Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Columna destacada |

El miércoles, la pandemia no pudo con el pueblo

Codo con codo, dijimos presente

Por Juan Raúl Ferreira.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

El miércoles se cumplieron 46 años del asesinato de Zelmar, el Toba, Barredo y Whitelaw y de la desaparición de Liberoff. Justo ese día se conmemoraban 25 años en que familiares de los desparecidos habían elegido esa fecha emblemática para convocar a la Marcha del Silencio. La cita anual, desde entonces, para reclamar verdad y justicia. La fecha cayó en tiempos de aislamiento por causas sanitarias. Primero nos cayó como un balde de agua fría. La gente, el pueblo, de a uno y colectivamente, fue, con imaginación, descubriendo modalidades de participación.

Quizás fue la movilización más grande de la historia. Desde semanas antes empezó la idea de los pañuelos de Familiares. Las balconeras, la marcha virtual, las pintadas en 18 de Julio. En vez de un par de horas, la marcha duró días de militancia y compromiso. La marcha ya pasó, el rápido latir del corazón sigue. La consigna “presente” nunca fue más cierta si bien no estábamos físicamente juntos.

Los asesinatos de Zelmar y el Toba, junto a dos militantes de izquierda, y seguidos por la desaparición del Dr. Manuel Liberoff, fue de los momentos más trágicos que tuve que vivir cuando apenas tenía 23 años. Pero el país entero sintió, junto al dolor desgarrador, un sentimiento de unidad. En la lucha  por el futuro.

¿Qué mejor manera de recordarlos que exigiendo verdad y justicia y el esclarecimiento de la suerte de todos los desaparecidos durante la dictadura? Temprano en la mañana del miércoles, me llamaron de radio Universo de Castillos para ver qué recuerdos tenía de aquellos días. La nota empezó con la lectura de un editorial de Wilson que, confieso, no recordaba. Ahora pienso que fue el último 20 de mayo de Wilson.  Está fechado el 22 de mayo de 1987. Allí describe como un verdadero sacrilegio la noción de que se pueda homenajear a Zelmar sin pensar en el Toba ni recordar al Toba sin homenajear a Zelmar.

Yo recordaba, sí, sus palabras en Bogotá en 1983, cuando dijo: “Me parece que hubo hasta cierta justicia en la tragedia, en que ambos cayeran juntos. Hay en esto una hermosa lección de unidad que todos debemos preservar”. Por eso, cuando pensamos en aquel desgarrador 20 de mayo en Buenos Aires, pensamos ¿qué mejor homenaje pueden recibir ambos y los demás caídos esos días y los meses siguientes? Todos los muertos allí y en otros rincones, fruto del Plan Cóndor, concebido por EEUU con brazo ejecutor cipayo y criollo.

Así, el miércoles Zelmar y el Toba marcharon con nosotros. Todos juntos, codo con codo, tomados del brazo con decenas de miles de compatriotas que buscaron el modo para no solo decir presente, sino estarlo. Qué emoción ver los autos embanderados, la gente con los tapabocas de Familiares, las casas preparándose. Mi apartamento tiene vista al fondo. Descubrimos que desde la calle Colonia se puede ver. Cosimos sobre una gigante bandera uruguaya el pañuelo con la margarita deshojada. Qué emoción cuando vimos que algunos vecinos comenzaban a colgar carteles caseros: “Presente: verdad y justicia”.

La pandemia amenazó con impedir que el pueblo se expresara. No pudo la dictadura, qué absurdo pensar que lo iba a lograr la emergencia sanitaria. Durante el día escuchamos ‘Angelitos’ de José Carbajal, ‘Memoria de León Gieco. Esta canción menciona a monseñor Angelelli, único jerarca eclesiástico que denunció las desapariciones del 17 de mayo y los crímenes del 20 de mayo del 76 en Buenos Aires. Murió el 6 de agosto en un “aparente accidente” que jerarcas de la iglesia contribuyeron a cubrir. El papa Francisco desclasificó los documentos que demuestran que fue un crimen y en pocas semanas más lo beatificará. Todo fue generando desde días antes en un clima muy especial.

Todos pudimos. A la hora indicada marchamos juntos. Siento que, como ya es una constante, cada vez más y con mayor participación juvenil. Y nos sentimos acompañados cuando, desde nuestro hogar, dijimos a viva voz: presente.

 

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO