Trabajadores del comercio y propietarios de supermercados se encuentran enfrentados por un nuevo convenio colectivo, y ante la falta de avances en el tema la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (Fuecys) planifica paros para los próximos días. Abigail Puig, dirigente de la federación y del Pit-Cnt, dijo a Caras y Caretas que negocian en torno a una propuesta presentada por las patronales que está “lejos del piso mínimo fijado en la asamblea”.
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Puig es integrante del Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt, donde ocupa la secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente. Fue electa tras el congreso de la central que determinó el ingreso de una cuota importante de mujeres en todos los ámbitos de dirección del movimiento sindical uruguayo.
Las diferencias entre trabajadores y empresarios se centra fundamentalmente en el pago de la partida por antigüedad. Los empresarios indican que implicaría un gasto adicional de unos US$ 17 millones anuales. Esto es negado por los trabajadores. Puig sostuvo que el sindicato no ha tenido acceso a las cifras de los supermercados, pese a haberlas solicitado, por lo que “ignoramos cuáles son los márgenes de ganancia de las empresas y en que medida se ven afectados, o no, por los reclamos”.
En este marco, la adopción de medidas de ocupación de supermercados durante las fiestas, tal como trascendió en los medios, aún no está definida.
Consultada sobre las condiciones de trabajo en los supermercados, en particular sobre la seguridad, Puig dijo que en algunos lugares las patronales se han negado a convocar a las comisiones de seguridad. Si bien la situación no es grave en algunos lugares hay problemas, sostuvo. Este año se registraron accidentes morales y situaciones irregulares en algunos establecimientos.
Por otra parte Puig hizo referencia a la participación de la mujer en el movimiento sindical. Destacó que en los últimos años hubo un crecimiento “a partir de dos hechos que nosotros consideramos muy importantes: primero, la aprobación de la ley de libertades sindicales y los fueros, lo que permitió que no hubiera compañeras que tuvieran que salir de su horario laboral e ir para el sindicato. Otra cosa fue generar espacios amigables y mejorar la convivencia en las secretarías y comisiones de género. Eso ha generado muchísima más participación”.
No obstante recordó que se continúan apreciando diferencias culturales en torno a la participación de la mujer. “No solamente en Fuecys”, aclaró. “En todo el movimiento sindical. Si bien hay mujeres que han accedido a varios puestos de dirección en sus sindicatos, promovidas en elecciones o en congresos, hay en reuniones en donde no participan, hay información a la que no se sigue accediendo. Hay cambios que, más que de cuotificación, son culturales”.
Señaló, respecto al ingreso de más mujeres al Secretariado Ejecutivo de la central, que eso no significa que “haya cambiado en algo al movimiento sindical en el sentido de sus resoluciones o el trabajo a desarrollar, pero es un hecho que se generó al empuje de muchas compañeras y de muchas delegadas sindicales que entendimos que también están preparadas para ocupar los cargos de conducción del movimiento. Esos cargos están ahí, algunos ocupados por compañeras, otros por hombres, pero entre titulares, alternas y suplentes, somos unas diez compañeras las que cotidianamente participamos del Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt. Hay que trabajar con el secretariado, con la Mesa Representativa, con los sindicatos, para que efectivamente la participación de la mujer se traduzca en participación activa en la política sindical y que no esté atada de una cuota y que no tenga ningún cambio cultural. Estas compañeras que acceden a los cargos de dirección tienen que participar en las reuniones de mayor relevancia también, tienen que estar incluidas en las conducciones cotidianas y tienen que manejar la misma información que los compañeros. Si eso no ocurre, no hubo cambio”.
Respecto al sistema de cuidados y otras medidas que facilitan la participación, dijo que en el “Pit-Cnt se está trabajando, pero entendemos que no significa solo tener un rincón donde los niños estén con algo, creemos que tiene que ser algo más integral. Inclusive las reuniones deberían ser más amigables para que los niños pudieran circular más libremente. Creemos que los cuidados tienen que ser compartidos. Así como hay compañeros que pueden militar varias horas en sus sindicatos y sus compañeras generar las tareas de cuidados, debería ser al revés también”.
Destacó que hay sectores donde hay mayor resistencia a la participación de la mujer: “Cuando uno empieza a rascar en algunos ámbitos o en algunos sindicatos se da cuenta de que en realidad la participación tiene mucho de trabajo interno. En Fuecys aprobamos una cuota de participación que imponía que, cada tres, uno tenía que ser mujer, sin embargo de congreso en congreso bajamos la titularidad de las mujeres. Por la cuota. Sin ella habíamos mejorado. Entonces, también la cuota te marca como un piso pero no puede ser un techo, si no, no va a haber cambios”.
En cuanto a las perspectivas señaló que estas significan trabajar mucho con los compañeros aliados, que entienden que lo que se reclama y los puntos de desencuentro que tenemos son posibles de cambiar. Hay compañeros que sí son afines a que haya más compañeras conduciendo el movimiento sindical. Hay otros que no, porque eso significa pérdida de poder ”.