La Coalición Republicana como nuevo partido y sus triunfos, entre otros del gobierno de Salto, el de Besozzi en Soriano, que no pudo votar y está imputado, y el del sector político de Valentina Dos Santos, procesada por la Justicia, son algunos de los datos al margen que el sistema político y la izquierda en particular deben anotar.
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Tomar en cuenta la cantidad de los gobiernos departamentales ganados permite una lectura de los territorios a administrar pero, políticamente, la lectura es sobre el padrón electoral. Para el Frente Amplio, haber perdido el gobierno de Salto para cambiarlo por Río Negro, y ganar a duras penas Lavalleja, no resulta un buen negocio en términos de acumulación política. De hecho la suma de los votos en Río Negro y Lavalleja se aproxima a los que obtuvo en Salto habiendo perdido, pero claro, al final, todo suma.
Sin embargo, donde parece necesario centralizar el análisis es en los resultados de Salto, Artigas y Soriano, porque la lógica electoral se vio “contaminada” por el actuar de la Justicia (Fiscalía y Poder Judicial) y por una sostenida aunque breve campaña de denuncias de clientelismo en el caso de Salto, donde, en una jugada de ajedrez del expresidente Lacalle Pou, el denunciado mediáticamente resultó triunfador.
Los tres casos no son iguales, claro, pero hay uno de los elementos en común y es que, a pesar de haber triunfado Besozzi, Albisu y el candidato de Valentina Dos Santos, una parte del cuerpo electoral envió un mensaje: en Salto y Artigas el Partido Nacional tuvo menos votos que en la elección pasada, y en Soriano Besozzi (el principal caudillo blanco de ese departamento) tenía dudas de su triunfo.
Desbocados
Para el politólogo Ernesto Nieto, una explicación de esos triunfos es un problema de diseño institucional que tiene Uruguay y que permite que algunos intendentes gestionen sobre los márgenes de la ética del manejo de la cosa pública. No se trata solo de que desde la capital del país y la política nacional cueste entender los fenómenos de cercanía entre los dirigentes y la ciudadanía, su cotidianeidad en ciudades y pueblos del interior, sino que, dice Nieto, hay definiciones que están establecidas en la propia Constitución de la República y que permiten filtrar las conductas reñidas con el manejo ético de la cuestión pública.
El primer elemento que señala Nieto es que, en términos constitucionales, los intendentes tienen mayor poder político que el propio presidente de la República. Pone como ejemplo la ejecución de partidas presupuestales donde, si un gasto solicitado por el intendente es observado por el Tribunal de Cuentas, basta reiterar el gasto para que se ejecute.
El otro problema de diseño institucional es que, salvo algunas excepciones como durante algún gobierno del salteño Andrés Lima, el sector del candidato triunfador obtiene una mayoría casi exclusiva en la Junta Departamental, entonces la oposición halla en ese organismo serias dificultades para cumplir con un rol fiscalizador, con posibilidades reales de llevar adelante medidas de contralor. Al decir gráficamente de Nieto, esto permite que algunos Intendentes actúen como “caballos desbocados”, sin freno de contención.
Como se viene observando elección tras elección, esa contención que podría residir en manos del electorado no es suficiente, sobre todo cuando para buena parte de ese electorado el triunfo de su candidato no implica una mejora en la gestión de los servicios municipales, priorizando las posibilidades de resolver sus problemas personales de ingresos económicos o mejoras de sus condiciones de vida.
Aclara Nieto que “las políticas de clientelismo se dan en los sectores donde hay mayor población con altos índices de pobreza (Artigas, Salto), aunque no es la única condición”, pero allí los vestigios de caudillismo y la metodología de los “punteros políticos” encuentran campo fértil.
Aire libre y carne gorda
Nieto recuerda que no es la primera vez que dirigentes del Partido Nacional ponen “en aprietos” al Honorable Directorio de Montevideo. Aunque a veces tome medidas como no permitir el uso del lema, los blancos del interior logran vivir al “al aire libre y con carne gorda”.
Aunque parte del electorado blanco enjuicia con su no voto, el Partido Nacional logra salir airoso; así ya pasó en Soriano con Bascou, con Moreira en Colonia y en otras localidades del interior. En Artigas, luego del procesamiento del exintendente colorado Carlos Signorelli, el Partido Nacional podría haber tomado nota, pero luego de la intendencia de la frenteamplista Patricia Ayala, la “fiesta” continuó.
“¡Esto es cultura, animal!”
El otro factor decisivo, señala el politólogo Ernesto Nieto, son los distintos niveles de cultura política que hace del manejo institucional, por parte incluso de los dirigentes, una superposición de roles, porque, lejos del centralismo montevideano, se cree que todo es válido. El ejemplo más claro que pone Nieto es el de Valentina Dos Santos que, siendo diputada por el departamento de Artigas, desarrollaba su principal actividad desde el gobierno departamental en una lógica avalada por el propio intendente Caram.
