El texto refleja el llamado de la organización de la ONU especializada en temas de educación, ciencia y cultura a no olvidar a los desfavorecidos en el actual contexto de la crisis sanitaria, en una región que antes de la irrupción del coronavirus SARS-CoV-2 era ya la más desigual del planeta en el ámbito educativo.
De acuerdo con el ente multilateral, si bien merecen reconocimiento los esfuerzos de países latinoamericanos y caribeños para continuar el proceso de enseñanza mediante las modalidades a distancia, muchos estudiantes quedaron rezagados y necesitan atención.
En ese sentido, advierte que para evitar un desastre generacional derivado de la emergencia educativa creada por la Covid-19, deben adoptarse respuestas a este desafío en los planes de recuperación.
Según el reporte denominado ‘Todos y todas sin excepción’, antes de la pandemia, los alumnos de hogares de mayores ingresos en 21 naciones tenían cinco veces más probabilidades de terminar la enseñanza secundaria superior que en los de hogares pobres.
Brasil, Colombia, Guatemala, Jamaica, México, Panamá, Perú y Uruguay están entre los países incluidos en el estudio producido por el equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, la Oficina Regional de Educación y el Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe-SUMMA.
La investigación señala las dificultades existentes para alcanzar un dominio mínimo de competencias lectoras, las habilidades matemáticas básicas y la asistencia a clases, agravadas durante la crisis sanitaria, sobre todo entre los desfavorecidos, como los indígenas, los afrodescendientes y los afectados por discapacidades.
Para el director de SUMMA, Javier González, ‘los sistemas educativos de la región no sólo se caracterizan por su baja calidad, sino también por sus altos niveles de desigualdad y exclusión social. Este problema se ha visto exacerbado con la pandemia’.
Por esta razón, debemos invertir y reformar urgentemente nuestros sistemas educativos para desarrollar su capacidad de adaptación a las necesidades particulares de sus estudiantes y territorios, reconociendo, valorando y construyendo sobre la diversidad, como elemento esencial y constitutivo de la calidad educativa, subrayó.
El reporte incluye un conjunto de recomendaciones para la siguiente década, destinadas a ayudar a los países latinoamericanos y caribeños en la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 y la reducción de las desigualdades en el sector.
La Unesco adelantó que el informe será el tema central del Foro Regional de Políticas Educativas 2020: Inclusión y educación en tiempos de post-pandemia, que se realizará del 9 al 12 de noviembre con la participación de funcionarios ministeriales y expertos.