“Quizás no sepa que aquí en Brasil el poder judicial es independiente”, respondió Lula, al rechazar cualquier tipo de injerencia extranjera en el proceso judicial contra Bolsonaro. También advirtió que, si se concretan los aranceles, su gobierno evalúa aplicar medidas de represalia comercial.
“Brasil nunca negociará como si fuera un país pequeño contra un país grande”, sostuvo. “Conocemos el poder económico de Estados Unidos, reconocemos su poder militar y su tamaño tecnológico. Pero eso no nos asusta. Nos preocupa”.
El presidente brasileño considera que Trump está violando la soberanía del país sudamericano. “El comportamiento del presidente Trump se apartó de todos los estándares de negociación y diplomacia”, criticó. “Lo que no se hace es imponer impuestos y dar un ultimátum”.
Trump calificó el juicio contra Bolsonaro como “una vergüenza internacional”, lo comparó con sus propias causas penales en Estados Unidos y cuestionó el accionar del juez Alexandre de Moraes, a cargo del proceso en Brasil. En respuesta, Lula lamentó que la tensión escale a niveles diplomáticos. “Si lo que me dice es cierto, es más grave de lo que imaginaba. El Tribunal Supremo de un país debe ser respetado no solo por su propio país, sino por el mundo entero”.
Dispuesto al diálogo
Además de las advertencias comerciales, Trump acusó a Brasil de ser un socio comercial desleal. Sin embargo, los datos contradicen esa afirmación: el año pasado, Estados Unidos registró un superávit comercial de 7.400 millones de dólares con Brasil.
A pesar de las tensiones, Lula dijo estar dispuesto al diálogo. Reveló que le envió una carta a Trump antes de su investidura, pero nunca recibió respuesta. “Lo que lo impide es que nadie quiere hablar”, sostuvo. “Todos saben que he solicitado contactar”.
El mandatario brasileño también hizo pública su simpatía por la vicepresidenta Kamala Harris, a quien apoya en la contienda electoral de 2024.