Rodríguez destacó que, gracias a esas acciones, “la pandemia no nos arrasó” como ocurrió en otros países. También recordó la negociación frustrada para traer la vacuna Sputnik V: “Nos ofrecieron la vacuna a 15 dólares, firmamos contratos, pero tuvimos que sacar documentos del país para protegernos. El MSP nos negó esa posibilidad y ridiculizó la gestión”.
En su crítica al accionar del Poder Ejecutivo, Rodríguez aseguró que el esfuerzo de la institución no fue reconocido, sino castigado: “¿Cuál fue el pago por el esfuerzo que hicimos? La intervención. El intento de desprestigiarnos. Ese fue el pago recibido por el gobierno anterior y por el anterior presidente de la República”.
Sobre la medida de intervención, denunció sus efectos devastadores en la economía del Casmu. “Nos cortaron el crédito, empezamos a financiar nuestra operativa a tasas altísimas. El BROU solo nos apoyó porque sabía que siempre cumplimos. Pagamos los sueldos el quinto día hábil, ¿cuántas instituciones hacen eso hoy?”, subrayó.
El presidente también cuestionó el relato de mala gestión y patrimonio negativo que motivó la intervención. “Reducimos el patrimonio negativo en más del 60% en cinco años, el doble de lo que se redujo en el período anterior. En plena crisis seguimos pagando a proveedores, a médicos y sosteniendo los servicios”, afirmó.
Rodríguez enumeró múltiples avances tecnológicos, sociales y sanitarios liderados por la institución, desde la instalación de salas híbridas de última generación hasta convenios con Naciones Unidas para apoyar la atención integral a personas en situación de vulnerabilidad. “Somos la institución que más residentes médicos recibe. Somos unidad docente de la Facultad de Medicina. Y a pesar de todo, seguimos apostando al desarrollo humano y a la salud de todos los uruguayos, no solo de nuestros socios”, dijo.
Asimismo, denunció que otras instituciones mutuales con balances deficitarios no fueron intervenidas, y sugirió que hay un sesgo ideológico o económico detrás de esa diferencia de trato. “¿Por qué se interviene solo al Casmu? ¿Por qué se privilegia a otras instituciones que terminan derivando pacientes al Casmu mientras se quedan con los recursos?”, cuestionó.
Para finalizar, insistió en la necesidad de estabilidad para la institución y anunció su voluntad de seguir al frente del Casmu si es reelecto en las elecciones internas. “Tengo un objetivo de nueve años. Queremos que el Casmu sea la mejor empresa de salud de América del Sur y vamos en ese camino”, aseguró.
“Somos parte de una institución que nació para servir, no para lucrar. A todos los que están acá les digo: lo que estamos haciendo es construir la medicina del futuro”, sentenció.
Grille: “Casmu tiene otros 90 años por delante si se le da tranquilidad y no se lo convierte en botín político”
El doctor, periodista y director de Caras y Caretas, Alberto Grille, quien fue convocado a disertar en los 90 años del Casmu, ofreció un discurso cargado de contenido histórico, político y emocional, en el que destacó el papel de la mutualista como pilar del sistema de salud uruguayo y denunció los efectos de la intervención dispuesta por el Ministerio de Salud Pública (MSP) durante el gobierno pasado.
Grille calificó al Casmu como “una columna fundamental en el sistema nacional de salud y un bastión inmenso desde el punto conceptual de la medicina social no lucrativa en nuestro país”.
Además, recordó que la institución no nació de un grupo de intereses privados, sino de un proceso de lucha gremial y estudiantil iniciado a comienzos del siglo XX. “El Casmu no nace como resultado de un club social o de una asociación de médicos corporativa preocupada por mantener y profundizar privilegios, sino que es obra de un sindicato médico que, para los que no lo saben, es una palabra que etimológicamente viene del idioma griego y que quiere decir algo así como ‘con justicia’”, afirmó.
El periodista rememoró la intervención de la dictadura y la resistencia del Casmu como “baluarte junto al sindicato médico en la lucha por la libertad”. Pero también dedicó parte central de su exposición a criticar el hostigamiento que, a su juicio, sufrió la institución durante el gobierno anterior. En particular, se refirió a la ordenanza 565/024 emitida por el MSP, que fundamentó la intervención alegando una “grave dificultad económica y financiera” y un “patrimonio negativo”.
Grille negó que esas razones justificaran la medida y calificó el argumento de “peligroso ejercicio de falsificación ideológica”. Según explicó, el CASMU nació con patrimonio negativo y, sin embargo, durante décadas creció y brindó atención médica de calidad. “Si el patrimonio era negativo desde el origen y con trabajo se venía reduciendo, esta medida fue en la dirección contraria, la de provocarle un deterioro tan grande que no permitiera a la mutualista seguir en pie”, aseguró.
Denunció también que el corte de crédito tras la intervención obligó al Casmu a endeudarse a tasas altas, lo que incrementó sus dificultades financieras. “Solo un malabarismo del BROU permitió que dos días después de la temeraria medida del Poder Ejecutivo se pudiera desembolsar un préstamo para pagar los sueldos”, sostuvo. A eso se sumó —dijo— una deuda impaga de ASSE por más de diez millones de dólares, que, según Grille, dejó a CASMU en la paradoja de estar “financiando al Estado mientras era intervenido por él”.
En su repaso por los últimos años, evocó el papel de Casmu durante la pandemia y su intento de traer la vacuna Sputnik V: “Todos sabemos cómo terminó la historia. Los uruguayos recién empezaron a ser vacunados en marzo del año siguiente, con vacunas cuyo costo aún permanece en un secreto”.
Grille pidió garantías institucionales para la estabilidad de la mutualista: “Casmu necesita tranquilidad por parte del gobierno de que no va a ser un botín político y su continuidad está asegurada”. En esa línea, advirtió que no se debe usar la institución para disputas de poder y reclamó que se respeten los procesos electorales internos: “Si no gustan las actuales autoridades, habrá elecciones en setiembre y quien gane, ganará”.
Para cerrar, se refirió al rol del Casmu en su vida familiar: “En mi casa no se rezaba a Dios antes de comer, sino que se le agradecía al CASMU”. Y cerró con una advertencia entre la ironía y la convicción: “Recemos para que a nadie se le ocurra creerse Dios y venir a salvar al CASMU, porque la institución tiene pantalones largos y ya se sabe manejar sola”.