El nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, se comprometió a realizar un cambio estructural tanto en el sistema de justicia como en la actual Agencia Federal de Inteligencia (AFI), a la que retirará los fondos reservados.
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Durante su disertación ante la Asamblea Legislativa, tras haber jurado su cargo en el Congreso, Fernández anunció sentado junto a la nueva vicepresidenta, Cristina Fernández, que su gobierno implementará «una reforma integral del sistema de justicia», al tiempo que «será intervenida la AFI».
En una de las partes más aplaudidas de su disertación, el flamante mandatario reclamó: «¡Nunca más una justicia contaminada por organismos de inteligencia y por procedimientos oscuros, nunca más una justicia que persigue según los vientos políticos de turno!».
Nunca más al Estado secreto y a la oscuridad, ni a los sótanos de la democracia»
El próximo gobierno, que tendrá un carácter federal, retirará los fondos secretos del organismo de inteligencia, los cuales «serán reasignados para financiar el Plan integral contra el Hambre», anunció.
Por ello su Ejecutivo derogará el decreto 656 de la gestión anterior, publicado en 2016, «que consagró el secreto para el empleo de los fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia», informó Fernández.
«Lo mismo haremos con el resto de los fondos reservados», añadió mientras muchos de los diputados y senadores se ponían de pie para aplaudirlo.
Justicia para todos
Por otro lado, ningún ciudadano, por poderoso que sea, podrá imponerse por encima de la ley, ni deberá presumirse su condena sin una sentencia firme.
«Nunca más al Estado secreto y a la oscuridad, ni a los sótanos de la democracia», reclamó quien será jefe de Estado por los próximos cuatro años.
Además, se comprometió a que la igualdad de las mujeres sea una política de Estado. «Pondremos en primer plano los derechos de las mujeres», sostuvo Fernández.
“Ni una menos”
Aseguró que su gestión trabajará para reducir la desigualdad de género que también se traslada a la esfera política y cultural.
En ese marco, el nuevo gobierno pondrá «énfasis en el cuidado, ya que la mayor parte del trabajo doméstico recae sobre las mujeres», observó.
¡Nunca más una justicia contaminada por organismos de inteligencia y por procedimientos oscuros, nunca más una justicia que persigue según los vientos políticos de turno!»
Reclamó que la consigna feminista «ni una menos» sea «la bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la República».
«Es el deber del Estado reducir la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación», aseguró en uno de los tramos finales de su discurso, que fue de los más aplaudidos.
Fernández no mencionó la posibilidad de tramitar una ley para legalizar el aborto.
Por otra parte anunció que espera que su gobierno sea recordado por haber logrado unir «a la mesa familiar, sin divisiones y peleas».
Cerrar la “herida del hambre”
El nuevo jefe de Estado también espera que tras cuatro años su gestión sea recordada por haber suturado al país «de la herida del hambre». En este sentido prometió que la primera iniciativa de su gobierno será implementar el Plan Integral contra el Hambre para aliviar la situación de vulnerabilidad que atraviesan 15 millones de personas en este país.
«La primera reunión será considerar un encuentro de trabajo sobre esa prioridad, el Plan Integral de Argentina contra el Hambre», anunció.
Es el deber del Estado reducir la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación»
En ese encuentro participarán los ministros de su gabinete y representantes de la sociedad civil «para poner fin a este presente penoso».
En lo que consideró una «catástrofe social», el nuevo jefe de Estado recordó que uno de cada dos niños es pobre en el país, y que el desempleo afecta al 30 por ciento de los jóvenes, «y en tasas más altas, a las mujeres jóvenes».
Su gestión por ello ofrecerá facilidades para que los 200.000 jóvenes sin empleo ni estudio puedan integrarse al mercado de trabajo.
Las malas decisiones económicos del gobierno saliente lleva a que se deban implementar medidas económicas y sociales que permitan tomar una nueva dirección ante el «atraso estructural productivo» del país, observó Fernández.
«Sabemos que estamos transitando un sendero estrecho», reconoció al observar que llevará «algún tiempo aquello que todos queremos».
Alta desocupación
Al describir la situación económica del país, Fernández indicó que la inflación es la más alta desde los últimos 28 años; la tasa de desocupación es la más alta desde 2006, y la indigencia es la más grave desde 2010.
La producción industrial se sitúa a valores de 2006, al cerrarse 20.000 empresas en los últimos cuatro años.
«También se perdieron 150.000 empleos registrados», añadió.
Ante las nuevas prioridades de su gobierno, Fernández anunció que no dará tratamiento parlamentario al proyecto de presupuesto de 2020 previsto por la gestión saliente.
Tras prestar juramento ante la Asamblea Legislativa y recibir del presidente saliente, Mauricio Macri, el bastón y la banda presidencial, el nuevo mandatario reivindicó su compromiso democrático para garantizar «la convivencia y el respeto» entre los argentinos.
Sabemos que estamos transitando un sendero estrecho»
Prometió recuperar «los equilibrios sociales, económicos y productivos» que en la actualidad el país no tiene. Por ello propuso un contrato social fraterno, «para abrazar al diferente» y solidario, «a fin de comenzar por los últimos para poder llegar a todos».
Más democracia
Con menciones a la necesidad de profundizar la democracia en Argentina y de comprometerse a escuchar opiniones diferentes, Fernández también advirtió que «superar los muros de las fracturas implica una ética de las prioridades y las emergencias».
Precisó que antes de que su país pague la deuda con sus acreedores, el Gobierno tendrá que priorizar políticas públicas que permitan a la nación crecer
«Vamos a encarar el problema de la deuda externa; para poder pagar, hay que crecer primero», anunció el mandatario tras jurar su cargo ante la Asamblea Legislativa.
Advirtió que el Gobierno saliente, presidido por Mauricio Macri, dejó al país en una situación de «virtual default (cese de pagos)».
Aunque Argentina «tiene la voluntad de pagar, carece de la capacidad para hacerlo», señaló.
Su Ejecutivo, por lo tanto, convocará a todos los sectores involucrados para ordenar un programa de pagos de la deuda externa que otorgue cierto margen al país para poder crecer y estimular la estructura productiva del país.
Vamos a encarar el problema de la deuda externa; para poder pagar, hay que crecer primero»
«Buscaremos una relación constructiva con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con nuestros acreedores», señaló Fernández durante su disertación.
El nuevo Gobierno tiene mandato hasta el 10 de diciembre del 2023.