el 6 de septiembre de 2019, Estados Unidos atacó el hogar de la menor. Según Mast, los informes clasificados muestran que el gobierno estadounidense "envió helicópteros llenos de operadores especiales para capturar o matar" a un caza extranjero. Mast afirmó que, en lugar de rendirse, un hombre detonó un chaleco suicida; cinco de sus seis hijos fueron asesinados, y su madre fue asesinada a tiros mientras se resistía al arresto.
Pero los abogados de la pareja afgana, Sehla Ashai y Maya Eckstein, aseguran que los padres de la bebé eran granjeros y no estaban afiliados a ningún grupo terrorista.
Ambas partes están de acuerdo en que, cuando el polvo se asentó, las tropas estadounidenses sacaron a la bebé de dos meses de los escombros con el cráneo fracturado, una pierna rota y quemaduras graves. Mast llamó a la bebé "víctima del terrorismo" y su abogado aseguró que "milagrosamente sobrevivió".
Mast no ha respondido a las peticiones de entrevista de Associated Press, pero los correos oficiales recopilados por la agencia y las declaraciones anónimas de un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en Kabul documentan sus numerosos intentos frustrados de adoptar a la menor, que culminaron con su secuestro en suelo norteamericano.
En documentos judiciales, Mast dice que actuó “admirablemente” para traer a la niña a Estados Unidos y cuidarla con su esposa. Dicen que le han dado “un hogar lleno de amor” y que “no han hecho nada más que asegurarse de que reciba la atención médica que necesita, a un gran costo y sacrificio personal”. Mast celebró la adopción del niño, cuya familia afgana es musulmana, como un acto de fe cristiana.
El futuro de la menor ahora se decidirá en un caso judicial secreto y sellado en la zona rural de Virginia, en el mismo juzgado que le otorgó la custodia a Mast. El gobierno federal describió esa orden de custodia como “ilegal”, “impropia” y “profundamente defectuosa e incorrecta” porque se basó en la promesa de que Afganistán renunciaría a la jurisdicción sobre el niño, lo que nunca sucedió.
Un portavoz del Cuerpo de Marines escribió en un comunicado que están cooperando plenamente con las investigaciones policiales federales, incluida al menos una centrada en la supuesta extracción y retención no autorizada de documentos o material clasificado. En los correos electrónicos que Mast envió pidiendo ayuda para traer a la niña de Afganistán, ahora presentados como pruebas en la corte, hizo referencia a la lectura de documentos clasificados sobre la redada que mató a la familia de la niña.
Los investigadores y los fiscales se negaron a comentar, citando las investigaciones en curso.
En el otro lado del mundo, los talibanes emitieron un comunicado en el que decían que “tratarán seriamente este tema con las autoridades estadounidenses para que dicha niña sea devuelta a sus familiares”.
Fuente: Con información de AP y La Vanguardia