La represa de Casupá tendrá una capacidad de 118 millones de metros cúbicos, y se integrará con la nueva planta potabilizadora en Aguas Corrientes y otras obras previstas en el departamento de Maldonado, con el objetivo de reforzar el abastecimiento de agua potable en distintos puntos del país.
Una buena decisión
Anteriormente Ortuño ya había defendido la decisión del gobierno de no avanzar con el cuestionado proyecto Neptuno, impulsado por el expresidente Luis Lacalle Pou, y consideró que apostar por una planta en Aguas Corrientes y otra más pequeña para la Costa de Oro es una “muy buena decisión para el país”.
“Es una solución que nos trae obras que aseguran el abastecimiento de agua a un menor costo. El país se ahorra un volumen importante de dinero, más de 100 millones de dólares”, enfatizó el ministro.
La gestión del agua potable se convirtió en uno de los temas más sensibles de la agenda pública, especialmente tras la crisis hídrica de 2023, y la concreción de obras estratégicas como Casupá será una de las cartas fuertes del oficialismo de cara al cierre del período.