Benjamín Netanyahu propuso asesinar a Jamenei, pintando a Irán como la mayor amenaza para el mundo y argumentando que, al eliminarlo, se terminarían todos los problemas. Quiso y quiere que Jamenei termine como el líder libio Muamar El Gadafi. Contra él también desplegaron todo su aparato propagandístico para convencer al mundo de que era una amenaza. Esto no funcionó con Hugo Chávez, aunque lo intentaron varias veces.
The Daily Digest ha publicado una nota muy reveladora sobre esta estrategia, recordando de manera documentada que desde 1995 Netanyahu acusa a Irán de estar a pocas semanas de tener un arma nuclear. En reiteradas ocasiones, y desde hace treinta años, busca aterrorizarnos con ese cuento. En 2006, durante una entrevista con la CNN, Netanyahu decía: “Irán se está preparando para producir 25 bombas atómicas al año, 250 bombas en una década”.
No olvidemos a Palestina
Mientras tanto, el genocidio en la Franja de Gaza continúa con la más absoluta impunidad, alevosía y sevicia. Un estudio publicado por la universidad de Harvard dice que más de 377.000 palestinos (el 17 % de la población de la Franja de Gaza) han sido desaparecidos por Israel, asegurando que la mayoría de ellos están aún bajo los escombros, en fosas comunes o fueron devorados por los animales.
El informe lleva la firma del profesor israelí Yaakov Garb, de la Universidad Ben Gurion, quien utilizó un análisis basado en datos y mapeo espacial para demostrar que el Ejército israelí, con sus ataques indiscriminados contra civiles en el enclave, ha reducido la población desde fines de 2023, cuando comenzó la invasión. A esto habría que sumar las decenas de miles de personas que han comenzado a morir por hambre o enfermedades derivadas de la falta de alimentación adecuada.
Para colmo, los palestinos han perdido hasta la oportunidad de dar a conocer los abusos cotidianos a que son sometidos, ya que Israel les ha quitado el servicio de Internet, a la vez que impide la entrada de periodistas y ayuda humanitaria a los campos de concentración.
Treguas y plazos como trampas
Cuando Trump dijo que daría dos semanas a la diplomacia, pensé: ¡Zas! Ataca en menos de cinco días. Lo hizo en dos.
La intervención de Estados Unidos de manera directa, atacando las instalaciones nucleares de Irán, y el inmediato llamado a un alto el fuego, fue una estrategia para dar un respiro a Israel, que tenía serios problemas de armamento y el Domo de Hierro había sido afectado por un ataque cibernético iraní que hizo que los misiles defensivos chocaran entre sí. El supuestamente impenetrable domo quedó hecho un queso suizo.
A menos de una hora de que Trump anunciara pomposamente “el fin de la Guerra de los 12 Días”, Israel violó el acuerdo y atacó a Irán. Nadie debería asombrarse. Israel suele aceptar estos pactos para que el enemigo baje la guardia y golpear de manera traicionera.
Según reportes de la ONU o medios como BBC, Haaretz, The Guardian, Reuters o Al Jazeera, este país ha roto el alto el fuego más de 20 veces desde el año 2000 y a pocas horas o días después de iniciados los acuerdos. A efectos de fundamentar lo expuesto, citaremos algunos casos.
Casos documentados de rupturas atribuibles a Israel:
1. Segunda Intifada (2000-2005)
A pesar de varios intentos de tregua entre 2001 y 2003, Israel continuó operaciones militares en Cisjordania y Gaza tras los anuncios de alto el fuego por parte de grupos palestinos. Ejemplo: en junio de 2003, tras una tregua anunciada por Hamás, Israel asesinó al líder de Abdullah Qawasmeh, lo que reactivó el conflicto.
2. Tregua de 2008 (junio–diciembre)
Hamás e Israel acordaron un alto el fuego de seis meses en junio de 2008, con mediación egipcia. Según Human Rights Watch y medios internacionales, Israel rompió la tregua el 4 de noviembre de 2008 al matar a seis militantes de Hamás durante una operación en Gaza. Este evento desencadenó la guerra de Gaza de diciembre de 2008 (Operación Plomo Fundido).
