“Yo estoy bien. No se preocupen. Buscarán humillarnos y hacernos pasar un mal rato, pero una monstruosidad así JAMÁS prosperará en un Estado de Derecho como Bélgica, escribió el exmandatario en su cuenta de Twitter. En sus redes sociales, agradeció las muestras de solidaridad de sus simpatizantes ante lo que calificó como”nuevo y grave atropello a la justicia” y a sus derechos. Fiscal puesto a dedo, vinculación sin ninguna prueba, jueza que se allana al desacato de la Asamblea Nacional, medida cautelar imposible de cumplir, etc. ¿Saben cuánto éxito va a tener esta farsa a nivel internacional? No se preocupen, todo es cuestión de tiempo. ¡Venceremos!, sentencio Correa. Caupolicán Ochoa, defensa de Rafael Correa, afirma que existe un proceso jurídico contra su cliente en base al «odio» y por persecución. Adelantó que apeló verbalmente la prisión preventiva y que un Tribunal de la CNJ deberá revisar la medida. Por su parte, Eduardo Franco Loor, defensor del exvicepresidente de Correa, desde diciembre del 2017 en prisión, Jorge Glas Espinel, dijo que “esto es la más grande infamia judicial de los últimos años! Una verdadera arbitrariedad porque se ha violentado el debido proceso penal garantista. Rafael Correa es inocente y lo que se quiere es alejarlo de la vida política activa del Ecuador. Esto es demostración de persecución”. Contexto El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, tiene un pedido de prisión preventiva ordenado por la jueza Daniella Camacho. Correa está asociado jurídicamente con el “presunto secuestro” del exasambleísta Fernando Balda ocurrido en 2012 en la ciudad colombiana de Bogotá. Por orden de la Fiscalía, Correa debía presentarse cada 15 días ante la Corte, sin embargo el 2 de julio se presentó en el Consulado de Bruselas para cumplir con la medida cautelar. Al día siguiente la jueza dictó la prisión preventiva.
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