Golazo de Lula

El partido inicial fue jugado entre el equipo de los amigos de Lula y el equipo de los amigos del MST. Fue un duro partido y, a pesar del equipo de Lula contar con Chico Buarque, entre otros cracks, el juego terminó empatado. Lula hizo un gol de penal.

El año pasado no hubo partido porque el capitán de uno de los equipos estaba arbitrariamente detenido en Curitiba. Aunque pidiera licencia, seguramente no se la hubieran dado para comandar su equipo, por desconocer la importancia del evento. No hubo partido, una razón más para que termináramos el año tristes.

Este año, con Lula libre, pudimos recomponer nuestro equipo y el partido se realizó finalmente el domingo 22, en lugar del sábado, para no robar audiencia a la final de la Champions, en la que jugaba Flamengo. Hubo transmisión directa por las redes.

Jugamos, al igual que hace dos años, bajo un sol inclemente, con un gran contingente de combatientes de décadas en la militancia política. No hubo control antidoping.

Lula ha demostrado que el encierro no le mermó las condiciones físicas ni técnicas. Jugó como si no hubiera estado sin jugar, por persecución jurídica, durante 20 meses. Nosotros hemos tratado de acompañarlo, cada uno con su ritmo, sus condiciones y sus técnicas.

Tal como estaba previsto, el partido se inició a las 13 horas, bajo un sol de verano. Comenzó con un ritmo relativamente lento, para que administráramos nuestras energías. Cada equipo, felizmente, ha contado con muchos jugadores dada la fuerza de la izquierda, lo cual ha posibilitado variaciones tácticas y ahorro de energia física. Una novedad importante fue la participacion de mujeres, entre ellas fue lngaa viuda de Marielle.

El estadio, que tiene una capacidad para 4 mil personas, estaba repleto. Un público entusiasta, que cantaba todo el tiempo para alentarnos. Antes del inicio, algunas breves palabras de Joao Pedro Stedile, el dirigente histórico del MST, de Lula y de Chico Buarque. Chico hizo un pedido especial: solicitó a los defensas del equipo del MST que mantuvieran a Lula libre.

Otras referencias similares estaban en carteles de la hinchada: “¡Pase la pelota para Lula, porque Lula está libre!”, “Yo no he visto jugar a Pelé, pero he visto jugar a Lula!”.

Jugaron Fernando Haddad, Afonsinho –el primer jugador de fútbol brasileño que devino político–, músicos como Chico César, gente como mi hijo Miguel y yo, entre tantos otros. Se alargó el partido todo el tiempo para que todos pudieran jugar.

Lula sufrió un penal, lo cobró el juez y abrió así el placar. El equipo del MST empató y, al final, Chico Buarque hizo el gol que le dio la victoria a nuestro equipo. Fue un juego muy disputado, contando con un gran cronista deportivo como árbitro, que no utilizó la tarjeta roja, que en un juego así sería una referencia positiva.

Al término del partido, un arroz a carretera servido para las cuatro mil personas presentes, en el lugar para recepciones que la Escuela del MST usa para las personas que hacen cursos de formación. Fue un domingo lindo, alegre, inolvidable para todos los que estuvimos allí, más todavía para los que hemos demostrado que mantenemos nuestra combatividad y nuestra técnica también dentro de las cuatro líneas del excelente gramado del estadio Doctor Socrates. Con el encuentro con inteletuales y artistas el día 18 en Rio de Janeiro, y con ese partido y esa fiesta del día 22 en la Escuela Florestan Fernandes del MST, Lula cerró con golazo este duro año, apuntando hacia perspectivas bastante mejores para el 2020.