Un modelo desigual
Por otro lado, realizó un duro diagnóstico de los últimos cinco años, señalando que, aunque el país atravesó circunstancias complejas como la pandemia, las consecuencias del modelo económico fueron claras. “La deuda pública creció en más de 10 puntos del producto bruto interno, la pobreza está por encima o igual que en 2019, el salario real cayó durante tres años seguidos, y la concentración de la riqueza sigue aumentando”, enumeró. A su juicio, “cerramos un quinquenio con más pobreza, más deuda, con más déficit”, lo que definió como "un modelo basado en la desigualdad".
Además, se refirió a la teoria del derrame, asegurando que "no funcionó". “No solo no mejoró la vida de las grandes mayorías, sino que ni siquiera logró sostener el crecimiento ni la inversión, con un PBI que apenas creció 1% promedio en el quinquenio”.
Frente a este panorama, el dirigente sostuvo que la mejor vía para impulsar la economía es la inversión productiva: “Creemos modestamente que la principal forma de impulsar el crecimiento económico del país es con más y mejor inversión estatal, privada y especialmente en nuestras empresas públicas”.
Diálogo social
En cuanto al sistema previsional, celebró la apertura del diálogo social por parte del gobierno, en cumplimiento de un compromiso previo. Subrayó que el planteo sindical se basa en el respaldo popular y busca construir consensos amplios: “Estas demandas no solo reflejan nuestras convicciones, sino que además coinciden con el programa de la fuerza política que conduce hoy el país”.
Méndez también se refirió a la próxima ronda de Consejos de Salarios, que será la más amplia de la historia, y reclamó el fortalecimiento de la negociación colectiva tanto en el sector público como en el privado.
Abogó también por la importancia de un presupuesto nacional que priorice a las trabajadoras, a los trabajadores y al pueblo. “No hay desarrollo posible si no se invierte lo suficiente en educación y en salud”. En tal sentido, reiteró el reclamo sindical de destinar el 6% del PBI a la educación pública más un 1% a ciencia y tecnología. Añadió que se deben fortalecer las políticas de salud mental, reducir los costos de tickets y órdenes médicas, y garantizar el acceso a la vivienda.
Méndez también dedicó un extenso tramo del discurso a la creciente violencia en el país. Afirmó que ya no se trata únicamente de un problema de seguridad ciudadana, sino de un desafío profundo al modelo de convivencia: “Está en cuestión nuestro modelo de convivencia, construido como país durante décadas”.
Planteó que es imprescindible invertir no solo en represión del delito, sino también en oportunidades reales para la población más vulnerable. “No podemos seguir mirando para el costado respecto a la tragedia que son las cárceles uruguayas, llenas con jóvenes pobres sin perspectivas de futuro”, expresó.
Reducción de la jornada laboral
Sobre el final de su oratoria, habló de una de las principales demandas actuales del la central sindical: la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales sin pérdida salarial. “La humanidad ha avanzado lo suficiente para que los trabajadores podamos gozar de dos días de descanso semanales”, sentenció.
“Queremos trabajar para vivir, no vivir para trabajar”, afirmó. A su entender, “los avances tecnológicos tienen que estar al servicio de liberar a los trabajadores de los trabajos más penosos, repetitivos y angustiantes”.