Juan Carlos Pájaro García es el presentador del tablado del club Malvín desde 1992, es médico deportólogo de la Federación de Básquetbol y de la selección uruguaya Sub 20, y vive todo con mucha intensidad.
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“Gracias a mis viejos tuve la posibilidad de estudiar y pude hacer la carrera en la facultad de medicina”, cuenta García. “Siempre me gustó el carnaval, desde niño, recuerdo que la primera vez que fui a un tablado fue al Carrusel del Paso Molino. Nosotros vivíamos por allí, y me impactó; a partir de ahí siempre estuve ligado, salí en las murgas estudiantiles y luego en Momolandia y quedé muy metido en carnaval”.
En 1992 se vinculó con la radio y poco tiempo después comenzó como animador de tablados. “Un día me llama Carlos Rosas Riolfo a través de la gente de Bubys, que con Pombo eran los responsables de la organización del Malvín, y arranqué con la animación del tablado. Siempre tuve características de animador en todos los grupos en los que formé parte, principalmente en el fútbol. Después me recibí, muchas veces estudiando en el tablado y por los rincones, porque en febrero había exámenes, y trabajé en varios lugares, principalmente en Wanderers y acá en Malvín, la Liga Universitaria, y hoy estoy como responsable en la Federación Uruguaya de Básquetbol en la parte médica y soy el médico de la Sub 20 en el equipo del doctor Pan. De esa manera pude congeniar dos cosas que me gustan muchísimo”.
¿Te resulta desgastante tanto trabajo?
Esto genera que a veces se haga difícil, porque tenés muchos viajes, es un trabajo hermoso porque estás en el alto rendimiento, y tenés que disfrutar esos momentos. Es muy lindo, pero estás en un estrés continuo; y en el carnaval lo disfruto desde otro lugar, pero familiarmente son muy parecidas las dos profesiones. Pero trabajar en lo que a uno le gusta y saber modularlo es hermoso; lo principal es saberlas disfrutar, yo siempre me acuerdo la primera vez que me subí al tablado a presentar a la Reina de la Teja y eso marcó el camino de comunicación con la gente. Recuerdo que un día viene Dalton Rosas Riolfo y yo me había puesto a bailar el charlestón y le dice a Carlos: “A este no lo pierdas nunca”.
Siempre en el Malvín
Tuve ofertas para conducir el Teatro de Verano, pero Malvín ya era un equipo grande en la Liga de Básquetbol, lo hablé con Sergio Somma y me dijo que bajo ningún concepto, porque además si Malvín está jugando acá, voy presento el conjunto y vuelvo para continuar con la tarea en la cancha, porque conozco el funcionamiento, además hoy, por suerte, mi hijos Ignacio y Lucía están animando acá y a veces lo hacemos en familia, lo que me da la posibilidad de trabajar junto a Muiño, Patricia y Silvia, que somos los que estamos acá.
Lo principal es no perder la óptica con la familia, pero es la vida de los uruguayos, trabajar en varios lados y correr de un lado a otro. Yo arranco de mañana en Wanderers, me vengo a Malvín, luego al hospital y otra vez a Malvín, más allá del gusto está la parte económica, pero es la vida de los uruguayos, ni más ni menos.
¿Qué análisis podés hacer del carnaval uruguayo?
Nuestro carnaval es único, no existe lugar en el que haya tantos espectáculos artísticos estrenados al mismo tiempo, y es el único lugar donde el espectador va a ver la misma obra tres o cuatro veces, aunque me digas que en los tablados es fraccionada, hoy el carnaval está muy profesionalizado, en iluminación y otros aspectos; hay mucha gente del teatro en el carnaval y muchos del carnaval en el teatro. Cuando yo era chico me crié viendo a Bizancio, a Carlitos Scarpelli, al Canario Luna, al Comba Insúa, a Carlitos Aldama, las letras del Coco D’Andraya, de Carlos Modernell, de Carlos Soto, eran maravillosos, era todo impronta popular de barrio. Tenemos una riqueza artística que no existe en otros países a lo que se agrega la pasión de la gente por el carnaval.
Hoy hay una inclusión que antes no existía, sigue habiendo alguna parte de la sociedad que no participa, pero cada vez son menos, y me quiero quedar con esto. Soy un hombre de tablado, no tanto de teatro de verano, pero recuerdo claramente aquel lejano 1972 cuando fui a ver a la Milonga Nacional, que ese año ganó. Hay muchas anécdotas, muchas impresiones con mucha gente, pero en esto todos nos paramos del lado del amor y el cariño.
