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Mundo tríada | FMI | Milei

Trump, FMI, Milei

Una tríada para el saqueo

La tríada Trump, FMI y Milei pretenden una transformación radical de la matriz productiva y social del país que no traerá beneficios a los sectores populares y clases medias. Por Juan Carlos Junio (Página 12)

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Retorna una vieja costumbre ya fracasada: intervenir desde los centros de poder político y económico en las decisiones y la vida institucional del pueblo argentino. Kristalina, una burócrata del staff del desprestigiado FMI, se propuso emular a Spruille Braden, quien fuera embajador norteamericano hasta unos meses antes de las decisivas elecciones presidenciales en febrero de 1946.

Por entonces el diplomático era un hombre de negocios de las grandes compañías de Estados Unidos, principalmente mineras, algunas muy emblemáticas en su tiempo como la Standard Oil y la United Fruit. Su intromisión descarada contra el candidato Juan Perón posibilitó que se potenciara una reacción popular de dignidad nacional, opuesta al avasallamiento prepotente impulsado por el lobista extranjero representante de las corporaciones mineras. Ya conocemos la historia: la maniobra política de Braden fracasó y Perón fue electo presidente. Ahora, la sonriente Kristalina reparó tardíamente que fue extremadamente cristalina, "aclaró" que el mensaje fue mal interpretado y estaba destinado exclusivamente al gobierno. Se cumple nuevamente aquella sentencia de K. Marx: “la historia ocurre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa”. Resulta obvio que el sayo del falsario le corresponde a Gueorguieva.

El injerencismo es una vieja costumbre, que se nutre de la convicción de que somos un país cuya clase dirigente tiene una fuerte inclinación neocolonial frente a las grandes potencias.

Una suerte de cipayismo, funcional a la naturaleza ideológica y política del presidente Milei y su grotesco equipo ministerial. No aprenden de la historia. Nuevamente subestiman al pueblo. Lo cierto es que tanto el verbalismo desbocado de la directora del Fondo, como las recientes manifestaciones de Mr.Bessent, secretario del Tesoro del presidente Trump; apoyando en forma irrestricta al proyecto de su presidente predilecto J. Milei; demuestran que la tríada Trump–Milei–FMI viene por todo: nuestros recursos naturales, las “reformas”, que en realidad son una gran contrareforma, cuyo propósito es mutilar leyes sociales, culturales, laborales, previsionales, y el sistema tributario construido por el pueblo durante un siglo de luchas. Sienten que este presidente es un representante fiel e incondicional de sus intereses e ideología, y que los sectores granempresarios locales también están dispuestos a todo, obnubilados por la gran tentación del saqueo de riquezas que les ofrece el contubernio del mileísmo y sus aliados del PRO unidos a los radicales que hace mucho renunciaron a la historia e identidad de su partido, junto a otros amigables que le votan sus leyes pretextando hipócritamente que lo hacen por la “gobernabildiad”. El caso más transcendente y flagrante de esta conducta política es la Ley Bases y los vetos a las mejoras jubilatorias y los fondos para las universidades, docentes y científicos.

El FMI tiene claro que las reformas que no consiguió a partir del préstamo a M. Macri en 2018, ahora las tienen a tiro, a condición de que la ultraderecha aumente sus escaños en el Parlamento y logre un triunfo político que les dé un aura de legitimidad.

Asumen que los DNU no tienen el sustento legal y político que exige la reforma laboral, previsional e impositiva, y el proceso de privatizaciones.

La trinidad Trump, FMI y Milei pretende una transformación radical de la matriz productiva y social del país que no traerá beneficios a los sectores populares y clases medias, para lo cual necesitan “conquistar el alma y el corazón”, como les indicaba Margaret Thatcher. Apuntan a un modelo productivo primarizado y extranjerizado, de desregulación y apertura importadora que destruirá nuestro mercado interno y a los sectores que viven y se desarrollan en ese espacio económico–cultural. Su decisión es ubicar a la Argentina como factoría de productos agrarios y extractivista de la minería, en un lugar de la división internacional del trabajo y la producción según la estrategia de las grandes potencias capitalistas, particularmente los EEUU.

La conducta de Kristalina no debe pasarse por alto.

Los argentinos demostraron que no se enamoraron de Lagarde como en su momento se les reclamaba, tampoco lo harán con Gueorguieva . El modelo fondomonetarista de Milei, no es solo pre peronista sino pre Mártires de Chicago. Está en las antípodas del legado del Papa Francisco (“el imbécil que está en Roma y es el representante del maligno en la tierra”, según dijera Javier Milei), quien se opuso a la voracidad de las corporaciones capitalistas, pregonó la fraternidad y la solidaridad frente al individualismo y el odio, con aquello de “nadie se salva solo”. Francisco fue un defensor de la justicia social, Milei su detractor.

El reto de la hora es la unión de las fuerzas populares y democráticas para enfrentar la avanzada de la ultra derecha impulsada desde la política, con la aquiescencia de la burguesía local fugadora. Es necesario y perentorio, debatir un proyecto económico y social distribucionista que potencie los intereses de los y las trabajadores, las pymes, que sea soberano en la administración de las divisas que el país genera con la exportación de la agroindustria, encauzando al país por un camino de desarrollo industrial, científico y tecnológico, y con justicia social para todos y todas. Un modelo económico que se base en la transferencia de ingresos como nutriente económico para el crecimiento, a la vez que se van reparando las enormes mutilaciones sociales generadas por los proyectos de derecha. Se trata de que el Estado y la democracia sean los articuladores del progreso nacional, abocándose decididamente a sacar de la pobreza a los más de 20 millones de argentinos/as que se encuentran en esa condición, y a defender y potenciar el entramado histórico de nuestras clases medias, ahora agredidas.

En suma, la tríada se propone que nuestros enormes recursos se sigan perdiendo por la canaleta del pago al endeudamiento externo y el carry trade. En ese caso las penas serán de nosotros y las reservas necesarias para reconstruir el país seguirán siendo ajenas.

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*Juan Carlos Junio. Secretario del Partido Solidario. Director del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini".

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