Fuera de estos logros en el Parlamento (que se pueden considerar logros por lo trabajoso de construir una mayoría en este contexto), el gobierno muestra la negociación con el consorcio adjudicatario del plan Neptuno que permitió cancelar ese proyecto altamente rechazado por la gente sin enfrentar juicios al Estado ni indemnizaciones, y algunas medidas (escasas) para mejor la situación económica de la gente (como la baja de 100 pesos de la garrafa de gas) y algunas medidas sociales, como el bono vuelta a clase para los 100 mil niños de quintiles de ingresos más débiles, la incorporación de la vacuna contra meningococos en el esquema pública de vacunación para los niños o la recuperación del stock de medicamentos disponibles en los efectores de salud pública.
Más allá de estos magros aunque laboriosos avances legislativos, y estas medidas de gestión, no se observan todavía grandes proyectos en el ámbito legislativo ni grandes reformas estructurales, todas ellas programadas, pero fuertemente supeditadas a ámbitos de diálogo social o de diálogo interpartidario, como el diálogo social sobre la seguridad social o el espacio de diálogo sobre seguridad pública. Estos ámbitos, que proliferan en el gobierno en la búsqueda de políticas de Estado en diferentes áreas, son los ámbitos donde el gobierno parece concentrar sus esperanzas de alcanzar grandes acuerdos que le permitan promover verdaderos cambios profundos.
Ese es el panorama por ahora: un ámbito parlamentario complejo donde el gobierno necesita obtener dos votos, que podrían ser los legisladores de Cabildo Abierto (habrá que ver a qué costo, si lo tiene) para aprobar contadas leyes (incluyendo el presupuesto) , un terreno económico caracterizado por la restricción y por una gestión de la política económica que no cree en cambios estructurales ni en movimientos redistributivos de mayor envergadura, y un escenario político marcado por una cautela extraordinaria de las fuerzas oficialistas, comenzando por el presidente, que no por ello modera la resistencia notoria de las fuerzas opositoras, que alcanza a los medios de comunicación, y las demandas crecientes de la ciudadanía en todos los planos que no serán fáciles de satisfacer.