3. Operación Pilar Defensivo (2012)
Un alto el fuego estaba cerca de alcanzarse en noviembre de 2012 cuando Israel asesinó al líder militar de Hamás, Ahmed Jabari, el 14 de noviembre. Esto provocó una nueva escalada que terminó con una tregua formal tras una semana de bombardeos.
4. Tregua de 2014 (Operación Margen Protector)
Durante el conflicto de 2014, se acordaron varias treguas temporales. De al menos 10 treguas, organizaciones como la ONU y Cruz Roja documentaron que Israel rompió varias de ellas al realizar ataques durante la pausa humanitaria.
5. Alto el fuego de mayo 2021
Tras 11 días de conflicto, se declaró un alto el fuego el 21 de mayo de 2021.
Pocas horas después, fuerzas israelíes dispararon balas de goma y granadas de aturdimiento en la mezquita de Al-Aqsa, lo que fue considerado una violación de la tregua por parte de medios internacionales y grupos de derechos humanos.
6. Alto el fuego de 2022 (agosto)
Un acuerdo con la Yihad Islámica fue alcanzado el 7 de agosto. Aunque no hubo violaciones inmediatas por parte israelí, los días siguientes incluyeron detenciones y redadas en Cisjordania, consideradas provocaciones que tensaron la tregua.
En resumen, creer a Israel cuando acepta un cese de hostilidades es caer en la mayor de las ingenuidades.
Más mentiras
Si Estados Unidos impuso su autoridad tras atacar a Irán forzándolo a aceptar un alto el fuego, ¿por qué en las calles de todo el país persa los iraníes están celebrando una victoria? Es que lo declarado por Israel, en cuanto a que su objetivo había sido plenamente alcanzado, fue una gran mentira.
La verdad es que Irán sorprendió y demostró que tenía sobrada capacidad de hacer daño al régimen supremacista de Netanyahu. No se la esperaban. Falló el Mossad y falló el domo, lo que le costó la cabeza a más de un jerarca israelí.
Estados Unidos le dio un respiro (con el ataque y la tregua) porque Israel estaba seminoqueado y con las piernas flojas. Por eso fue que suplicó a Trump: “Termina el trabajo”.
El objetivo era arrastrar al águila en su tarea de destrucción de Irán; pero éste dijo NO PASARÁN. Y no pasaron. Jamenei y su pueblo resistieron la embestida de dos de las potencias más armadas de toda la historia de la humanidad. Es más, luego del ataque de Estados Unidos a sus instalaciones nucleares, las fuerzas armadas iraníes atacaron la base aérea estadounidense de Al Udeid, en Catar… ¡Y Estados Unidos no reaccionó! El motivo lo sabríamos poco después y por medios de comunicación de derecha occidentales.
Trump nos mintió a todos sobre la efectividad del ataque estadounidense. La verdad es que fueron frenados y debieron echar para atrás.
Como sea, esta vez los iraníes se mantendrán alertas e incrédulos, “con el dedo en el gatillo”, porque saben que no pueden creer ni en Trump ni en Netanyahu.
Alguien le tiene que haber dicho al presidente norteamericano que creer que Irán se arrodillará es un delirio y que su descontrolado socio israelí ha abierto las puertas del infierno.
Nunca estuvimos tan cerca de la III Guerra Mundial. Sólo faltaban dos dementes, y ahí están.
EEUU e Israel están empujando a Irán a convertirse en aquello de lo que le acusan. El odio hacia israelíes y estadounidenses se ha multiplicado en estos días en Medio Oriente. ¿Quién detiene ahora a los hutíes del Yemen, a Hezbolah del Líbano, a lo que queda de Hamás en Palestina o a las milicias irregulares de Irán? ¿Y quién podrá culpar de algo ahora a Irán?