Más allá de lo común que puede ser el nombre Manuela, para cualquier uruguayo cuando no se tiene un referente concreto ligado a ese nombre, es asociarlo con la perra de José Mujica y Lucía Topolansky. Y es que Manuela tenía una característica que la hacía inolvidable: tres patas en lugar de cuatro. Siempre se le veía en todas las entrevistas que Mujica daba en su chacra y, a veces, salir del fusca atrás del matrimonio. Con casi 20 años, Manuela murió de vejez este jueves. Mujica contó que la pata que le faltaba le fue amputada en una maniobra hecha con el tractor. Lo cierto es que durante la presidencia de José Mujica fue casi un integrante más del Ejecutivo. La murga Agarrate Catalina le había dedicado un couplé, que lo cantaba con la melodía de «Manuelita» de María Elena Walsh. Acá se transcribe como un lindo recuerdo. Manuelita no es una perra más, es astuta y muy sagaz. En su mente de animal, tiene conciencia social. Es de puro proletaria, que renguea al caminar. Cuatro patas es una ostentación y según su convicción tener cuatro es de burgués, si podes vivir con tres. Muerte al perro con mantita, oligarca pequinés. Manuelita, Manuelita quién diría donde estás, vas a usar como tu cuchita el sillón presidencial.
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