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Empresariales Aerofil | Vannessa Furest |

Entrevista

Aerofil: desde Uruguay, innovación y calidad que abre fronteras en la industria del plástico

Aerofil S.A., con sede en Montevideo y una larga trayectoria que comenzó en 1979, es una empresa que se especializa en la producción de tapas, asas y envases, abasteciendo a algunas de las embotelladoras de agua más importantes de la región.

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A lo largo de su trayectoria, Aerofil supo adaptarse a los desafíos de un mercado cada vez más competitivo, manteniendo siempre el foco en la calidad, la personalización del servicio y una filosofía de producción que prioriza el compromiso con el país y sus trabajadores.

En Caras y Caretas conversamos con Vannessa Furest, gerenta adscripta a la dirección de Aerofil, quien nos detalló los elementos que permitieron a la empresa diferenciarse de la competencia, especialmente en un contexto donde los productos de bajo costo y las importaciones masivas representan una constante amenaza. Furest habla sobre la importancia de conocer el mercado, adaptarse a las particularidades locales y asegurar la máxima calidad en cada etapa del proceso. También nos comparte sus reflexiones sobre el futuro de la industria del plástico en Uruguay y el rol de las empresas nacionales en la creación de valor a través de prácticas responsables y orientadas a la comunidad.

Aerofil a lo largo de los años logró consolidarse como proveedor de importantes embotelladoras de agua, tanto locales como regionales. ¿Cuál considera que ha sido el factor diferenciador de la empresa en un mercado tan competitivo?

Para poder sostener por tanto tiempo el trabajo exitoso de esta empresa, debimos enfocarnos en ciertos aspectos clave que nos diferenciaran de la competencia, sobre todo extranjera. Primero, un profundo estudio y conocimiento del mercado. Encontramos que era crucial que la empresa conociera a fondo las características, necesidades y preferencias de nuestros clientes y los consumidores finales. Los patrones locales de consumo y la competencia local. Esto nos permitió replicar el sistema en el mercado regional y adaptar la oferta de manera efectiva.

Entendemos quizás que la adaptabilidad es nuestro fuerte. Sabemos que las preferencias de los clientes pueden variar considerablemente de un lugar a otro y nosotros nos preparamos para entrar en esos mercados de forma exitosa ofreciendo productos adaptados a los hábitos de consumo locales.

Aerofil se ha transformado poco a poco en una marca sólida y bien posicionada. Los clientes saben que somos flexibles e innovadores, por lo que no encuentran trabas al plantearnos sus ideas y requerimientos. La atención, como siempre, es personalizada y eso contribuye a destacarnos.

El mercado regional es importante para el crecimiento de Aerofil. ¿Cuáles son los principales desafíos y oportunidades que enfrentan al abastecer a clientes fuera de Uruguay?

Sin caer en un cliché, el desafío constante es encontrar las formas de brindar el mejor producto al menor precio posible. Nosotros creemos que un buen ejercicio es, siempre, considerar nuestras producciones como la primera, es decir aquella que nos hizo creer que se podía producir en Uruguay y para la región.

Siempre tenemos presente que cientos de industrias iniciaron, tuvieron grandes éxitos y luego sucumbieron ante agentes internos y externos. De esos éxitos y fracasos ajenos, nosotros sacamos valiosas enseñanzas sobre lo que se debe o no hacer. Hay gigantes de la industria regional que hoy día usan técnicas de ventas e ingreso a mercados muy agresivas y para nosotros eso es un reto, ya que debemos reforzar nuestros esfuerzos pero sobre todo nuestros valores y principios. Fácil sería migrar la producción hacía otro país con normas más flexibles o beneficiosas comercialmente, pero las familias de nuestros trabajadores no se merecen eso. Por eso siempre decimos que producimos en Uruguay y en el futuro seguiremos produciendo en Uruguay.

Si una embotelladora del otro lado de la cordillera nos encarga una producción, entendemos que es por algo y que el camino es el correcto.

¿Cómo ve Aerofil el futuro de la industria del plástico en Uruguay? ¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento y cuáles serán los principales focos de inversión en los próximos años?

En Uruguay la industria del plástico va a verse conmovida por las nuevas formas de comercio sin lugar a dudas. Hoy cualquier emprendedor con algo de capital puede realizar una importación de productos de cualquier país gracias a las empresas emergentes de logística y consolidación de envíos. De todas formas, siempre hay algo distinto para hacer. Hoy más que nunca se debe considerar invertir en tecnología si se quiere crecer. Muchos nos preguntan el porqué de lo acotado de nuestro porfolio de productos. La respuesta siempre es, porque los productos que hacemos son los mejores. Para elevar la calidad manteniendo un precio competitivo hay que concentrarse, perfeccionar e intentar llegar a la excelencia. En eso estamos. No vamos a importar tapas plásticas de China si nosotros las podemos hacer mejores y a buen precio. Esa calidad se siente y se vende. Nuestros clientes apuestan a eso y nosotros respondemos a la altura.

Ya hemos tenido casos de empresas que nos contactan con apuro para que les hagamos una producción ya que lo que les llegó del exterior venía con fallas y no tienen dónde reclamar, ya que el proveedor se encuentra del otro lado del mundo. Esto, cuando tienes una línea de embotellamiento en curso y con el producto a envasar en planta, no es admisible.

El servicio al cliente es uno de los pilares de Aerofil. ¿Cómo asegura la empresa la satisfacción de sus clientes en cada etapa del proceso, desde la producción hasta la distribución?

Desde hace mucho nosotros entendimos que los procesos de calidad debían ser certificados. Al principio tomamos esto como una buena carta de presentación hacia nuestros potenciales clientes, pero luego nos dimos cuenta de que la gestión de procesos orientada anualmente a obtener el visto bueno de los auditores nos hacía más eficientes, eficaces y seguros.

Nuestro personal, nuestras máquinas, nuestro espacio físico y de seguridad es anualmente auditado a esos efectos. 2024 es el quinto año que obtenemos la certificación. Cuando un cliente nuestro recibe su producto, sabe que es un producto certificado donde se sigue una línea de trazabilidad muy estricta y parámetros de inocuidad también muy estrictos.

Finalmente, ¿qué mensaje le gustaría enviar a los emprendedores e industriales jóvenes que buscan abrirse paso en el sector de la manufactura y la producción en Uruguay?

Que busquen un diferencial en calidad y atención. Nuestra industria no puede competir en parámetros distintos a esos ya que afuera hay gigantes dispuestos a sacrificar lo que sea por entrar a un mercado o hacerse con un cliente.

Cuiden a sus empleados, ya que ellos también para esas grandes empresas son un producto más y no les cuesta mucho tentarlos y hacerse con nuestro mayor capital, el humano. Acá también se debe brindar calidad. Los colaboradores de una industria nacional sienten generalmente a la empresa como una extensión familiar. No debemos perder eso de vista y actuar en consecuencia.

Por último, como mensaje final a esos emprendedores jóvenes, que lo intenten, ya que la satisfacción de abrir por la mañana la fábrica, saludar a todos los colaboradores que esperan para entrar y escuchar el ruido de esas máquinas encendiéndose no tiene precio.

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