El presidente Jair Bolsonaro confirmó el jueves el traslado de la embajada en Israel a Jerusalén y restó importancia al posible boicot comercial del mundo árabe.
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«Algunos más radicales pueden tomar algunas sanciones, espero que únicamente económicas, contra nosotros, pero no voy a dejar de reconocer la autoridad de Israel; quien decide cuál es la capital de Israel es su gobierno, su pueblo, y punto final», afirmó en una entrevista con la cadena de televisión SBT.
Subrayó que gran parte del mundo árabe está alineado con EEUU y que «la cuestión de Palestina» ya está «saturando» a muchos de esos países de la región.
Bolsonaro añadió que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel es la respuesta a un «anhelo de la población», porque gran parte de los evangélicos son favorables.
El líder ultraderechista se reunió la semana pasada en Río de Janeiro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, una de las principales autoridades extranjeras en su toma de posesión.
Al ser preguntado sobre si su aproximación a Israel tiene que ver con temores a sufrir un atentado terrorista, el presidente brasileño respondió: «Creo que no llegarían a tal punto, sería un absurdo llegar a tal punto y crear una cuestión diplomática tan seria».