Peñarol perdió un partido que lo complica en sus apspiraciones de clasificar a la siguiente ronda de la Copa Libertadores. Pero perdió basado en sus propias inseguridades. Los aurinegros jugaron un primer tiempo casi perfecto, como el que no se veía hace mucho en Peñarol, y no sólo en la era Ramos; presión alta, toque seguro, abriendo por las bandas, con triangulaciones, desbordes; con un gran trabajo en la marca, cerrandose bien a la hora de defender, con buenas coberturas. Ya a los cuatro minutos avisó el aurinegro, cuando tras un centro de la derecha, cabecea Villalba y se va apenas afuera, dos minutos después un remate de Silva de media distancia que sacudió a Prass que detuvo la pelota. A los doce, Nandez que se abre a la derecha y tira el centro para Affonso, que se saca de encima a Mina y convierte contra el palo izquierdo del arquero. Pero Peñarol baja un poco la presión, sigue mandando en el partido, Palmeiras no pasaba de tres cuartos de cancha, dio resultado la inclusión de Silva por derecha, que con Petryk hicieron un buen tandem en defensa y ataque, ni Egidio pudo subir como lo hace habitualmente y Bastos literalmente no tocó la pelota. Dos líneas de cuatro bien marcadas y el «Cebolla» que se soltaba a la hora de atacar para quedar libre y manejar el ritmo. A los 38 minutos Peñarol llega en forma profunda y convierte, Nández que sale abriendo a la derecha y va a buscar la devolución de Petryk sobre la raya, centro y el mismo Petryk que se había metido en diagonal «cabecea» entre el hombro y la cabeza porque se pasó, a la vez que Junior Arias mete una tijera para marcar el segundo gol. Mejor panorama que dos goles arriba y con un Palmeiras que no se arrimó al arco de Peñarol, no se podía pedir. Sin embargo el segundo tiempo fue la hecatombe. Dos cambios de hombres en el Palmeiras y el cambio de sistema, pasan de tres en el fondo a cuatro, entra el delantero Willian por el lateral Egidio y el volante Tché Tché por el zaguero Vitor Hugo, adelantaron las líneas en la cancha y fueron más agresivos desde el inicio de la segunda etapa. Peñarol pierde la línea y el orden, una pelota alta que le ganan en el área y Willian que se acomoda al medio y el tiro que apenas se desvía en Quintana y se mete en el ángulo izquierdo de Guruceaga para el descuento cuando iban tan sólo tres minutos. Fue un baldazo de agua fría del que Peñarol no se recuperó más. El orden táctico defensivo del primer tiempo y el manejo de la pelota desapareció, volvió la imprecisión, el apuro, ese vértigo sin freno que les ataca por momentos, nadie pegó el grito para tranquilizarse y todo era un cúmulo de errores, a pesar de eso, Peñarol llega, Nández tiró de media distancia y se fue apenas afuera por el palo derecho de Prass. Tres minutos después Guedes se lo pierde sin arquero, gran pase de Guerra a espaldas de Lucas Hernández, centro y por el segundo palo llegó el 23 solo, sin marca y a un metro y medio de la raya tira alto. Pero se veía venir, otro centro cruzado desde la derecha al borde del área chica sobre el segundo palo, no sale Guruceaga y Yerry Mina cabecea cruzado para empatar el partido 2 a 2. Diez minutos después, un tiro de media distancia de Guerra, es rechazado a un costado por Guruceaga, llega Jean solo para tocar al medio, donde entra Willian sin marca para poner el tercer gol. Peñarol salió desesperado y tuvo alguna situación en el minuto noventa ¿pero como entender ese estado en el que entró el aurinegro a los tres minutos del segundo tiempo? dejando de lado todo lo que había hecho en el primer tiempo. Porque más allá de todo lo bueno que hizo Palmeiras, quitandole la pelota al rival y moviendola de un lado a otro, el desorden en el que entraron es inexplicable. Nadie le quitó ritmo a esa remontada, nadie puso la pelota abajo del brazo para hablar y ordenar, todo era locura en Peñarol. Ahora Peñarol queda comprometido en la clasificación, debe ganar los dos partidos que le quedan (con Tucumán allá el martes 2 y el 24 con los bolivianos en Montevideo) para quedar a salvo de lo que pueda hacer Wilstermann, al que además deben golear, si ellos le ganan a Palmeiras en Bolivia el miércoles 3. Lo del final es un capítulo aparte. ¿Qué pasó en la cancha? sólo los jugadores lo saben, para el lío que se armó, la cosa venía envenenada de Brasil y se ve que alguien abrió la boca cuando no debía. Sumese la seguridad de Palmeiras que hizo lo que quiso desde que llegaron y que en lugar de achicar, tranquilizar y demás, terminaron echando leña al fuego queriendose llevar todo por delante, de acuerdo a los videos que se puedieron ver. Más lo que pasó en la tribuna, que ya desde el primer tiempo estaba picado, y explotó durante el partido en el segundo tiempo, con los brasileños queriendo pasar para el otro lado en la tribuna Güelfi y lograndolo en el final del partido, agarrando a una persona que quedó en el piso, pegandole entre no menos de seis, hasta que volvieron los que se habían replegado. Desastrozo, bochornoso, tristísimo final. PEÑAROL 2 PALMEIRAS 3 Estadio Campeón del Siglo. Jueces: Enrique Cáceres; Eduardo Cardozo y Juan Zorilla. Cuarto Árbitro: José Méndez (Paraguay). PEÑAROL: Gastón Guruceaga; Hernán Petryk (87′ Diego Rossi), Yeferson Quintana, Iván Villalba y Lucas Hernández; Alex Silva (60′ Angel Rodríguez), Nahitan Nández, Marcel Novick (79′ Nicolás Dibble) y Cristian Rodríguez; Junior Arias y Mauricio Affonso. D.T: Leonardo Ramos. PALMEIRAS: Fernando Prass; Yerry Mina, Edú Dracena y Vitor Hugo (46′ Tchê Tchê); Jean, Felipe Melo y Egidio (46′ Willian Siqueira); Alejandro Guerra y Michel Bastos; Roger Guedes (89′ Keno) y Miguel Borja. D.T: Eduardo Baptista. Goles: 12′ Mauricio Affonso (Peñ), 38′ Junior Arias (Peñ), 48′ Willian Siqueira (Pal), 62′ Yerry Mina (Pal), 72′ Willian (Pal).
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME