El 3 de marzo, el crucero «Celebrity Eclipse», perteneciente a la flota de la empresa «Celebrity Cruises», zarpó del puerto de Montevideo, embarcando trece pasajeros de nacionalidad uruguaya. El resto de los 4.000 pasajeros (a los que habría que agregar 1.500 tripulantes) atravesó el Estrecho de Magallanes para intentar desembarcar en el puerto de Valparaíso. Al llegar allí, el sábado 14 de marzo, les fue impedido en desembarco, al haberse declarado el estado de catástrofe por la proliferación de casos de COVID-19.
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En el crucero, fueron testeados los pasajeros y la tripulación y no se registró ningún caso de coronavirus, no obstante lo cual les fue impedido el desembarco. En esa escala, sólo se permitió bajar a tierra a un pasajero que había sufrido un infarto. De allí partieron hacia el norte e intentaron desembarcar en Ecuador, dónde se encontraron con idéntica negativa.
Sin otra alternativa, el crucero se dirigió al norte, intentando hacer una escala en México, dónde también encontraron medidas de protección, pese a que no está establecida la cuarentena.
La siguiente escala fue San Diego (California), dónde por fin pudieron desembarcar aquellos que no necesitan visa o ya la tenían. A partir de allí continuaron viaje con 250 pasajeros latinos (principalmente mexicanos) hacia Acapulco, dónde llegarán el 4 de abril. Entre los que irán a ese destino hay 13 uruguayos.
Entre los tripulantes se encuentra Benjamin Liberoff, reciente subsecretario de Turismo, quién narró la peripecia que viven los cruceristas.
«En realidad lo nuestro no tiene nada de dramático -expresó Liberoff- ya que vivimos en una burbuja, sin ningún caso detectado a bordo. Mal está la gente que está enfrentando la pandemia».
Respecto a la respuesta que obtuvieron de Cancillería, Liberoff manifestó que «fue excelente, tanto en locque se refiere a la solidaridad exhibida como a la búsqueda de alternativas para repatriarnos. Tanto en Estados Unidos, como en la embajada y cancillería en México D.F., encontramos la mayor receptividad. Pero el problema es que están cancelados hasta el 30 de abril los vuelos hacia el sur, tanto los de Copa, los de Gol, los de Latam o los de American Airlines. Habrá que tener paciencia, pero alguna solución se encontrará. Repito, por ahora estamos por fuera de todo riesgo y nuestra preocupación es la gente que está por fuera de la protección que por ahora tenemos».