El Secretario Ejecutivo de Cepal analizó las tres trampas del desarrollo que plantea el organismo y que limitan el avance de América Latina y el Caribe: la baja capacidad para crecer y transformar; la alta desigualdad y la débil cohesión social; y una baja capacidad institucional caracterizada por una gobernanza poco efectiva. Como parte de este análisis, presentó el Informe especial titulado "Camino a la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 2025: hacia un pacto por el desarrollo social inclusivo", el cual es un llamado a la acción colectiva para abordar estos desafíos.
Salazar-Xirinachs hizo hincapié en la importancia histórica de la Primera Cumbre de Desarrollo Social celebrada en Copenhague en 1995, donde el desarrollo social se consolidó como un eje estratégico del desarrollo global. Afirmó que la aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y otros acuerdos internacionales, incluyendo el reciente Pacto para el Futuro, demuestran que es posible alcanzar consensos significativos que faciliten el progreso social.
Los conceptos dan mucho que pensar en estrategias que pueden impulsar un desarrollo social más inclusivo y sostenible. La articulación de esfuerzos a nivel regional se torna imprescindible en un contexto donde las desigualdades persisten y las críticas globales desafían los modelos de desarrollo existentes.
La CEPAL, a través de iniciativas como esta, afirma que busca motivar una acción coordinada entre gobiernos, instituciones y sociedad civil, enfatizando que avanzar hacia un Pacto por el desarrollo social inclusivo no es solo una necesidad inmediata, sino también una inversión a largo plazo para el futuro de la región. Así, todos los actores involucrados tienen la oportunidad de contribuir a la construcción de sociedades más justas, equitativas y prósperas.