El primer domingo luego del nacimiento de Zelmar, se corrieron ocho carreras en Maroñas. Empezaba a ser conocido con letras de molde Leguizamo. Una semana después, la selección uruguaya de fútbol debutó en los Juegos Olímpicos con un contundente 7 a 0 contra Yugoslavia. Un poco más tarde, Uruguay conseguía su primera medalla olímpica de fútbol, al ganarle la final a Suiza por 3 a 0 en Colombes.
El Uruguay, por esos días, más allá de la atención y del entusiasmo por el fútbol, vivía tiempos de enorme efervescencia política. En mayo de 1924 el colorado José Serrato –un agrimensor e ingeniero, que fue diputado y ministro de José Batlle y Ordóñez– ya llevaba más de un año como presidente de la República.
Pasó el tiempo, el fútbol, el turf y el batllismo fueron parte del ADN de Zelmar Michelini. Estas ideas políticas germinadas en el batllismo lo llevarían, años después, a impregnar de su esencia el nacimiento del Frente Amplio. Su historia, su vida y su trágico y prematuro final son parte de la historia común de los uruguayos.
Su doloroso asesinato (junto a Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw, también ocurridos el 20 de mayo de 1976 en Buenos Aires) es parte de la peor historia reciente, esa que nunca más debe ocurrir.
En el centenario de su nacimiento, la Unidad Curricular Contemporánea de la Subunidad Historia Mundial del Instituto de Historia de F.H.C.E de la Udelar ha organizado las jornadas académicas “El Siglo de Zelmar Michelini, Dimensión Humana y Herencia Política”. Caras y Caretas conversó con la Prof. Marina Cardozo, coordinadora del evento, sobre el alcance de las jornadas.
Según nos manifestó la profesora Cardozo, la iniciativa pretende analizar a nivel histórico su figura y actividad política por la democracia, desde el exilio, en el contexto de las dictaduras del Cono Sur y de la represión transnacional. Tendremos, nos dice Cardozo, el aporte de reconocidos estudiosos uruguayos, estadounidenses e italianos. Se pondrá una particular atención al tema de los derechos humanos y la transmisión de la memoria.
Las jornadas académicas comenzarán el jueves 4 de abril en la Sala Maggiolo de la Udelar, con palabras del rector, Rodrigo Arim, y del decano de FHCE, Pablo Martinis. Cuenta la profesora Cardozo que ese mismo día tendrá lugar la conferencia magistral de Gerardo Caetano, quien hablará de Zelmar Michelini, el tiempo y la memoria.
El viernes, nos dice la Prof. Cardozo, las actividades se desarrollarán en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Un primer encuentro sobre Nuevas Miradas de Zelmar Michelini está a cargo del periodista Mauricio Rodriguez, principal biógrafo del exlegislador asesinado; Salvador Neves del Semanario Brecha; Mateo Gutiérrez, hijo de Héctor Gutiérrez Ruiz, realizador audiovisual y autor de la génesis del documental DF (Destino Final).
El segundo panel será el exilio y la dimensión internacional. Contará con la presencia de personalidades de la cultura y la academia, entre ellas Andrea Mulas y Óscar Bottinelli, quien disertará sobre Zelmar Michelini, Wilson Ferreira y Héctor Gutiérrez Ruiz, sociabilidades políticas en el exilio. El tercer encuentro será Resistencia y Represión Transnacional. Hablará en ese caso el profesor John Dinges, reconocido autor norteamericano de Columbia University, sobre el sistema Cóndor y la fallida Tercera Guerra Mundial contra la izquierda.
También serán expositores Fernando Nieto, de la Facultad de Humanidades, sobre Cotidianidad y Represión, el Exilio Uruguayo en Buenos Aires; y Mimmo Franzinelli, de Italia, sobre Coordinación Represiva entre Montevideo y Buenos Aires, una nueva mirada. La Prof. Marisa Ruiz, sobre memorias emblemáticas y transnacionales de asesinatos en Buenos Aires a actos en Montevideo.
La Prof. Marina Cardozo nos explica que la última parte de las jornadas no se llevará a cabo en el ámbito académico. Por el contrario, se acudirá al espacio cultural y de encuentro Lo de Molina (Tristán Narvaja 1578) para la Mesa de Testimonios. Hablarán Zelmar Michelini (h), Margarita Michelini, Juan Raúl Ferreira, Benjamín Liberoff y Gabriela Schroeder Barredo. “Será algo más personal y elegimos un cierre con música de Rubén Olivera y recitación poética de Luis Bravo”.
Caras y Caretas conversó sobre estas jornadas con Juan Raúl Ferreira, quien por esos días tenía 23 años. Vivía frente al hotel Liberty, donde vivía Zelmar, y fue, junto con sus hijos, la última persona que vio, horas antes de ser secuestrado, a Zelmar Michelini.
Juan Raúl le contó a Caras y Caretas: “Zelmar había logrado hacerme sentir como un amigo… Así fui a avisarle, como lo había hecho con Toba, que regresaría a Montevideo. Me dijo que ‘no lo permitiría’. Era tarde, él estaba levantado por la llegada de su hijo Juan Pedro ante la proximidad de su cumpleaños. Pocas horas después, el mayor de los hijos del Toba me despertó para contarme del secuestro de su padre. Cruzamos y se lo acababan de llevar”.
Zelmar creía que darle sentido a la vida del exilio era el mejor modo de sobrellevarlo, agregó Juan Raúl. Hablábamos mucho de la diplomacia del exilio. Él había dejado huella tras declarar en el Tribunal Russell… A las semanas de su muerte, estuvimos con mi padre en el Congreso de EEUU pidiendo el corte de la ayuda militar a la dictadura. Wilson hizo poner una silla vacía en nombre de los dos ausentes.
Estas jornadas nos permiten revalorizar la figura de Zelmar Michelini, el sufrimiento y las enseñanzas del exilio, y reafirmar que nunca más episodios como los vividos en mayo del 76 en la Ciudad de Buenos Aires vuelvan a suceder.