En la mañana del viernes tuvo lugar la firma del convenio de pasantías laborales en la industria de la construcción. En la firna estuvieron presentes la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi; el director del Instituto Nacional de la Juventud (INJU), Federico Barreto; la presidenta del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA), Gabriela Fulco, y el director Álvaro Viviano; el secretario general del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), Óscar Andrade, y el presidente, Daniel Diveiro; y el presidente de Centro Cooperativista Uruguayo (CCU), Ignacio Otegui.
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La firma de este convenio, como aporte de la CCU, ofrece pasantías destinadas a aquellos y aquellas jóvenes que, habiendo transitado previamente una pasantía laboral en el marco de INISA, cuenten con 18 años de edad y un informe de desempeño favorable. El convenio establece el acmpañamiento socioeducativo por parte de SUNCA durante el proceso y el seguimiento por parte del MIDES/INJU durante los tres meses posteriores al egreso de la pasantía.
Todas las autoridades presentes manifestaron su alegría por comenzar el año firmando convenios de estas características, acuerdos que permiten ofrecer salidas laborales y reinsertar a jóvenes privados de libertad. Por su parte, Gabriela Fulco expresó la importancia de la educación formal y la labor central que tiene en el tramo vital de la adolescencia. «Este convenio sirve para ayudar a descubrir vocaciones y además ofrecer salidas laborales».
Actualmente INISA cuenta con 358 jóvenes que están en situación de extrema vulnerabilidad, dijo, que se suma a las condiciones que impone la privación de libertad; 121 de esos jóvenes cumplirán 18 años próximamente, y 130 ya son mayores de edad, lo que eleva a 251 la cifra de posibles beneficiarios de este convenio. Según Oscar Andrada «este día es de alegría, pero también de reflexión». Este convenio está pensado para «construir tejido social», aseguró, y añadió que «el crecimiento no alcanza sin diálogo social y sin profundización de la democracia».
El trabajo es un elemento de identidad enorme, manifestó, y delcaró su confianza en el éxito de este proyecto. Ignacio Otegui aseguró que el convenio representa una oportunidad para que este sector más desprotegido encuentre salidas tanto laborales como sociales. Además hizo énfasis en la importancia del acompañamiento de estos y estas jóvenes por parte de la empresa en el proceso de inclusión que, aseguró, tendrá éxito. Además intervino el director del INJU, Federido Barreto, quien aclaró que este convenio no es «negro sobre blanco», sino la concreción en un papel del espíritu real de los proyectos en los que se están trabajando. «Este convenio transforma vidas, a personas con nombres y apellidos», dijo.
El trabajo con las y los jóvenes en conflicto con la ley es una de las prioridades del INJU, y esta institucion quiere poner el foco en aquellos que se encuentran en situación de exclusión. Otra de las preocupaciones del INJU, según su dirigente, es el paro juvenil, que se sitúa en un 25% según los últimos datos del INE. «Además de reducir esta cifra es necesario garantizar que el trabajo de la juventud esté bien pago, tenga buenas condiciones y sea digno», aseguró.
Para finalizar, Barreto manifestó que sin igualdad no habrá ni seguridad ni convivencia, y que ante la hostilidad de Uruguay con la juventud, hay que trabajar para transformar su realidad día a día. Marina Arismendi intervino en último lugar y fue contundente, declarando que «esto es hacia donde queremos seguir trabajando». Agradeció a los compañeros y a las compañeras de la construcción su colaboración y trabajo, en tanto que ejemplo para las y los jóvenes que se beneficien del convenio. «358 es una cifra muy baja, la más baja de la historia del Uuruguay, y tenemos que poder ayudar a todas esas personas jóvenes que nos necesitan». Se transmitió la necesidad de diálogo social y la voluntad de continuar por el camino de la reinserción y la rehabilitación, con el fin de cambiar la realidad de la juventud más vulnerable del país.