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Derecho Humanos homicidio | militares | condenaron

53 años después

Condenaron a dos militares por el homicidio de Luis Batalla

Héctor Rombys y Arquímedes Maciel fueron condenados a 24 años de prisión por el homicidio del militante del PDC, ocurrido en mayo de 1972 en Treinta y Tres.

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A pedido del fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, la jueza penal de 27º turno, Verónica Pena, condenó a 24 años de prisión a los militares retirados Héctor Rombys y Arquímedes Maciel, por el homicidio del albañil y militante del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Luis Carlos Batalla Piedrabuena, ocurrido en Treinta y Tres, informó la diaria.

A 53 años del homicidio

Batalla tenía 32 años cuando fue secuestrado el 20 de mayo de 1972 y y trasladado al Batallón de Infantería 10. Cinco días después murió bajo tortura.

Rombys era el enlace de inteligencia (S2) y responsable de las detenciones y los interrogatorios; y Maciel pertenecía al Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) y era responsable de la región 4, a la que pertenecía el Batallón de Infantería 10, en el que Batalla fue asesinado.

La investigación penal determinó que en los interrogatorios y tormentos participaron el S2 de la unidad, Capitán Rombys y el juez sumariante, Héctor da Rosa, “con la supervisión y a veces la participación directa de los oficiales externos capitán Antonio Mato (prófugo), mayor Washington Perdomo (fallecido), pertenecientes al SID, y el mayor Arquímedes Maciel por OCOA IV”.

El día que murió, Batalla fue torturado por Mato y Perdomo en el casino de la tropa y dejado de plantón en la plaza de armas, donde se desplomó. La autopsia determinó que la causa de la muerte fue anemia aguda causada por ruptura traumática del hígado.

La sentencia

La magistrada aseveró que existe prueba para determinar la responsabilidad de los dos militares como coautores de un delito de homicidio muy especialmente agravado, a título de dolo eventual, reiterados delitos de abuso de autoridad contra los detenidos, lesiones graves y reiterados delitos de privación de libertad.

La sentencia recoge el testimonio de Maciel, que vinculó la violencia del interrogatorio con un plan para asesinar a Rombys: “Yo sé que el detonador psicoafectivo fue la declaración de Batalla de cómo lo iban a matar a Rombys. Eso desencadenó la tormenta y la misma no tuvo límites. Ese fue el comentario, ese fue el desencadenante para que la reacción fuera brutal [...] Hubo incremento del odio, la violencia, de la crueldad de la venganza; a medida que iba detallando las cosas que iba a hacer, iba alimentando la reacción de sus interrogadores”, declaró.

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