La coalición entre el partido del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el centrista Benny Gantz no lograron un acuerdo sobre el presupuesto antes de la fecha límite, por lo que el Parlamento se disolvió automáticamente.
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Netanyahu y Gantz establecieron en abril un gobierno de unidad tras tres elecciones en un mismo año, pero la relación se fue deteriorando por la disputa sobre la aprobación de un presupuesto nacional, clave para la aplicación de un acuerdo según el cual Gantz debía tomar el relevo en noviembre de 2021.
«Si nos obligan a celebrar elecciones, les prometo que ganaremos», dijo Netanyahu en un discurso televisado el martes, culpando a Gantz – que se ha hundido en las encuestas – por la votación anticipada. Sin embargo, el actual primer ministro tendrá que afrontar una campaña que estará marcada por las críticas a su gestión de la pandemia y sus casos en los tribunales.
Numerosos expertos señalan que todo el revuelo creado a partir de los presupuestos forma parte de una estrategia de Netanyahu para no rotar el poder con su socio de gobierno. Sin embargo, según informa Reuters, estos expertos apuntan a que hubiera preferido que las elecciones se celebraran más tarde para aprovechar el tirón de la vacunación masiva que ya dio comienzo este domingo.
Hasta ahora, sin embargo, el primer ministro ha recibido numerosas críticas por su gestión, pero una vacunación exitosa podría cambiar la imagen que los israelíes tienen de él. Por su parte, Benny Gantz acusó a Netanyahu en su cuenta de Twitter de llevar al país a elecciones “con el único propósito de no ir a la cárcel”, dado que enfrenta un juicio por tres delitos de corrupción, que comenzará el próximo febrero.
Grupos de ciudadanos llevan meses manifestándose frente a su residencia para pedir que dimita por estas acusaciones, pero esta nueva situación provocará que Netanyahu se mantenga como presidente hasta que se conozca el resultado de las elecciones.
Todos los problemas derivados de la crisis electoral y del coronavirus en Israel han provocado un hecho inaudito en el país. Por primera vez, al Likud, el partido hegemónico de la derecha que preside Benjamin Netanyahu, le ha salido una escisión que podría disputarle una futura victoria electoral.
El exministro y diputado Gideon Saar, abandonó este mismo mes el partido para crear el suyo propio, Tikvá Hadashá (Nueva Esperanza), con la que planea disputarle la hegemonía conservadora a su viejo partido. Saar ya disputó sin éxito a Netanyahu las primarias del Likud en diciembre del año pasado.
Ahora las encuestas le sitúan como hipotética segunda fuerza política en el Parlamento, lo que podría finalmente llevar a que su antiguo, aun ganando las elecciones, se viera fuera de la presidencia de Israel y más desprotegido frente a sus problemas judiciales.