¿Qué pasa con Delgado? A fines de diciembre de 1912, Luis Alberto de Herrera escribió una columna, en el viejo diario “La Democracia”, donde inmortalizó la histórica frase “las nubes pasan, el azul queda”. Cada vez que los blancos, se enfrentan a algún tropiezo electoral o discusiones internas, la sacan a la cancha con la esperanza de superar los momentos difíciles y las derrotas.
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Juana eligió para esta nota “las nubes no pasan”, porque en verdad, desde la campaña electoral del 2024 hasta hoy, los blancos no tienen paz. Cuando todos creíamos que la elección del Directorio y demás autoridades partidarias iniciaban una nueva etapa de cara al 2029, como dijo el Dr. Lacalle Pou en su discurso ante la Convención Nacional, nos equivocamos.


Fue una convención bien a lo blanco, con ruido político antes, durante y después, que dejó una interna bien entreverada y una elección del presidente del Directorio llena de tira y aflojes, silbidos al presentarse a los convencionales que salían y se pechaban para irse y no escucharlo. Pero vayamos por partes y veamos que los nubarrones de los blancos no pasan tan fácilmente…
El presidente del Honorable Partido Nacional
La disputa por la presidencia del Partido Nacional comenzó inmediatamente después de que procesaron a los ponchazos la derrota frente a Yamandú Orsi. Al principio todos soñaban con que Luis Lacalle Pou sería el conductor y presidente de la máxima autoridad de los blancos después del 1º de marzo. En conversaciones privadas primero y en reuniones con los diversos sectores después, les fue comunicando que no estaba en sus planes asumir tamaña responsabilidad.
Así, sin el paraguas protector de Lacalle Pou, los distintos grupos fueron armando su estrategia y proyectando sus respectivos candidatos. Álvaro Delgado, más allá de venir baqueteado por más de 100 mil votos, reacomodó el cuerpo y les dijo a sus compañeros de Aire Fresco que iba a pelear la presidencia del Honorable.
Javier García se candidateó y fue duro en la contienda electoral. El senador Luis Alberto Heber se proclamó como el candidato para unir al partido; “la tercera vía”, decía. Y el intendente de Florida, Carlos Pájaro Enciso, armó una lista con gente joven, hizo acuerdos al vencimiento del plazo para presentarse y basó su campaña en la necesidad de que el interior tuviera su representación en el directorio blanco.
Palabra más, palabra menos, todos los candidatos tenían claro al arrancar la campaña que había que reposicionar al partido. Pero hay un tema que no los unió y los sigue separando: la tarea full time de la presidencia del Directorio en el desempeño de la misma y, por ende, la renuncia a las tareas rentadas previas de los distintos candidatos.
El senador Luis Alberto Heber hizo campaña insistiendo en que, de ser electo presidente de la autoridad partidaria, renunciaba a su banca en el Senado y se comprometía a no ser candidato en las próximas elecciones nacionales. Insistía: “Mi único compromiso es con el Partido Nacional”. Como vemos, Heber dejaba la vara muy alta y Javier García tomó el guante y, en los últimos días, previo a las elecciones, dijo en más de un reportaje que renunciaría al Senado.
Por su parte, el hoy presidente del Directorio, el senador Álvaro Delgado, siempre mantuvo la posición contraria. Nunca se comprometió a renunciar a su banca en el Senado.
Juana recuerda que cuando el Dr. Lacalle Pou se pronunció sobre el tema, en más de una ocasión y el día que fue recibido en la sala del Directorio en la casona de la calle Juan Carlos Gómez, fue claro. Sostuvo: “La presidencia del Directorio es una tarea de 24x24, los siete días de la semana. Incompatible, pues, con la calidad de senador”. Lacalle no se anduvo con chiquitas para manifestar su opinión contraria desde el vamos con la posición del hoy presidente del Directorio, Álvaro Delgado.
Hay un último tema, que viene de la mano con el ejercicio de la presidencia del Directorio del Partido Nacional, y que se ha transformado en los últimos días en un problema más en la interna blanca. El cargo de presidente del Partido Nacional es, desde hace unos años, rentado. Quien lo ejerce cobra un salario similar al de senador de la República. Genera obviamente aporte al BPS, todo con cargo a las arcas partidarias.
Ahora bien, si quien ejerce la presidencia tiene otro cargo rentado, en este caso particularísimo, senador de la República, las cosas se complican…
La renuncia que no llega
La posición de Álvaro Delgado de no renunciar al Senado y hacer consultas a la Jurídica del Poder Legislativo, y en el mientras tanto ir pidiendo licencia, ha complicado las cosas y, como diría mi abuela, se armó tremendo lío en el gallinero.
Mientras iba escribiendo esta nota, Juana pensó: “Qué capacidad tienen los blancos para de la nada armar un lío interno que nos da trabajo a los escribas, y agitan la interna un día sí y otro también”.
A pocos días de asumir la presidencia del Directorio, suma más reclamos que apoyos para que defina de una buena vez su renuncia al Senado.
Juana habló con los socios que apoyaron a Delgado en el sublema que le dio el triunfo frente a Javier García. Álvaro Viviano sostiene que sería conveniente que Delgado renuncie al Senado para evitar enfrentamientos que lo ayuden a recomponer al Partido.
La dirigente Gloria Rodríguez, de D Centro, le dijo a Juana que, si bien es cierto que Álvaro Delgado nunca se comprometió a renunciar, es un tema que se ha hecho tan público que está involucrando al Partido Nacional todo y que sería conveniente que presentara su renuncia.
Fuentes del herrerismo consultadas por Juana insisten en que Delgado debe renunciar lo antes posible y terminar con esta discusión que nunca debió ocurrir.
El senador Sebastián Da Silva fue por más. “Tiene que renunciar por el Partido, por él mismo y por José Luis (Falero), que no puede estar siendo jornalero”.
Da Silva le dijo a Juana que le transmitió a Delgado que las cosas tienen que ser sencillas y fáciles de entender. Agregó: “No es por él, lo mismo le hubiera dicho a Javier (García)”. “Todo lo que resulta difícil de explicar, complica y no ayuda”, agregó.
Como si algo faltara a este culebrón, ayer salió al cruce el senador Martín Lema, compañero de ruta de Delgado desde el 2008, quien entiende que es conveniente la renuncia al Senado para evitar malos entendidos y despejar cualquier hipótesis o proceso engorroso. Juana sabe que lo que quiso decir Martín Lema es evitar que la ciudadanía piense que Delgado siga cobrando en el Senado y acumulando en el Directorio. Como no se terminan de poner de acuerdo, varios dirigentes le han solicitado a Delgado que lo conveniente es que el tema sea abordado en el Directorio la semana próxima. Veremos…
Mientras tanto, los blancos siguen dando tela para cortar a Juana, notas para escribir y regalando títulos sobre una interna que no tiene paz.