Hay un aspecto cultural de los beneficiados por el clientelismo que surge en varios relatos: ni Dos Santos ni Besozzi se “llevaron” nada para ellos, primero porque no lo necesitan (son los adinerados en sus propios pueblos) y luego porque ejercen una filantropía (con recursos públicos claro está). Y si bien puede no estar del todo bien, eso resuelve la asistencia al pariente enfermo, la changuita para el gurí desocupado, cambiar las chapas del techo que se llueve como afuera y el carguito municipal que da ingresos económicos y prestigio al pueblo.
“Adiós mi Salto, te dije un día…”
Nieto establece una realidad política que se instaló en el departamento de Salto y que es la alternancia en el gobierno al menos desde el 2005. En el período comprendido entre el 2005 y el actual han gobernado el Frente Amplio, el Partido Colorado y ahora la Coalición Republicana.
Para Nieto la derrota de Lima es un “voto castigo” por una parte del electorado frenteamplista a su gestión de los últimos tiempos y el surgimiento de la Coalición Republicana. Quizás pueda llamar la atención que ésta eligiera como su candidato a una figura como Carlos Albisu, denunciado mediáticamente por prácticas de clientelismo en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, y que llevara al Parlamento al canciller de la República. Pero para Nieto ahí entra en acción el “olfato” político del entonces presidente Luis Lacalle, que le pide su renuncia, lo manda a “cuarteles de invierno”, convencido de que Albisu era la mejor apuesta del Partido Nacional en Salto, y los resultados parecen confirmar el acierto de las decisiones.
En el tablero político salteño, si se consolida el nuevo proyecto político de la derecha, el Frente Amplio deberá buscar una estrategia que no dependa de las antiguas brechas entre blancos, colorados y cabildantes.
“La Vale”
Los votantes del intendente nacionalista Emiliano Soravilla creen que Valentina Dos Santos es una especie femenina de Robin Hood. “Ella no necesita nada y lo dio para los pobres”, argumentan muchos votantes en su local partidario mientras esperan los resultados. La gente tiene la imagen de la “rubia rica” que, cuaderno en mano, recorre los barrios anotando necesidades y buscando soluciones.
Si bien el Partido Nacional obtuvo menos votos que en la elección anterior, sacó 10 mil votos de ventaja sobre el Frente Amplio y 21 mil sobre el Partido Colorado. Es la hegemonía política como resabios del viejo caudillismo en el norte, sobre una de las poblaciones más pobres del país (ver notas “Feudo medieval: la estirpe de los Caram” y “La caridad de los parientes ricos con fondos del Estado” de julio del año pasado).
En 2020, la tasa de pobreza en el departamento de Artigas se situó en el 11,6 %, lo que significa que el 11,6 % de la población del departamento vivía bajo la línea de pobreza. Este porcentaje se traducía en que, de cada 1.000 personas, 116 se encontraban en situación de pobreza.
El INE (Instituto Nacional de Estadística) reportó que en 2020 la incidencia de la pobreza en hogares fue del 8,1 %, lo que significa que el 8,1 % de los hogares del departamento estaban bajo la línea de pobreza. Este dato indica que, de cada 1.000 hogares, 81 se encontraban en situación de pobreza.
Besozzi, el caudillo
Según Nieto, desde que Besozzi ingresó a la arena política en Soriano, se convirtió en el líder indiscutido del Partido Nacional, obteniendo votaciones contundentes en la historia de ese departamento; una vez imputado, y a pesar de sus dudas razonables sobre su triunfo, le bastó una semana para recomponer la imagen y, en una situación dantesca, triunfar no pudiendo aún ejercer su propio voto, una postal más de la novela Macondo que del Uruguay republicano del siglo 21. Obtuvo algo más de 9 mil votos sobre el Frente Amplio y 23 mil sobre el Partido Colorado.
Soriano no es un departamento cualquiera, además, y tiene una importancia estratégica en la producción agropecuaria, rubro en el que también es reconocido el ahora electo por cuarta vez como intendente y que fuera electo diputado en el periodo 2020-2025.
Si la Justicia avanza y termina procesado, al igual que sucedió con Walter Zimmer en Colonia, deberá dejar su cargo, pero la “base electoral” y políticamente hegemónica está allí.
El Partido Nacional además ha logrado instalar (y esa es una de las explicaciones de su reelección) y acusar a la actuación fiscal de animosidad con fines políticos, una práctica riesgosa que sigue generando desconfianza en la población sobre el sistema de justicia.
Javier García dijo que con la formalización de Besozzi hubo una "intencionalidad política" para favorecer al Frente Amplio en Soriano: "Hay que ser tremendamente ingenuos para pensar que acá no hay una intencionalidad política", afirmó el senador del Partido Nacional. Político de centroderecha, obtuvo el respaldo de su partido; la comisión departamental del Partido Nacional en Soriano se expresó luego de que el intendente de ese departamento fuera imputado por la Justicia por siete delitos de corrupción. A través de un comunicado, el organismo blanco consideró que “la Intendencia de Soriano con Besozzi a la cabeza siempre se caracterizó por su cercanía con la gente, el apoyo total e incondicional a toda su población”. A su vez, el texto asegura que la gestión del nacionalista trabajó siempre “en procura de lograr mejoras para Soriano, pero sobre todo para todos los sorianenses, sin distinción de ninguna clase”.