A cinco meses del comienzo del Mundial de fútbol 2018 en Rusia, llega el momento tan temido por el cuerpo técnico y dirigente de la celeste: la determinación del plantel de 23 jugadores que representará al Uruguay. Es una alta responsabilidad para los encargados de hacerlo (el más influyente sin duda, el maestro Tabárez) por varias razones: a) el fútbol es más importante para los uruguayos que para la inmensa mayoría de los ciudadanos nacionales (quizás solo argentinos, brasileños, costarricenses y españoles se nos acercan, los islandeses en este ocasión); b) los jugadores que no sean convocados serán reclamados a posteriori como injustamente ausentes si los resultados no son los esperados, casi siempre irreales además; c) en año electoral posterior al torneo, el resultado tendrá hasta importancia política para los apoyos al gobierno o a la oposición; d) los intereses de los clubes, jugadores y empresarios deportivos se verán afectados por la citación o no de los jugadores, y por los resultados y actuaciones cosechadas, ya que influirán en la cotización internacional de los jugadores y en el capital a disposición de clubes y empresarios. El plantel debe ser escogido para un mínimo de tres partidos y un máximo de siete, pero con preferencia respecto de los tres mínimos obligatorios (i.e. salvo excepciones enormes, no citar jugadores inhabilitados para los primeros partidos). El plantel debe estar conformado por jugadores especialistas en determinadas posiciones y funciones, equilibrados por jugadores polifuncionales capaces de resolver problemas imprevistos a falta de nuevas sustituciones posibles (expulsiones, lesiones, bruscos cambios de postura táctica ante goles). El plantel debe mantener el volumen de experiencia y de conjunto humano que proteja de eventualidades cotidianas y que cobije a algunos miembros más noveles e inexperientes en un calendario de gran estrés, con cambios de alojamiento, viajes diversos, partidos y pre-post partidos exigentes, generadores de rispideces varias a manejar (con el peligro nuevo del acceso a las redes sociales, con contactos peligrosos con amigos, familias, y reflejo masivo de opiniones públicas neófitas y coyunturalmente excitadas) Las reflexiones que siguen están abiertas a novedades supervinientes derivadas de recuperación de jugadores hoy inhabilitados, lesionados o suspendidos, a las pruebas durante los amistosos internacionales de marzo, y también a la futura ocurrencia de esas posibilidades en el futuro pretorneo y durante el mismo. Los que estarían con seguridad Arqueros: 1) Muslera; 2) Martín Silva; 3) Campaña; si fuera necesario un cuarto ante alguno de los 3 faltantes, Conde. Defensores: 4) Godín; 5) Giménez; 6) Cáceres; 7) Gastón Silva; 8) Maximiliano Pereira. Mediocampistas: 9) Nández; 10) Vecino; 11) Valverde; 12) Cristian Rodríguez; 13) Sánchez; 14) Bentancur. Delanteros: 15) Suárez; 16) Cavani; 17) Stuani. Habría que escoger seis jugadores más para lo cual habrá que pensar en los criterios ya enunciados y en los avatares de la recuperación de lesiones y de la posible ocurrencia de problemas en los próximos meses. ¿Quiénes podrían ser esos seis restantes? Los arqueros ya están y, si faltara uno, Conde sería el elegido. Faltarían tres para completar ocho defensores para la línea de cuatro. Pueden ser especialistas restringidos o polifuncionales eventualmente útiles. Si se recuperara a tiempo Palito Pereira sería convocado, ya que sirve como lateral, volante lateral y hasta zaguero, tiene familiaridad con el grupo y el esquema; pero puede ser también Fucile, capaz de cubrir ambos laterales y tiene las mismas experiencias que Palito (pero hace ya un tiempo que es suplente en Nacional -menos exigente que un mundial- y puede haber empezado su decadencia), lo mismo Álvaro González, un polifuncional para los laterales, volantes laterales y volante central, también suplente en Nacional y en decadencia relativa, pero el más polifuncional y adaptado al grupo y el proceso; otro podría ser Coates, que ha jugado a veces aceptablemente y a veces vergonzosamente -yo no lo citaría-; un quinto jugador previsible y que ya ha jugado como defensor y como volante lateral es Corujo; un sexto es Lemos, a veces convocado. Prudentemente, sumemos como jugador 18 a Álvaro González, y nos quedan 5. ¿Qué volantes podrían sumarse a la nómina de posibles? Varios. En primer lugar, Arévalo Ríos, muy importante en el ciclo pero en decadencia; en segundo lugar (y ojalá fuera él) Lucas Torreira, 21 años, fraybentino poco conocido acá porque emigró a Italia desde las juveniles de Wanderers sin pasar por primera división ni torneos juveniles, pero es pieza básica del Sampdoria desde 2016, volente central que fue el mejor recuperador de pelotas del torneo italiano, a quien le hicieron más faltas y con goles de media distancia y tiros libres. En tercer lugar, Lodeiro, función de enlace como volante por el centro, variante que otros no proporcionan, aunque es cierto que nunca dio la talla; en cuarto lugar, Gastón Ramírez, también irregular y más promesa que realidad, este año buena temporada en Sampdoria con Torreira: puede ser enlace central o lateral; en quinto lugar, De Arrascaeta, talentoso, lento y discontinuo, pero tenido en cuenta por Tabárez; en sexto, Laxalt, tenido en cuenta pero casi no utilizado, el mejor suplente natural para lo que hace el Cebolla; en séptimo, Mayada, ya usado pero suspendido en River argentino por doping, ahora ya rehabilitado; en séptimo, Gargano, ya considerado de vuelta por Tabárez, de gran resurrección en Peñarol 2017. Delanteros. Estará recuperado pronto Rolan y no tan pronto Hernández, siendo Maxi Gómez el delantero de punta que sería, hoy, el suplente directo de un punta de choque como Suárez, siéndolo Stuani de un punta de va y viene como Cavani. Habrá que esperar cuándo y cómo vuelven Rolan y Hernández, sin olvidar al tan irregular como talentoso y explosivo Urretavizcaya; y que también fue citado Gastón Pereiro. En resumen, arriesguemos los 23 agregándole 5 a los 18 que ya le habíamos adelantado como más probables: 1) Fernando Muslera; 2) Cáceres; 3) José M. Giménez; 4) Diego Godín; 5) Gastón Silva; 6) Matías Vecino; 7) Valverde; 8) Nahitan Nández; 9) Cristian Rodríguez; 10) Edinson Cavani; 11) Luis Suárez (equipo titular); 12) Martín Silva; 13) Martín Campaña; 14) Maximiliano Pereira; 15) Rodrigo Bentancur; 16) Carlos Sánchez; 17) Christian Stuani; 18) Álvaro González; 19) Diego Rolan; 20) Nicolás Lodeiro o Jonathan Urretavizcaya; 21) Gastón Ramírez o Giorgian de Arrascaeta; 22) Lucas Torreira o Egidio Arévalo Ríos; 23) Palito Pereira, Jorge Fucile o Matías Corujo. Esto, si se dispusiera de todos, sanos y sin suspensiones, recuperados los lesionados como para jugar, y hechas las pruebas faltantes en los amistosos internacionales de marzo. Allí ajustaremos. Recordamos que esta lista es la que creemos elegirá Tabárez, no la nuestra, que sería muy aproximada, con los 19 primeros comunes; aunque quizás con Torriera (20) y no el Cacha; Urretavizcaya y no Ramírez o Arrascaeta (21), Laxalt y no Lodeiro (22) y, sorpréndase quizás, Rogel en lugar de Palito, Fucile o Corujo (23), gran jugador, quemado por errores poco importantes, magnificados por prensa que sabe poco de fútbol.
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