Donde Cayó la Cabra
Cayó la Cabra, que dirige Lucas Pintos, proviene de la murga joven, hace años que está en el carnaval mayor y siempre tuvo letras creativas; el año pasado explotó y consiguieron el cuarto puesto en el Concurso Oficial. Este año presentan Relajo.
¿Cómo se encuentra tu agrupación?
Ahora un poco más livianos, creo que la primera rueda es la más difícil, es la mochila del trabajo de todo el año. Ahora ya disfrutando, contentos porque se hizo una buena primera rueda, esto hablando del concurso, porque ya veníamos haciendo tablados y están preciosos, son cosas muy distintas. Ya estamos preparando la segunda rueda y, en el medio, disfrutando del carnaval que está muy bueno.
¿El cuarto puesto del año pasado, marca, obliga?
Sí, marca y obliga, pero a nosotros mismos. Siempre decimos que los primeros rivales somos nosotros mismos, porque siempre nos ponemos nuevos desafíos, cosas diferentes al año anterior. Entonces no estamos compitiendo con otras murgas; no es de la boca para afuera, sentimos que no competimos con las demás porque no creemos en eso, pero sabemos que formamos parte de un concurso. Entonces el cuarto puesto del año pasado nos da ganas de escalar un puesto más, por lo menos mejorar el espectáculo. Si después terminamos abajo de lo que anhelamos es otra cosa. Generar algo diferente, que nos mueva a nosotros es como una misión cumplida, y si al público le gusta mucho, más todavía.
¿Cuál es la propuesta de Relajo?
Este espectáculo hace que sea una historia y no cualquier otra; cuando te vas de vacaciones y pasó algo interesante vos, la recordás. Entonces la murga entendió que ese hilo conductor nos daba para meternos en otros relajos, como el relajo en las parejas, las bromas en general, se descontrola todo y buscamos la manera de controlar el relajo, entonces llegamos a la conclusión que la solución es un policía por persona, un salpicón criticón.
Este año la propuesta de Cayó la Cabra tiene mucha crítica.
Siempre nos dicen que no tenemos actualidad y no es cierto, la murga tiene mucha actualidad, es una generación que tiene mucho para decir; pero este año en el salpicón nos dimos ese gustito, teníamos ganas de cantar cuartetas. Nos gustó para hacerlo y de hecho lo hicimos. Por suerte es un buen año de murgas y eso está buenísimo porque hay más cosas lindas para mirar.
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Cuareim, la gran ganadora de las Llamadas
El desfile de Llamadas de la noche del viernes fue bastante accidentado por problemas en la salida con algunos conjuntos de negros y lubolos por banderas que no se permitieron; luego la lluvia hizo que varias comparsas postergaran su desfile para el sábado. El espectáculo que se vivió fue muy bueno a pesar de los problemas detallados y tuvo estos resultados:
C 1080 – 444 Elumbé – 440 La Jacinta – 426 Yambo Kenia – 423 Sarabanda – 421 Tronar de Tambores – 416 La Simona – 414 Valores – 411 Zumbaé – 402 Cenceribó – 397 La Tangó – 395 La Dominó – 391 Mi Morena – 391 La Figari – 390 La Gozadera – 388 Elegguá – 383 Batea de Tacuarí – 378 La Generación Lubola – 375 Triniboa – 374 Integración – 367 La Facala – 357 La Fabini – 354 Las Panteras de Benguela – 353 Urafrica – 346 La Restauración – 340 Los Niche – 339 Nigeria – 330 Reencuentro – 330 Makale – 329 La Fuerza – 328 M.Q.L. – 328 E.P. – 323 Nimba – 319 L.U.C. – 316 La Carpintera Roh – 316 Senegal – 314 La Mazumba -313 Uganda – 293 Gorilas de Virunga – 280 Resurgir de las Catas – 264 Mejor cuerda – C1080. Mejor cuerpo de baile – Elumbé. Mejor cuadro de personajes típicos – Valores. Mejor cuadro de trofeos y banderas – La Simona. Mejor vedette – Yamila Pintos, Zumbaé. Mejor bailarín – Diego Nierez, La Simona. Destaque – Maximiliano Suárez, Integración.