Por Patricia Avila
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Cuando se le pregunta a un uruguayo qué recuerda de Mario Benedetti (1920-2009), quien este lunes cumpliría 100 años, enseguida contesta sobre sus novelas, poemas, su humildad o su característico bigote; pero el trabajo de uno de los autores más venerados en el país y en toda Hispanoamérica, abarcó más géneros, en los que también marcó una época.
«La popularidad de Benedetti en la ficción, ya sea la ficción poética o narrativa, es tan grande, está tan presente en la sensibilidad masiva de sus lectores, que eso opaca la tarea del Benedetti ensayista», comentó a Sputnik el periodista y poeta uruguayo Roberto López Belloso, quien es coordinador de la Fundación Mario Benedetti.
En Latinoamérica el ensayo en sí tiene menos aceptación masiva que la poesía o la narrativa, la gente en general incluso los que no son los más aficionados a la literatura en sí, prefieren hacerlo dentro del tipo ficción que el ensayo o el periodismo, como si quisieran acercarse a la realidad de una manera oblicua»
Si bien tuvo una inmensa competencia en sus pares de la llamada Generación del 45, Benedetti, nacido el 14 de septiembre de 1920 en la localidad de Paso de los Toros (norte), se destacó con ensayos sobre sus coterráneos, la actualidad y algunos escritores contemporáneos nacionales y extranjeros, como el peruano Mario Vargas Llosa, con quien años más tarde mantendría una polémica en las páginas del diario español El País.
Entonces, ¿por qué sus obras de este tipo no son reeditadas o acumulan polvo en las estanterías de las librerías?
Asignatura pendiente
«En Latinoamérica el ensayo en sí tiene menos aceptación masiva que la poesía o la narrativa, la gente en general incluso los que no son los más aficionados a la literatura en sí, prefieren hacerlo dentro del tipo ficción que el ensayo o el periodismo, como si quisieran acercarse a la realidad de una manera oblicua», comentó Carmen Holguín, doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Nuevo México en Albuquerque (EEUU, sur).
«Los textos de Benedetti son un acercamiento a la realidad política y social pero dentro de la ficción, entonces como que a la gente en general le es más fácil acercarse de esa manera oblicua a los problemas político sociales que de manera directa (…) porque el ensayo nos pide una confrontación ya que se basa en la opinión de una persona», agregó Holguín, quien también escribe cuento y poesía.
Ojo crítico y sencillez
Aunque en su educación llegó solo a aprobar hasta el primer año de la escuela secundaria, Benedetti era un ávido lector y manejaba varios idiomas, por lo que sus críticas y sus ensayos estaban embebidos de temas actuales en su carrera de seis décadas.
Benedetti no cae en la trampa de construir una especie de lenguaje esotérico para hacer crítica literaria, su lenguaje sigue siendo un lenguaje sencillo, utiliza la poesía también de manera distinta a la crítica tratando de hacerla lo más accesible posible»
En Uruguay, la Generación del 45, en particular quienes estaban vinculados al semanario Marcha, no solo hacía una «crítica literaria a fondo y profunda sino también sin concesiones y sin caer en el amiguismo», algo que se le reclamaba a los periodistas entonces, comentó López Belloso.
Por ejemplo, el narrador y periodista uruguayo Carlos Martínez Moreno criticó duramente una obra teatral de Benedetti y este le agradeció, mientras que otro grande de la literatura, como Juan Carlos Onetti, le comentó que unos poemas que le había enviado para revisar no le gustaban, pero que su ensayo sobre el novelista francés Marcel Proust era muy bueno.
«Benedetti no cae en la trampa de construir una especie de lenguaje esotérico para hacer crítica literaria, su lenguaje sigue siendo un lenguaje sencillo, utiliza la poesía también de manera distinta a la crítica tratando de hacerla lo más accesible posible», comentó José Castro Urioste, escritor y dramaturgo peruano-uruguayo quien reside en Chicago.
En sus últimos años, en las presentaciones de sus obras, sobre todo en las lecturas de poesía, Benedetti embelesaba al público leyendo partes de sus textos desde un escenario en solitario, arrancando aplausos y lágrimas cada poco rato.
Pero también salpicaba sus textos y presentaciones con un poco de humor, un género que según el crítico Pablo Rocca deberían recogerse en un libro.
En Uruguay, la Generación del 45, en particular quienes estaban vinculados al semanario Marcha, no solo hacía una «crítica literaria a fondo y profunda sino también sin concesiones y sin caer en el amiguismo»
Tras una delicada cirugía al corazón, en 2002 presentó su libro «Insomnios y duermevelas», pero contó que estuvo pensando en llamarlo «Por prescripción médica», porque el cardiólogo que lo operó le había dicho que las personas con marcapasos tenía que poner la mente a trabajar o podían sufrir un trauma cerebral.
«Después de eso enseguida me vino la inspiración», dijo el autor, quien falleció en Montevideo el 17 de mayo de 2009, a los 88 años.