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El dólar estadounidense enfrenta su peor año en décadas: Trump razón de sus causas y consecuencias

Las expectativas sobre un fortalecimiento del dólar durante el segundo mandato del presidente Donald Trump fueron inicialmente altas.

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El dólar estadounidense está atravesando un periodo crítico, marcando su peor desempeño en décadas. A pesar de que la demanda de bonos se ha mantenido relativamente estable, la divisa ha experimentado una caída abrupta, con el índice del dólar, que mide su fortaleza frente a seis principales divisas, cayendo casi un 10% este año, alcanzando niveles no vistos desde 2022.

Las expectativas sobre un fortalecimiento del dólar durante el segundo mandato del presidente Donald Trump fueron inicialmente altas. Se anticipaba que sus políticas de recortes de impuestos impulsarían el crecimiento económico y que la implementación de aranceles disminuiría la demanda de importaciones, lo cual podría haber elevado el valor del dólar. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente. La depreciación de la moneda estadounidense se atribuye en gran medida a la incertidumbre provocada por las erráticas decisiones del presidente Trump respecto a los aranceles, que han variado entre implementación, suspensión, aumento y reducción, creando un clima de inestabilidad en los mercados.

Mientras la economía estadounidense enfrenta esta incertidumbre creciente, Europa, aunque también enfrenta sus propios desafíos relacionados con los aranceles, ha mostrado una mayor estabilidad en comparación. El consenso general en los mercados es que el crecimiento de la economía estadounidense se está desacelerando, influenciado por las preocupaciones en torno a las políticas comerciales de la Casa Blanca y otros factores macroeconómicos.

Un dólar más débil podría, en teoría, beneficiar a los exportadores estadounidenses, haciendo que sus productos sean más competitivos en el mercado global. Además, puede resultar en mejores ingresos para las empresas con operaciones en el extranjero y facilitar que los turistas internacionales visiten Estados Unidos, ya que sus costos se vuelven más asequibles. Sin embargo, este debilitamiento se produce en un contexto de creciente preocupación sobre cómo las políticas "erráticas" de la Casa Blanca y la abultada carga de la deuda estadounidense podrían influir negativamente en la demanda de activos estadounidenses.

Ya existían preocupaciones sobre la necesidad de mayores rendimientos de los inversores extranjeros para mantener la deuda estadounidense, dados los temores relacionados con el déficit. Los inversores en deuda estadounidense suelen buscar un dólar fuerte para maximizar sus rendimientos al convertir sus inversiones a sus respectivas monedas. Así, a medida que el dólar se debilita, la rentabilidad para estos inversores se ve afectada, lo que podría llevar a una disminución en la demanda de la moneda.

Este escenario podría resultar en un aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, elevando el coste del crédito tanto para el gobierno estadounidense como para los consumidores. El descenso del dólar también refleja una crisis de confianza en la capacidad del país para gestionar eficazmente su economía y finanzas.

La situación actual del dólar estadounidense plantea serios desafíos tanto a nivel interno como externo. Si bien hay algunas oportunidades potenciales asociadas con un dólar más débil, los riesgos y complicaciones derivados de la incertidumbre económica y política podrían tener repercusiones significativas para la economía estadounidense y su posición en el escenario global. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para determinar el rumbo de la moneda y, por ende, de la economía.

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