El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha avisado este miércoles de que él se exime de cualquier efecto secundario que pudiera provocar cualquiera de las vacunas contra el coronavirus que se utilizarán en el país, y ha avanzado que ofrecerá el “contrato completo” de cada una de ellas, para que “quien lo tome sepa las consecuencias”.
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“Quien tenga algún efecto secundario o algún problema ya sabe que no me lo va poder cargar a mi, porque voy a ser muy claro”, ha advertido Bolsonaro durante uno de sus habituales diálogos con sus seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada.
Bolsonaro ha deslizado nuevamente sus dudas acerca de la efectividad de las vacunas contra la COVID-19, preguntándose si el Gobierno después de alertar a la población que se desentiende de cualquier tipo de responsabilidad, seguirá dispuesta a someterse a ella.
El presidente brasileño ha ido más allá acerca de su reticencia acerca de la vacuna y ha reiterado que él no se la suministrará, pues ya está “vacunado” tras haber superado la COVID-19 en julio, cuando se le diagnosticó la enfermedad.
La última actualización de la situación de la pandemia en Brasil deja hasta el momento más de 6,4 millones de casos acumulados, entre los que hay 5,6 millones de recuperados y 174.515 fallecidos, mientras que Sao Paulo continúa siendo la región más afectada, con más de 1,2 millones de positivos y 42.456 muertos.