El secretario de la Comisión Directiva de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Luis Núñez, manifestó su preocupación por el hecho de que una de cada tres camas de CTI esté ocupada por un paciente convid-19 positivo.
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«Esto no se arregla con aumentar las camas, porque si siguen aumentando los casos van a seguir aumentando los pacientes», aseguró Núñez.
Las declaraciones del jerarca fueron luego de que el Ministerio de Salud Pública (MSP), anunciara este fin de semana que logró incorporar equipamiento para aumentar las camas de CTI de 827 a 946 y que las camas nuevas quedarán operativas luego de la Semana de Turismo.
Núñez dijo que «esos son anuncios que intentan tranquilizar a la población, pero no combaten el problema de fondo. Se necesitan más medidas para reducir la movilidad».
Explicó que, en los hechos, haber alcanzado el nivel rojo implica «más problemas en asistencia», porque «ningún área asistencial o CTI está pensada para tener tantas camas de aislamiento respiratorio», que, además, para la covid-19 debe ser estricto.
La región noreste del país es la que está más comprometida en ese sentido, sostuvo Núñez.
Por su parte el Sindicato Médico del Uruguay (SMU), SUMI y la Federación Médica del Interior y decenas de organizaciones más explicaron que la situación se ve dificultada, además, por «la alta cantidad de trabajadores de la salud en cuarentena y cursando la infección», y que «las acciones para evitar la catástrofe sanitaria inminente son la reducción de la movilidad en su máxima expresión y el cierre de toda actividad no esencial».
Otro que volvió a exigir al gobierno fue el Frente Amplio. La oposición considera que el planteo realizado por más de 35 organizaciones de distintos ámbitos vinculados a la salud «debería alertar y convocar a la acción del Poder ejecutivo» y entiende que «la única solución para evitar la saturación y colapso de nuestro sistema de salud es la reducción de la movilidad en su máxima expresión».