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Los Viajes de Gulliver

La valija de Lacalle (h)

Esta vez no nos llamó la atención. Viaje de Lacalle a Francia, ¿a qué? A un partido de rugby con Bustillo y Arbeleche.

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En la icónica novela de Jonathan Swift, los sueños de poder llevaban al protagonista a viajar al país de Liliput -habitado por seres minúsculos- para poder sentirse un grande. Nuestro presidente, siempre junto a su canciller, no planifica sus viajes según el interés nacional, sino en función de cómo venderlos internamente como un éxito. Eso lo hace sentirse un grande.

Ahora, sobre el fin de la gestión, se anuncian nuevos destinos. El próximo será Francia. Esta vez no será por su obsesión por los imposibles Tratados de Libre Comercio (TLC). Según informó a la prensa, la Presidencia va “para ver el debut del equipo Los Teros en el Mundial de Rugby”. El rugby le permitió en la vida jugar en el Old Boys del Colegio “British”. Por el rugby conoció a su canciller, aficionado a dicho deporte, y a su ministra de Economía, que iba a la barra de aliento.

Viaje a Francia por un partido de rugby… También irá a EE. UU. en las previas de las definiciones electorales. Son días en que los presidentes y demás gobernantes podrán sacarse fotos, pero no atender otro tema que no sea la elección. Sobre todo este año, con las incertidumbres que despiertan los procesamientos y juicios a Donald Trump, favorito republicano. El peor momento de su mandato.

También se anuncia un viaje a China en noviembre. Estamos en setiembre y no se sabe la fecha, pero se anuncia que quizás sea en noviembre. Lo que es seguro es que viaja después de que el coloso asiático anunciara que negociará un TLC con la región a través del Mercosur, no bilateralmente con cada uno de sus miembros por separado.

Quizás antes de fin de año nos asombre algún otro destino sorpresivo.

La agencia de viajes Torre Ejecutiva se dedica a eso. No se hizo nada de lo comprometido con la gente. El itinerario de viajes innecesario, a veces contraproducente, es casi infinito.

Viajó al Reino Unido a visitar al primer ministro Boris Johnson, que se fue antes que la reina Isabel. Recordemos que la última foto de ésta fue tomando juramento a una nueva premier, Liz Truss. Estaba en la tapa del libro. Pero en Cancillería no sabían. Lacalle se reunió con Johnson 15 días antes de que dejara el cargo…

No fue un hecho aislado: después de deshacerse de Talvi y habiendo asumido Bustillo, consolidó sus relaciones con la administración Trump. Incluso el flamante canciller uruguayo se reunió con Pompeo, el secretario de Estado designado en octubre del 20, cuando ya Trump había perdido la elección. Biden, ya presidente electo, había designado a Blinken como su nuevo secretario de Estado. Pero Bustillo se reunía con su saliente antecesor.

La lista es infinita. Cuando el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ganaba la elección en su país, Lacalle viajaba (con Astesiano y Bustillo) a entrevistarse con el derrotado (hoy expresidente) Duque. No se reunió nadie con el gobierno en formación. ¿A qué fue?

¿Qué busca nuestra política exterior? No es una pregunta retórica. Porque cuando hay un rumbo es más fácil armar el itinerario presidencial. Se nos dijo que el norte eran los TLC. Entonces, ¿cuáles deberían ser las consideraciones para elegir socios? Parecería que el tamaño del mercado, la estabilidad política y la capacidad negociadora de la contraparte.

Sobre el tamaño del mercado: hoy ya no es China sino la India (por primera vez en la historia) el país más poblado del planeta. No tenemos con ella ninguna relación. Apenas un embajador y un secretario segundo. No figura en los planes de viaje.

Sobre la estabilidad de nuestros socios comerciales: el único TLC que ha firmado Uruguay ha sido con Ecuador. El país hermano se prepara para la segunda vuelta electoral, ya que el presidente firmante del TLC con Uruguay, Guillermo Lasso, no terminará su mandato. La primera vuelta de las elecciones terminó con varios muertos, entre ellos Fernando Villavicencio, candidato presidencial. En algunos actos de cierre de campaña, los candidatos fueron de casco y chaleco policial antibalas.

Capacidad negociadora: parece obvio que Uruguay solo negocia con menos fuerza que junto a sus socios del Mercosur. Hubo momentos, justo es decirlo, en que su compañía nos daba peso numérico, (habitantes, PIB, mercado importador, etc.), pero no capacidad negociadora. Fundamentalmente, la presencia de Bolsonaro en el escenario. Ahora, con Lula -integrante del BRICS junto a China, India, Sudáfrica y Rusia-, la cosa cambia.

Por las dudas, el propio Lula lo aclara. Lo dice a poco de asumir en la cumbre del Mercosur. Dice que quiere negociar con China de la mano de todo el Mercosur. Viaja a Montevideo, al día siguiente, a decirlo ante Lacalle y las cámaras de TV. Pero no, vamos solos. Le prometemos esperar, pero Bastilla fue a China el mismo día que Lula iniciaba su visita oficial. Sería gaffe diplomática a la que el presidente se hace el distraído. Brasil es la economía más grande de todo América Latina.

A pesar de que esos días los chinos andarían muy ocupados con Lula, abrieron tiempo para recibir al incansable canciller uruguayo. Así se lo decían con todas las palabras: no nos interesa negociar un TLC bilateral con Uruguay. Recordemos que acá el gobierno viene diciendo desde el 2021 que el TLC con China está pronto para firmar. Un papelón, pero insistimos. Para lo que se busca… foto va a haber.

Por eso no nos llamó la atención. Viaje de Lacalle a Francia, ¿a qué? A un partido de rugby con Bustillo y Arbeleche.

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