El gobierno iraní denunció este jueves que su embajada en la capital de Yemen, Saná, fue bombardeada por aviones pertenecientes a Arabia Saudita. El gobierno de la República Islámica de Irán calificó este ataque como una violación de las leyes internacionales. «Arabia Saudita es responsable de los daños causados en el edificio de nuestra embajada y de dañar a parte de su personal, «afirmó el portavoz de Cancillería, Hossein Jaber Ansari.
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El funcionario afirmó también que «esta acción deliberada es una violación de todos los convenios internacionales que protegen las misiones diplomáticas» y que «La República Islámica de Irán se reserva el derecho a defender sus derechos en este asunto». La tensión entre estas dos naciones se disparó a raíz del anuncio que emitió la monarquía absoluta de Arabia Saudí acerca de la ejecución del clérigo chií Nimr Baqir al Nimr y otras 46 personas que habían sido condenadas por presunto terrorismo. A raíz de esto, el gobierno iraní protestó y convocó al encargado de negocios saudí y la monarquía saudita convocó al embajador iraní. La tensión creció hasta que el pasado domingo Arabia Saudita anunció el rompimiento de relaciones con Irán, y que todos los diplomáticos del país disponñían de 48 horas para abandonar el la monarquía árabe. Sólo en 2015 Arabia Saudita llevó a cabo alrededor de 158 ejecuciones, algunas de ellas por decapitación, esto supone su cifra más alta alcanzada en las últimas dos décadas.